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Sandra, la novia con vestido desmontable, sandalias lazo y ramo de peonías
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BODAS REALES

Sandra, la novia con vestido desmontable, sandalias lazo y ramo de peonías

Ideado por la novia y confeccionado por Aleste Atelier, Sandra lució un look nupcial convertible en su boda el pasado verano en Castellón

Foto: El vestido de novia de Sandra. (Foto L'equip)
El vestido de novia de Sandra. (Foto L'equip)

No nos cansaremos jamás de advertirte que, en cuestiones nupciales, lo más relevante a la hora de escoger tu vestido de novia es ser fiel a ti misma y convertir en realidad tus más profundos sueños de estilo. Sandra, la protagonista de hoy, es un buen ejemplo de esa máxima. Se casó el pasado 23 de julio con Carlos, su novio durante cinco años y su prometido en el último, y lo hicieron en su ciudad natal, Castellón. Un enlace alegre y emotivo que, según la valenciana, "lo describiría con la palabra: magia", y que, como en las mejores bodas, focalizó la atención en el look de la novia.

"Nos rodeamos de toda la gente que queremos y, a pesar del calor, todos nuestros invitados estaban entregados y disfrutaron muchísimo. Sin duda, superó nuestras expectativas", confiesa Sandra Portolés.

placeholder Sandra, el día de su boda. (Foto L'equip)
Sandra, el día de su boda. (Foto L'equip)

Su historia de amor arrancó en 2017. Ella, odontóloga, y él, empresario, se conocieron en Albacete, la ciudad del novio: "Nos presentó una amiga común en la caseta de la feria de Carlos".

El 23 de julio de 2021, él hincó rodilla y le pidió a Sandra matrimonio. "Fue en el puente de Triana, en Sevilla, de noche, con todos los farolillos iluminados y el río Guadalquivir de testigo. Allí Carlos se arrodilló y me sorprendió con el anillo", nos cuenta la novia. Una fecha que pondría la primera piedra a su futuro enlace: escogieron ese mismo día, pero al año siguiente, para celebrar su boda.

placeholder Sandra, vistiéndose el día de su boda. (Foto L'equip)
Sandra, vistiéndose el día de su boda. (Foto L'equip)

El 23 de julio de 2022, Sandra y Carlos cambiaron de estado civil, de novios a marido y mujer: "Aparte de lo que teníamos nosotros preparado, nuestros amigos y familiares nos sorprendieron en muchos momentos".

Ayudados por Laura y Andrea, el equipo de wedding planners de Fit for Weddings, la pareja logró dar forma y vida a la boda que tantas veces habían imaginado.

placeholder Sandra, con su padre el día de su boda. (Foto L'equip)
Sandra, con su padre el día de su boda. (Foto L'equip)

La ceremonia religiosa tuvo lugar en la basílica de Nuestra Señora del Lledó, ubicada a un kilómetro del centro de Castellón, en el conocido como Camí Lledó, y hasta allí Sandra y su padre llegaron en un coche Rolls-Royce de color blanco.

"Entré en la iglesia velada y después, con una mantilla antigua, regalo de mis abuelos paternos cuando yo era pequeña, hicimos el rito de la velación. Una pieza muy especial para mí que sí o sí tenía que estar presente", detalla Sandra. Para su asombro, "mi hermana cantó en el templo, para nosotros fue el momento más emotivo de la ceremonia".

placeholder Sandra y Carlos, el día de su boda. (Foto L'equip)
Sandra y Carlos, el día de su boda. (Foto L'equip)

Turno para analizar el look nupcial de Sandra: "Siempre me imaginé con mantilla, un vestido tipo lencero sencillo y unas sandalias de cuña. Hasta el día que Carlos me pidió matrimonio: fue cuando en mi cabeza esas tres cosas juntas no acababan de cuadrar. A los pocos días dibujé mi vestido pasando consulta entre paciente y paciente. Llegué con ese boceto al taller de Aleste Atelier y Alicia, la diseñadora, me ayudó a hacer realidad mi sueño".

El traje de novia de la odontóloga, además de fiel a su estilo, fue pura tendencia: un vestido desmontable que se iba transformando según avanzaba la boda, regalando así varios estilismos a Sandra. Para su confección se emplearon únicamente dos tejidos, otomán de seda y gazar rústico de seda natural, ambos en blanco.

placeholder Sandra, el día de su boda. (Foto L'equip)
Sandra, el día de su boda. (Foto L'equip)

Como base, Sandra lució un vestido de largo midi con escote recto, mangas caídas sobre los brazos y cuerpo de corte plisado. La falda, también recta, quedaba justo a la altura de los tobillos y contaba con una abertura trasera que facilitaba el movimiento. Encima de esta pieza, una sobrecamisa con el cuello subido, volante fruncido, mangas abullonadas y largo cropped. A la espalda de la falda, una cola de quita y pon que quedaba arrastrando por el suelo a la misma altura que el velo.

"Cada vez que salía de una prueba, me iba con ganas de que llegase la siguiente. En el taller de Aleste me sentí siempre cómoda y deposité desde el primer momento toda la confianza en Alicia; ella y su equipo son grandes profesionales", confiesa la odontóloga.

placeholder Sandra y Carlos, el día de su boda. (Foto L'equip)
Sandra y Carlos, el día de su boda. (Foto L'equip)

En cuanto a los complementos, Sandra incorporó a su atuendo unas sandalias de tiras finas de Carolina Herrera, "obsequio de una íntima amiga, a las que le añadimos un lazo a conjunto con el vestido". Como joyas, su anillo de compromiso y los pendientes que los padres de Carlos le regalaron en la pedida de mano oficial, ambas piezas con brillantes. El ramo, una creación de Bloomtuin, era de peonías blancas, la flor favorita de Laura, su hermana, "a quien se lo di después, y del que colgaba una medalla de la Virgen del Carmen, que me regaló mi madre en memoria de mis abuelos maternos".

Una vez finalizada la ceremonia religiosa, Sandra, Carlos y sus invitados se trasladaron hasta La Alquería de Mascarós, una masía rural del siglo XVIII a las afueras de Castellón.

placeholder Sandra y Carlos, el día de su boda. (Foto L'equip)
Sandra y Carlos, el día de su boda. (Foto L'equip)

"Carlos y yo aparecimos montados en una vespa con sidecar al ritmo de 'September', de Earth, Wind & Fire. ¡Fue muy divertido!", recuerda la novia. "A partir de ese instante fue cuando notamos que nuestros amigos y familiares estaban a tope".

Otros instantes inesperados en su boda fueron "cuando mis padres contrataron al trompetista venezolano Chipi Chacón, nominado a un premio Grammy, para amenizar la fiesta, o los amigos de Carlos, que nos sorprendieron con un grupo de mariachis". También la actuación en directo de la propia protagonista como cantante: "Cada día 23 de los meses anteriores a la boda, le mandaba a Carlos una foto nuestra en blanco y negro con una palabra. Al unir todas las palabras salía la frase de la canción que le canté: 'Amor, déjame ser la mejor parte que hay de ti'. Ahí él lo entendió todo".

placeholder Sandra y Carlos, el día de su boda. (Foto L'equip)
Sandra y Carlos, el día de su boda. (Foto L'equip)

Del maquillaje de Sandra se encargó Jessica Arqués: "No soy de maquillarme mucho y quería algo natural y fresco, pero sentirme bien guapa". El peinado, también desmontable -moño bajo de estilo bailarina para la ceremonia y la bienvenida en la masía, y suelto con ondas al agua para la fiesta-, fue obra de Nuria de Biobela.

¿Un consejo para futuras novias? "Disfrutad. Es un proceso muy bonito, pero pasaréis nervios y hay que intentar llevarlos de la mejor manera posible. Luego pasa todo demasiado rápido, así que hay que exprimir cada momento, cada reunión, cada decisión...", concluye la odontóloga.

No nos cansaremos jamás de advertirte que, en cuestiones nupciales, lo más relevante a la hora de escoger tu vestido de novia es ser fiel a ti misma y convertir en realidad tus más profundos sueños de estilo. Sandra, la protagonista de hoy, es un buen ejemplo de esa máxima. Se casó el pasado 23 de julio con Carlos, su novio durante cinco años y su prometido en el último, y lo hicieron en su ciudad natal, Castellón. Un enlace alegre y emotivo que, según la valenciana, "lo describiría con la palabra: magia", y que, como en las mejores bodas, focalizó la atención en el look de la novia.

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