Así transformó Victoria López-Quesada la tiara de botones para su boda: un símbolo de la dinastía Borbón y una corona contemporánea
Siguiendo la tradición familiar, la hija de Cristina de Borbón-Dos Sicilias rescató del joyero la tiara de botones de diamantes que otras mujeres de su árbol genealógico habían llevado antes, pero con dos cambios
La boda de Victoria López-Quesada y Enrique Moreno de la Cova acontecida el pasado sábado 31 de agosto en Madrid, sigue acaparando titulares. Con una exclusiva lista de invitados encabezada por el rey Felipe, padrino de la novia, y seguida por la reina emérita Sofía, las infantas Elena y Cristina, algunos de sus hijos, como Victoria Federica e Irene Urdangarin, y otros nombres de la aristocracia española como Fernando Fitz-James y Sofía Palazuelo, Carlos Fitz-James y Belén Corsini, o Carla Royo-Villanova y su marido, el príncipe Kubrat de Bulgaria, el enlace fue el mejor pistoletazo de salida de la nueva temporada nupcial.
La primera hija del matrimonio formado por Pedro López-Quesada y Cristina de Borbón-Dos Sicilias, y el hijo del ganadero sevillano Enrique Moreno de la Cova Maestre y la pintora Cristina Ybarra y Sainz de la Maza, contrajeron matrimonio en una boda divida en dos actos, ceremonia religiosa y banquete, celebrada en la finca Soto Mozanaque, ubicada en Algete, a unos 20 minutos de la capital.
Aunque se sabía que Lorenzo Caprile estaba detrás del vestido de la novia, como en todo enlace, el secreto de cómo sería su traje se guardaba bajo llave. Un modelo clásico de líneas depuradas decorado con un original encaje. Elegir al modisto fue la primera tradición que la ahijada del Rey cumplió con su look nupcial. Hacía 30 años que su madre, Cristina de Borbón-Dos Sicilias, se había casado enfundada en un diseño de Caprile. "No fue clásico para su época, todo lo contrario, era un vestido de novia moderno", declaró el modista para Vanitatis al preguntarle sobre el traje que creo para la madre de Victoria López-Quesada aquel 15 de julio de 1994.
También que la joven de 27 años iba a portar el velo de novia familiar. De encaje antiguo, se trata una pieza que ha trascendido de generación en generación. En origen, este accesorio tipo mantilla con puntillas y adornos florales, perteneció a su bisabuela, la infanta Alicia de Borbón-Parma, y desde entonces son varias mujeres de la familia las que lo han lucido en sus respectivos enlaces, entre ellas su abuela y su madre.
Como última tradición, la primogénita de la familia López-Quesada Borbón-Dos Sicilias decidió portar la tiara de botones de diamantes, la misma que llevó su madre el día de su boda y que en el pasado habían lucido otras mujeres.
Para conocer el origen de la pieza, tenemos que retroceder atrás en el tiempo. Compuesta por cinco botones redondos de diamantes engastados en una sencilla estructura de platino, esos botones son desmontables y se pueden llevar tanto en una diadema a modo tiara, como broches sobre las prendas e incluso, a modo de horquillas en el cabello, como hizo Victoria de Borbón-Dos Sicilias, hija de los duques de Calabria el día de su enlace con Markos Nomikos en 2003.
Aunque perteneció a la archiduquesa María Cristina de Austria, duquesa de Teschen, quien fue retratada con los botones, acabó en manos de la familia Borbón como regalo de otra boda, la que unió a la princesa Alicia de Borbón-Parma y al infante Alfonso, duque de Calabria, en 1936. La princesa Alicia también era descendiente de los Habsburgo por parte de su madre, la archiduquesa María Ana de Austria-Teschen, de ahí que muchos expertos hablen de la pieza como la diadema de botones de diamantes de los Habsburgo. Tal y como hace meses explicó David Rato a Vanitatis, experto en joyas de la Casa Real española y creador de la cuenta Spanish Royal Jewels, "era un aderezo de botones para adornar datado del siglo XVIII. Perteneció en primer lugar a la archiduquesa de Austria y los cinco que quedan se montan en una estructura en forma de diadema. Fue un regalo a la infanta Alicia en su boda 1936".
Desde entonces, además de tiara en sus respectivos enlaces, las mujeres de la familia han portado los botones como broches en otras ocasiones. Así lo hizo Ana de Orleans, que presumió de las alhajas engarzadas en un collar para asistir a la boda de la Infanta Elena y Jaime de Marichalar en 1995, o la madre de Victoria López-Quesada, Cristina de Borbón-Dos Sicilias, a modo de broche sobre el vestido como invitada al enlace de Beatriz Mira y Álvaro Fuster en 2012.
Volviendo al presente y precedida por Sofía Landaluce, mujer de su tío, Pedro de Borbón-Dos Sicilias, duque de Calabria; de su madre, Cristina de Borbón-Dos Sicilias, y sus tías, María, Inés y Victoria, decidió rescatar la tiara del joyero familiar y llevarla de una manera diferente. Dos tradiciones, velo y tiara, en un mismo look nupcial.
Tomando prestados cuatro de esos botones de diamantes y modificando la base original, el primero de los cambios apunta a esta pieza. Victoria López-Quesada se decantó por una estructura de platino adornada con un filo de diamantes y terminaciones en pico donde se engarzaban esos botones. Una base que, si por ejemplo, comparamos con la que llevó su madre, una diadema muy fina de oro amarillo, cambia sustancialmente la imagen de la joya. Vanitatis ha podido hablar con Iñaki Torres, experto en joyas y CEO de IT Ignacio Torres Joyería, para que nos cuente como ha sido ese proceso. "A diferencia de su madre, que optó por 5 botones, Victoria llevó 4 y los acompañó de un broche de flor de lis. La tiara permite estos cambios, se pueden poner y quitar varios elementos", explica. "Más moderna y actual", comenta Torres, además, los diamantes ganan protagonismo gracias a la corona contemporánea y fiel a su tiempo que escogió la ahijada del rey Felipe.
Como avanzábamos, en el centro, una pieza que es una insignia dentro la dinastía de los Borbón: un broche en forma de flor de lis y que en la práctica es un homenaje, por parte de la novia, a su árbol genealógico. Es el principal símbolo heráldico distintivo de la Casa de Borbón desde sus inicios, tanto es así que aparece en cada uno de los escudos de las ramas de la familia y también, en el centro del escudo de la bandera de España. "Estos broches son cotizados en tanto en cuanto pertenezcan a un Borbón y el de la hija de Pedro López-Quesada y Cristina de Borbón-Dos Sicilias, en concreto, es muy cotizado por ser de quien es", detalla Iñaki Torres. Es tipo de flor que la reina Letizia y la reina emérita Sofía han llevado como broche en actos oficiales y cenas de gala.
Victoria López-Quesada se suma así a las nuevas generaciones de aristócratas y descendientes de familias reales como Sol Matossian Márquez, nieta de la princesa Tessa de Baviera, que no solo mantienen viva la tradición familiar de llevar una tiara, también logran que, con determinadas modificaciones, esas piezas se vean actuales y aptas para novias jóvenes y modernas.
La boda de Victoria López-Quesada y Enrique Moreno de la Cova acontecida el pasado sábado 31 de agosto en Madrid, sigue acaparando titulares. Con una exclusiva lista de invitados encabezada por el rey Felipe, padrino de la novia, y seguida por la reina emérita Sofía, las infantas Elena y Cristina, algunos de sus hijos, como Victoria Federica e Irene Urdangarin, y otros nombres de la aristocracia española como Fernando Fitz-James y Sofía Palazuelo, Carlos Fitz-James y Belén Corsini, o Carla Royo-Villanova y su marido, el príncipe Kubrat de Bulgaria, el enlace fue el mejor pistoletazo de salida de la nueva temporada nupcial.
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