La novia que renunció al vestido clásico en su boda y se casó con un dos piezas de falda bordado de flores

Son muchas las parejas que cruzaron sus caminos una noche de verano. Natalia y Juan son una de ellas. "Nos conocimos un verano en Marbella, donde yo siempre he veraneado con mi familia, por varios amigos en común, pero no fue hasta meses más tarde cuando empezamos a salir, de eso hace ya 13 años", detalla la novia.

Ella, odontóloga, y él, experto en marketing, se comprometerían en la Gran Manzana. "Me pidió matrimonio una Navidad en Nueva York, donde vivimos durante 3 años. Primero fuimos a comer a unos de mis sitios favoritos de sushi y por la tarde me llevó al rooftop de un amigo de Juan que también vivía allí para ver la puesta de sol. Allí donde me lo pidió", cuenta Natalia.

Al poco tiempo, fijaron la fecha de su gran día. "La boda fue el 8 de junio del 2024. La ceremonia religiosa se celebró en la Basílica de la Concepción de Nuestra Señora, en el barrio de Salamanca, donde también se casaron mis padres, y el convite fue en la finca Las Tenadas, lo tuvimos claro cuando la vimos y fue de las mejores decisiones que tomamos, todo el mundo nos dijo que les encantó la comida".

Natalia y Juan convocaron a casi 300 invitados. "Siempre habíamos imaginado una boda grande, como vivíamos fuera, nos hacía muchísima ilusión poder reunir a todos nuestros amigos y familia en un mismo sitio. El mayor regalo fue haber podido compartir uno de los días más importantes de nuestra vida con toda la gente que queremos, fue emocionante ver a familiares y amigos venir desde tantas partes del mundo. Sin duda, fue mucho mejor de lo que habíamos imaginado, superó todas nuestras expectativas".

La suya fue, por tanto, una boda multitudinaria para la que contaron con la ayuda de Patricia Gárate, de Peonías Eventos. "Escogimos al equipo de wedding planners de Peonias para la coordinación el día de la boda porque nos dieron muchísima confianza desde el principio. Tenerlas ese día fue de las mejores decisiones que pudimos tomar, son un acierto asegurado. Hicieron un trabajo impecable, estuvieron pendientes de cada detalle para que todo saliera como habíamos planeado, superprofesionales y encantadoras, volveríamos a contar con ellas con los ojos cerrados".

Cuando el enlace estaba en marcha, la odontóloga se lanzó a la búsqueda y captura de diseñadora para su vestido de novia. Mónica Calles fue la elegida.

"Encontré a Mónica de casualidad en Instagram, y enseguida me gustó mucho su estilo, su elegancia, sus diseños, la delicadeza de cada pieza. Ella fue la última diseñadora a la que fui, y tras contarle mi idea, me hizo tres bocetos, de los cuales escogí uno, y prácticamente no hubo ningún cambio de ese primer diseño. Conecté con ella desde el principio y supo plasmar mi idea a la perfección", confiesa Natalia.

"El proceso con ella y su equipo fue maravilloso, sin duda volvería a repetir con ella", comenta la novia.

Antes de que Juan pidiera matrimonio a Natalia, "yo ya había guardado algunas ideas de inspiración para mi vestido, pero tampoco me había parado a pensar como lo quería. Cuando se acercó el momento, volví a mirar todas esas carpetas de inspiración y me di cuenta de que todo seguía un mismo patrón y estilo, así que cuando fui a ver a Mónica tuve la idea muy clara de lo que quería. Conecté con ella desde el principio y supo plasmar mi idea a la perfección, ella es una grandísima profesional, con un estilo exquisito, además de ser una persona encantadora".

Natalia nos detalla cuál era esa idea de look nupcial que ella había imaginado. "Quería un cuerpo entallado con las mangas en forma de tirante ancho que cubrieran los hombros, una falda con diferentes capas de gasas con algún detalle que se viera por debajo y algún bordado. Mónica nos sacó una tela bordada con flores que me encantó y fue la que finalmente usamos para el cuerpo y la falda. El toque final lo puso Victoria de By Luneville que bordó algunas flores del cuerpo y las mangas".

"Siempre lo tuve claro y me hacía mucha ilusión ir velada", el velo de tul, completó las piezas que salieron del taller de Mónica Calles. "Para los complementos elegí las sandalias 'So Nude' de Aquazzura en raso blanco. Iban perfectas con el vestido. Además, fueron mi 'algo azul', ya que llevaban la suela de ese color. Después del primer baile me las cambié por unas alpargatas de Castañer para poder bailar toda la noche".

En cuanto a las joyas, "llevé el anillo de pedida, un solitario en oro amarillo, un anillo de mi abuela también en oro amarillo con diamantes y un rubí en el medio. También lucí unos pendientes de diamantes en forma de abanico de estilo art déco de Pilar de la Vega".

Para el ramo de novia, "quería que fuera solo con flores blancas, sin mucho verde, con un toque romántico y elegante. Le enseñé a Elena Suárez varias fotos de inspiración, le conté como era el vestido y ella hizo su magia. No vi el resultado hasta el mismo día de la boda, pero me encantó, iba perfecto con el vestido".

El novio se hizo un chaqué a medida en Old Jeffrey. "En color gris marengo y el chaleco en crudo. Los zapatos eran de Meermin y la corbata de Old Jeffrey también. Llevó unos gemelos que le regalaron mis padres por la pedida que encargamos a medida, sin duda fue una de las cosas que más ilusión le hicieron".

Cuando el enlace había llegado, Natalia se instaló en casa de sus padres para los preparativos. "Me maquilló Raquel Serrano, me encantó el resultado. Me hizo un maquillaje con la piel muy jugosa y marcando los ojos en tonos dorados y marrones, ya que yo los suelo llevar así y quería verme 'yo'. Me peinó Patrizia Sánchez, me hizo un semirecogido con ondas". Cuando estaba lista, su padre le acompañó en el coche camino a la iglesia.

Precisamente, ese momento fue uno de los favoritos de la novia. "Me quedo con el viaje en coche con mi padre. También con la entrada a la iglesia de su brazo y ver a Juan esperándome en el altar, para mí es de los instantes más bonitos y emotivos de la boda".

"De la ceremonia me gustaría destacar el rito de velación, me parece un momento precioso y muy emotivo, recibir la bendición junto a tu ya marido en señal de unión y compromiso. Para la Iglesia escogimos flores blancas para decorar el altar", detalla.

Convertidos en marido y mujer, y acompañados de sus invitados, se trasladaron a la finca Las Tenadas. "Le pedí a Elena Suárez que hubiera muchas tonalidades de rosas con algún toque de lila. La cena la hicimos dentro en el comedor principal, decoramos el techo con ramas verdes de las que caían burbujas de cristal con velitas, hubo centros bajos y altos (arbolitos) y pusimos un arco de flores en la entrada al comedor donde predominaron las peonías fucsias. Quedó todo precioso, parecía un bosque".

De toda la papelería se encargó Andrea de AM Paper Studio. "Es la prima de la mejor amiga de mi hermana, es una artista e hizo un trabajo impresionante. Para el seating plan y los meseros nos hacía ilusión hacer un guiño a Nueva York, ciudad en la que hemos vivido y que tiene un significado muy especial para nosotros, así que Andrea nos dibujó los sitios más emblemáticos de Nueva York".

En el menú para la cena, "escogimos de primero salmorejo de remolacha con burrata al pesto, de segundo, carrilleras de buey al vino tinto con patata y zanahorias baby, y de postre, elegimos su famosa tarta árabe de crema pastelera y fresas".

El momento del primer baile había llegado. "Con mi padre bailé la canción de 'LOVE' de Nat King Cole, y con Juan, 'Stand by me', de Ben E. King".

Como consejos para futuras novias, "les diría que sean fieles a su estilo y que no se dejen llevar por las modas. Que disfruten mucho de todo el proceso, de los preparativos, que hay momentos preciosos para disfrutar con la familia y con tu futuro marido antes del gran día".