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El álbum de boda de Pía: ceremonia en la Mezquita de Córdoba, vestido de novia de Navascués y celebración en la bodega familiar
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BODAS CON ESTILO

El álbum de boda de Pía: ceremonia en la Mezquita de Córdoba, vestido de novia de Navascués y celebración en la bodega familiar

Pía Martínez Giménez, descendiente de la familia Alvear, fundadores de la bodega más antigua de Andalucía, se casó el pasado 3 de mayo con Lucas Temboury Becerril, en un enlace repleto de detalles al que nos adentramos en primicia

Foto: La boda de Pía y Lucas en Córdoba. (Fotos Mercedes Pérez)
La boda de Pía y Lucas en Córdoba. (Fotos Mercedes Pérez)

La historia de las Bodegas Alvear está ligada a la historia de Montilla, una ciudad con gran tradición vinícola en plena campiña de Córdoba. Fundada en 1729 por Diego de Alvear y Escalera, es la bodega más antigua de Andalucía y una de las que mayor peso internacional posee en el mercado. A lo largo de sus casi 300 años, la bodega ha conservado su carácter familiar manteniendo sus raíces y en la actualidad la octava generación está al frente. La historia de amor de Pía y Lucas también está vinculada a la de las Bodegas Alvear.

Pía Martínez Giménez, de 30 años, directora de productos en una cadena de supermercados francesa, y Lucas Temboury Becerril, de 29 años, manager en una empresa de consultoría estratégica, se conocieron en París, la ciudad donde viven. La novia es hija de José Luis Martínez Dalmau y Carmen Giménez Alvear, consejero y presidenta de la Fundación Alvear, ambos, parte de esa octava generación familiar que lidera las bodegas. Ahí, en ese entorno vinícola cargado de historia, celebraron sus nupcias.

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placeholder La boda de Pía y Lucas en Córdoba. (Fotos Mercedes Pérez)
La boda de Pía y Lucas en Córdoba. (Fotos Mercedes Pérez)

Una boda con tradición familiar

Como hemos avanzado, los caminos de Pía y Lucas se cruzaron en París, y ocho años después, fijaron la fecha de su boda: 3 de mayo de 2025. "Nos conocimos en la universidad, en París. Lucas estudió toda su carrera en Francia y yo hice un doble diploma en la universidad donde estaba él", dice la novia. En la Ciudad de la Luz, Lucas, hijo de Carlos Temboury Molina y Marta Becerril Martínez, pidió la mano de Pía. "Fue en diciembre de 2023, dando un paseo por el parque del primer barrio donde vivimos en París, en Batignolles".

Una vez que la pareja hizo oficial su compromiso matrimonial, marcaron el día y el lugar. El día, ya lo hemos dicho, y el lugar, Córdoba, la ciudad natal de la novia. Dividida en dos escenarios, una ceremonia religiosa en la capilla del Sagrario, dentro de la Mezquita-Catedral de Córdoba, y una celebración por todo lo alto en las Bodegas Alvear, en Montilla.

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placeholder La boda de Pía y Lucas en Córdoba. (Fotos Mercedes Pérez)
La boda de Pía y Lucas en Córdoba. (Fotos Mercedes Pérez)

"Era una boda con todos nuestros amigos de España y de Francia y con todas nuestras familias incluidas las cuatro abuelas, lo cual es una auténtica suerte". Unos 320 invitados estaban convocados. "Además, nos casábamos en dos sitios espectaculares como son la capilla del Sagrario y las Bodegas Alvear, por lo que, aunque sabíamos que sería un día muy especial para nosotros", explica Pía.

Con su residencia fijada en París, a los novios no les quedó más remedio que delegar ciertos aspectos en la organización de su boda. Ahí es cuanto la wedding planner María Mata, de Mi boda con Mía, entró en juego. "Nos acompañó durante los meses previos, pero sobre todo el día 'D'. Tanto María Mata como su padre y el equipo de Mi boda con Mía en general, resultaron ser unos auténticos cracks. Hacen que el día 'D' todo fluya sin que tengas que pensar en nada. Ellos, junto con el magnífico personal de Bodegas Alvear y el catering, Ermita de la Candelaria, hicieron un equipazo increíble de principio a fin".

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La boda de Pía y Lucas en Córdoba. (Fotos Mercedes Pérez)

Los dos escenarios clave

Reservada diariamente para desarrollar la liturgia católica de la Mezquita-Catedral de Córdoba, son pocas las celebraciones que la capilla del Sagrario alberga. El enlace de Pía y Lucas fue uno de ellos. Hablamos de un templo sagrado, el templo parroquial de mayor antigüedad de la diócesis de Córdoba y el encargado de custodiar una serie de Libros Sacramentales datados en el año 1520. Fundada como capilla en 1330 por la viuda de Juan Ponce de Cabrera, fue convertida en librería capitular en 1517 por el arquitecto Hernán Ruiz I y hoy es el templo más solicitado para bodas religiosas de la ciudad.

"La ceremonia la celebró un amigo jesuita que conocimos en París, el cual hizo que esta fuese preciosa y muy nuestra", apunta la directora de productos en una cadena de supermercados francesa.

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La boda de Pía y Lucas en Córdoba. (Fotos Mercedes Pérez)

"A la ceremonia religiosa fui con mi padre y uno de sus grandes amigos de la infancia que nos prestó su coche antiguo para el gran día. Recuerdo el trayecto muy divertido con el amigo de mi padre haciendo bromas para que no me pusiese nerviosa", señala Pía. "Inolvidable también el camino y la llegada al altar con mi padre viendo a Lucas al fondo".

El segundo escenario clave vuelve a poner en el punto de mira la tradición y el legado familiar de la novia. "La boda se celebró en las Bodegas Alvear, una bodega del siglo XVIII con la cual tenemos vínculo familiar y que de por sí tiene un encanto propio".

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La boda de Pía y Lucas en Córdoba. (Fotos Mercedes Pérez)

"Queríamos mantener un estilo de decoración relacionado con el mundo del vino y en particular de las bodegas de Montilla Moriles. Decoramos la zona del aperitivo y la zona de fiesta con elementos vinícolas como cajas, botellas, carteles, banderines y fotos antiguas de la bodega. En cuanto a la decoración floral creada por Andaluflor, los principales protagonistas fueron elementos frutales y claveles. Para los meseros escogimos nombres de estaciones de esquí, el deporte favorito de Lucas y de toda su familia paterna", detalla Pía.

El ambiente en las Bodegas Alvear fue espectacular, "con una nave entera decorada y dedicada para la fiesta, donde los especialistas en sonido de Lemusique consiguieron que jóvenes y mayores lo pasasen en grande. Teníamos un mix enorme de nacionalidades y grupos de amigos que hicieron que disfrutásemos sin parar".

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La boda de Pía y Lucas en Córdoba. (Fotos Mercedes Pérez)

El catering lo sirvió Ermita de la Candelaria, "y la verdad que fue una pasada, tanto la comida como el servicio fueron de 10". De primero, gazpacho de tomates y fresones con langostinos y rape; de segundo, Wellington de rabo de toro con puré de patata y salsa de oloroso, y de postre, helado de naranja con gelatina de Pedro Ximénez y hojaldre caramelizado con frutos rojos. Como colofón, una copa de Pedro Ximénez de Añada de Bodegas Alvear.

"Nuestro objetivo era poner en valor la gastronomía de Andalucía y en particular la de Córdoba. Por ello nos centramos en un menú muy de la región y todos los platod, acompañados de vinos de la bodega, desde los aperitivos hasta la comida".

Un vestido de novia de Navascués

De la boda de Pía y Lucas queda por hablar del vestido de la novia, una impecable creación de alta costura hecha a medida por Navascués. Una vez más, Cristina Martínez-Pardo Cobián, la favorita por las novias de la jet-set, firmó un look nupcial impecable.

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La boda de Pía y Lucas en Córdoba. (Fotos Mercedes Pérez)

"Cuando llegue al taller de Navascués no tenía una idea precisa, lo que sí sabía era que me apetecía una tela especial que me permitiese darle un toque más rústico al traje, pero elegante a la vez, todo, sin ser muy campirulero. Además, quería llevar una mantilla de mi familia a modo de velo que de por sí tenía mucha personalidad, así que había diferentes piezas sueltas que encajar en el puzzle", cuenta Pía.

El equipo capitaneado por Cristina Martínez-Pardo Cobián asesoró a la novia hasta lograr el vestido de novia de sus sueños. "El proceso de creación fue superfácil gracias al equipazo de Navascués. En la primera visita, Guille, mano derecha de la diseñadora, me pilló al momento y me sacó un tejido de lino espectacular que es el que usamos. Ya en esa primera cita me propuso una idea de vestido que encajaba a la perfección con lo que quería: un diseño que incluía un lino muy elegante mezclado con organza y jugando con el deshilachado del lino para los detalles", explica la novia.

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La boda de Pía y Lucas en Córdoba. (Fotos Mercedes Pérez)

Una vez que estaban definidos los materiales y el patrón, "en el proceso intervino Carmen, otra profesional del equipo Navascués, que consiguió no solo llevar a cabo la idea, sino mejorarla. En pocas palabras, ¡otra auténtica maestra!". Pía recuerda que uno de los momentos más divertidos fue cuando se metieron de lleno en la creación del cuello, "a mí me encantan las camisas blancas y un día escribí a Cristina para ver que le parecía la idea de incluir un cuello más camisero. Carmen y ella hablaron y en la siguiente prueba me sugirieron un cuello desmontable que me chifló. El cuello dio muchísima personalidad al vestido y me gustó tanto que al final me lo dejé todo el día".

Construido el vestido de novia y con la obligatoriedad de incluir la mantilla familiar, "es el velo con el que se casó mi bisabuela a principio del siglo XX, una auténtica joya hecha con puñetas de abogado de aquella época", Pía fue escogiendo el resto de complementos.

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La boda de Pía y Lucas en Córdoba. (Fotos Mercedes Pérez)

"Para los zapatos sabía que no quería un par de color blanco, así que escogí los stilettos beige de Bimani que encajaban muy bien con el estilo del vestido y con el tono del velo. Los pendientes que llevé fueron los pendientes de pedida de mi bisabuela. Para el baile y la fiesta los guardé y me puse los pendientes que me regalaron los padres de Lucas. Otro de los accesorios que más ilusión me hizo llevar fueron la cinta y la medalla que llevé en el ramo. Una de mis mejores amigas no podía venir a la boda, así que ella misma me cosió la cinta con detalles de los dos".

Precisamente el ramo de Andaluflor, cierra el apartado de los aderezos de la novia. "Quería una composición un poco silvestre con flores variadas que diesen color y alegría al conjunto. Los protagonistas fueron unos claveles en tono salón, el hilo conductor de toda la decoración floral, y unas peonías rosas espectaculares".

El día de la boda, Pía se arregló en un apartamento que su madrina tiene cerca de la Mezquita de Córdoba, "Ángel de Mac Estilistas me hizo un maquillaje natural y una coleta ondulada que me encantaron".

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La boda de Pía y Lucas en Córdoba. (Fotos Mercedes Pérez)

Un mes después de su boda, Pía echa la mirada atrás y nos da varios consejos para las futuras novias. "Disfrutad siempre intentando estar el máximo del tiempo juntos, ya que todo pasa rapidísimo y luego se recuerda con muchísima felicidad. Elegid proveedores que os transmitan muchísima confianza y cercanía. Lucas y yo recordamos a todos nuestros proveedores con muchísimo cariño, al final forman parte de uno de los días más importantes de tu vida y compartes con ellos muchos momentos emocionales".

Como fin de fiesta, "Lucas y yo abrimos el baile con una canción de mi abuelo paterno, José Luis y su guitarra, titulada 'La canción de nosotros dos', fue un momento que recuerdo con mucho cariño".

La historia de las Bodegas Alvear está ligada a la historia de Montilla, una ciudad con gran tradición vinícola en plena campiña de Córdoba. Fundada en 1729 por Diego de Alvear y Escalera, es la bodega más antigua de Andalucía y una de las que mayor peso internacional posee en el mercado. A lo largo de sus casi 300 años, la bodega ha conservado su carácter familiar manteniendo sus raíces y en la actualidad la octava generación está al frente. La historia de amor de Pía y Lucas también está vinculada a la de las Bodegas Alvear.

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