Tiene sentido: por qué escuchamos canciones 'depres' cuando estamos tristes

A nadie le gusta estar triste, sin embargo, en ocasiones parece que nos encante regodearnos en esa sensación. Por lo menos eso es lo que parece cuando, en un momento de angustia vital puntual, toda nuestra lista de canciones parecen igualar ese sentimiento que tenemos. No es masoquismo, al parecer, es ciencia.

Mucho nos queda por aprender sobre las emociones humanas, como entenderlas y aprender a aceptar aquellas que no nos gustan, sin dejar que nos ahoguen. Intentamos reducir el estrés y tratamos de manejar la ansiedad, la cantidad cada vez mayor de gente que opta por la meditación es prueba de ello.

El caso de la tristeza no es diferente, reponernos lleva tiempo y una buena sesión de música triste, de canciones llenas de melancolía, angustia o desamor, pueden ser nuestras mejores compañeras de viaje. Para quienes se consuelan con estas cosas, no es una cuestión personal, se trata de algo universal que alguien ha estudiado, llegando a la conclusión de que, efectivamente, este tipo de música, ayuda.

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En un estudio publicado en ‘Frontiers in Psychology’, ya quedó demostrado que hay personas que disfrutan más este tipo de música que otras. Las emociones no son iguales para todos, por eso hay gente para quienes la música triste solo ahonda en su tristeza, pero para otros, es un consuelo. Quienes aman este tipo de melodías tienden a escogerlas en sus momentos de tristeza y esto se debe a dos factores: la empatía y la hormona prolactina.

A algunas personas, la música triste les provoca un sentimiento de melancolía, les conmueve y es ese sentimiento precisamente el que lo cambia todo porque es una experiencia intensa y placentera. Esto en parte es debido a la empatía, pues reaccionamos al percibir en alguien un sentimiento similar al que nosotros estamos teniendo. Sentimos compasión y simpatía.

No podemos olvidar el papel de la prolactina en todo esto, una hormona que aparece cuando nos sentimos apenados, generando una sensación de consuelo (también desencadena el llanto y favorece la producción de leche en mujeres). Esto fue estudiado por investigadores de la Universidad de Ohio, que descubrieron que las personas con niveles de prolactina más elevados manifestaban sensaciones placenteras.

Escuchando música triste podemos conseguir aumentar nuestros niveles de prolactina, lo que ayudará a que nos sintamos mejor. Ellos no fueron los únicos que investigaron esta teoría, que también quedo reforzada gracias a los estudios realizados en la Universidad Libre de Berlín, donde concretaron que la música triste producía tres sentimientos: nostalgia, ternura y tranquilidad.

La conclusión a la que llegaron es que la música puede ayudarnos a regular nuestro estado de ánimo, y la música triste puede ayudarnos a no estar tan tristes. Así las cosas, parece que no lo estamos haciendo tan mal cuando seleccionamos este tipo de melodías para que nos acompañen en nuestros momentos menos alegres. Eso sí, si eres de esas personas que no disfrutan con la música triste, puedes probar otros remedios como el ejercicio, la meditación o tomar un poco de chocolate.