Meditación para la ansiedad: trucos y beneficios de meditar para parar
La meditación puede ser una estupenda herramienta para calmarnos en situaciones de nerviosismo y de estrés. Aprende la importancia de parar para poder seguir
El cuerpo es sabio y por eso hay que aprender a escucharle. Hay situaciones que nos superan, que nos llevan al límite y que, pueden llegar a convertirse en un problema de salud grave. Esto es lo que sucede con el estrés o la ansiedad, un mecanismo de lucha o huida que tiene el cuerpo y que le prepara para enfrentarse a un peligro. Esto, que se puede considerar una reacción normal en la mayoría de los casos, no siempre es así, por ejemplo, si se activa con demasiada frecuencia o los factores que la desencadenan son muchos, puede llegar a afectar a la salud física y emocional de las personas.
La ansiedad en pequeñas dosis sirve para avisarnos de que algo no va bien, pero si esta nos desborda, puede resultar abrumadora y bloquearnos. Por eso es necesario evitar que vaya a más y termine por dominar nuestra vida, causando problemas como insomnio, tensiones, dolor de cabeza… Buscar ayuda profesional en caso de necesitarla es clave, sin embargo también podemos poner en práctica otros métodos, como la meditación, ideal como técnica de relajación.
La meditación no es la única técnica que podemos poner en práctica para reducir esos niveles de ansiedad y estrés, de hecho hay algunas otras formas sencillas para poder ayudar a controlarla. Por ejemplo salir a caminar puede resultarnos muy útil, sobre todo si lo hacemos en espacios exteriores, en contacto con la naturaleza y de una manera consciente, controlando nuestros pasos. Escuchar música, hablar con alguien cercano, reír… también es importante hacer ejercicio físico, como salir a correr o practicar yoga.
Todas estas experiencias tienen algo en común y es que conviene hacerlas con intención, buscando reducir la velocidad a la que se suceden nuestros pensamientos, aprender a ralentizarlos para poder verlos, aceptarlos y dejarlos marchar. En todo esto puede ayudarnos la meditación, con la que no solo estaremos reduciendo el estrés, la ansiedad y los problemas derivados de ellas, también podremos lograr una mejor salud emocional, una mayor conciencia personal, un aumento de la felicidad y la empatía y también la posibilidad de reducir la presión sanguínea y mejorar la memoria.
Existen algunas técnicas de meditación, sobre todo las relacionadas con el mindfulness, que pueden resultar muy útiles y que ayudan a observar las emociones y calmar nuestra mente. Técnicas que podremos poner en práctica en cualquier momento para intentar recuperar el control de la situación, evitando que se convierta en algo que nos supere. Al tomar conciencia de nuestro estado físico y mental, podremos reaccionar de una forma más acertada ante situaciones o problemas inesperados.
La respiración en estos casos es clave y es uno de los pilares fundamentales de la meditación. Una respiración consciente que nos ayude a tomar consciencia plena del momento, pero también a reducir nuestros niveles de nerviosismo. Controlar la respiración es una técnica esencial para la relajación, ayudándonos a lograr que esos momentos de tensión máxima pasen. Algunos trucos para aprender a concentrarnos en la respiración es contar las inspiraciones y espiraciones, fijarnos en la temperatura del aire al entrar y salir o imaginar como este va llenando nuestro cuerpo.
Aprender a respirar de manera consciente no es la única técnica que podemos emplear para reducir nuestros niveles de estrés y ansiedad, también la visualización positiva puede resultarnos de gran utilidad, en ella intentamos concentrarnos en imágenes positivas y agradables que nos ayuden a recordar momentos felices del pasado y cambiar nuestro estado de ánimo, otros como la aromaterapia también pueden resultar de gran utilidad.
Sin embargo, la meditación consciente no solo puede ayudarnos a enfrentarnos a una situación complicada con el estado de ánimo correcto, también es una de las más sencillas de comenzar a poner en práctica. Mejoramos la capacidad de entender y comprender nuestras propias emociones y así reforzaremos también la capacidad de gobernarlas. El mindfulness puede resultar muy útil para aprender a responder de una forma consciente ante situaciones complicadas.
Antes de dejar que las situaciones de estrés y ansiedad dominen nuestra vida, no es mala idea poner en práctica algunos de los trucos señalados para evitarla, así como la meditación, reservando unos minutos del día para dedicárnoslos a nosotras mismas y cuidarnos, relajarnos, disminuir el ritmo cardiaco y enfrentarnos de una forma sana a todo lo que nos depare el día. Eso sí, no olvides que la meditación no es sustituto de un tratamiento médico, por lo que si tienes dudas sobre tu estado, lo mejor es ponerse en manos de profesionales.
El cuerpo es sabio y por eso hay que aprender a escucharle. Hay situaciones que nos superan, que nos llevan al límite y que, pueden llegar a convertirse en un problema de salud grave. Esto es lo que sucede con el estrés o la ansiedad, un mecanismo de lucha o huida que tiene el cuerpo y que le prepara para enfrentarse a un peligro. Esto, que se puede considerar una reacción normal en la mayoría de los casos, no siempre es así, por ejemplo, si se activa con demasiada frecuencia o los factores que la desencadenan son muchos, puede llegar a afectar a la salud física y emocional de las personas.