La meditación como llave para la paz interior

Cada vez es más frecuente sufrir problemas relacionados con el estrés y la ansiedad, debido, habitualmente, a que llevamos un estilo de vida agitado, cargado de responsabilidades laborales, familiares y personales. Los días se nos escurren entre los dedos tratando de llegar a todo y sin darnos cuenta de que en el proceso nos vamos sobrecargando y descuidándonos a nosotras mismas, ordenando de forma equivocada nuestras prioridades.

Al hacer esto, descuidamos una parte de nosotras que es vital, nuestra paz interior, un concepto que puede parecernos complicado de entender, pero que en el fondo es muy sencillo. La paz interior es una sensación subjetiva de bienestar, que en ocasiones confundimos con la tranquilidad, pero que abarca un concepto mayor. En esta búsqueda, la meditación puede resultarnos de gran utilidad, porque es clave para ayudarnos a reducir estos niveles de estrés a los que antes hacíamos referencia.

Tal y como su nombre indica, la paz interior no es algo que podamos conseguir gracias a factores externos, es algo que depende solo de nosotras, de la actitud que escojamos adoptar para enfrentarnos a las dificultades, obstáculos o circunstancias de la vida. Es una sensación de calma que conseguimos al dejar de luchar por eliminar los sentimientos y emociones negativas, en lugar de eso, las aceptamos evitando que puedan hacernos daño, sin darles más importancia de la que tienen y sin dejar que dirijan nuestra vida.

La paz interior no es algo que vayamos desarrollando con el tiempo por el mero hecho de cumplir años o de ascender posiciones laborales, es necesario un ejercicio propio, tomar la decisión de querer cambiar nuestra forma de enfrentarnos al mundo dejando de limitarnos a reaccionar ante lo que pasa y tomando las riendas de nuestras decisiones, pero también de nuestra vida. Se trata de una decisión consciente que tomamos en busca de la serenidad.

Dicho así parece muy sencillo, sin embargo el proceso requiere tiempo, decisión, constancia y, sobre todo, tener claro de los métodos que podemos poner en práctica para poder encontrar esa paz interior que haga nuestra vida más feliz y serena. Por ejemplo, una de las pautas que se suele dar a la hora de buscar la paz interior es dejar de preocuparnos, que es una acción completamente inútil, y comenzar a ocuparnos, es decir, analizar las situaciones y descubrir si podemos darles solución.

También hay otras formas mucho más habituales de lograr esa paz, por ejemplo haciendo un poco de ejercicio físico. Seguro que alguna vez has escuchado que el ejercicio es muy útil para liberar la mente, nos ayuda a desconectar de las preocupaciones ganando seguridad y autoestima, además durante el ejercicio nuestro cuerpo libera hormonas que nos ayudan a sentirnos más felices. Así, aumentar la actividad física y tener un sueño de calidad pueden ayudarnos más de lo que pensamos a la hora de encontrar esa ansiada paz interior.

Esta no es la única manera en la que podemos acercarnos, de hecho no conviene descuidar otras formas de conseguirla y que están íntimamente relacionadas con la meditación. El profundo descanso que se experimenta durante la meditación hace que el cuerpo se muestre mucho más relajado, dejando de lado el estrés y la ansiedad, pero también haciendo que reaccionemos ante los problemas de forma más calmada.

A través de la meditación podemos aprender a estar presentes, una práctica habitual de algunas técnicas como el Mindfulness. Esto nos ayuda a ser conscientes del momento actual, sin dejar que los problemas y las preocupaciones del pasado puedan pesarnos de forma constante, así como evitando que la ansiedad por lo que pueda suceder en el futuro nos bloquee y evite que podamos seguir evolucionando o creciendo.

Una forma de lograrlo es a través de la respiración, una de las claves de la meditación y que cobra especial importancia en las sesiones porque en muchas ocasiones se emplea como foco, como elemento que nos ayuda a lograr una concentración plena, el objeto hacia el que se dirige la propia conciencia. La respiración puede ser la clave para lograr una mayor relajación, la llave que nos abra la puerta hacia la paz interior deseada.

Incluir la meditación en nuestra práctica diaria hará este proceso de búsqueda mucho más sencillo, porque nos dará gran parte de las herramientas que necesitamos para aprender a distinguir nuestros pensamientos, reconocerlos y dejarlos ir, sin dejar que se queden con nosotras llenándonos de preocupaciones o de malas sensaciones. Cambiar nuestra actitud ante la vida, mostrarnos agradecidas por los grandes logros, pero también por las pequeñas cosas, simplificar nuestra vida, teniendo claras nuestras prioridades… son solo parte del aprendizaje al que podemos llegar a través de la meditación.

Porque una vez que hemos decidido que es importante cambiar nuestra forma de enfrentarnos al mundo, porque sabemos la relevancia que encontrar la paz interior a través de la meditación tiene para nuestra vida y nuestra felicidad, podemos empezar a evolucionar hacia una mejor versión de nosotras mismas.