Autoconocimiento sexual: qué es y por qué conviene practicarlo

El sexo es un área importante de nuestra vida, no solo una función biológica. Conocer bien nuestro cuerpo y sus ritmos nos ayuda a disfrutar plenamente de nuestras experiencias.

Saber lo que nos gusta es imprescindible en cada una de las situaciones de la vida, qué queremos comer, cuáles son nuestras ambiciones laborales, con quien nos gustaría compartir la vida, cómo deseamos que sea nuestra futura casa... Sin embargo, en la sexualidad solemos ir por inercia, sin pararnos a pensar con qué disfrutamos realmente.

Este autoconocimiento sexual, como comenta la psicóloga Elena Sanz en Mejor con salud, "hace referencia a todo lo que sabemos, o deberíamos saber, sobre nuestra sexualidad. Es decir, cómo somos en este ámbito, qué necesitamos, qué nos gusta". Es necesario conocer cuáles son nuestras preferencias y ritmos, qué pensamos y sentimos al respecto, cómo nos desenvolvemos y qué podríamos hacer para vivir una sexualidad más plena.

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Seguro que no tenéis la respuesta a todas estas cuestiones, probablemente nunca os las hayáis planteado. Puede que sea porque durante años, la sexualidad ha sido un tema tabú en muchas casas, y hoy lo sigue siendo en la sociedad. O porque la educación sexual que recibimos de manera no formal es escasa y centrada principalmente en el coito de parejas heterosexuales.

Explora y conoce tu cuerpo

Para empezar hay que conocer en profundidad la anatomía corporal. Es necesario mirarse en el espejo y autoexplorarse. Conecta contigo mismo y sentirte cómodo en tu propia piel. Hay muchas prácticas que pueden ayudar, como el baile o los masajes. Es importante para todos valorar nuestro cuerpo, no limitarnos, cohibirnos o acomplejarnos. Tener miedo a mostrar el cuerpo, incluso a uno mismo, impide tener una sexualidad plena.

Hay que tomar consciencia del cuerpo al completo, cada zona, por poco sexual que te parezca al principio, puede sorprenderte. No debes centrarte tan solo en la zona genital, sino conocer las sensaciones que te gustan, saber en qué zonas eres más sensible y distinguir tu mapa erógeno. Con el tiempo, descubrirás tus propios ritmos. Tanto sola, como con otras personas, entenderás que cosas te proporcionan placer o te despiertan el deseo. Incluso, puedes hablarlo con tu pareja, ya que también conoce tu cuerpo y te puede darte algunas ideas para empezar.

Es tan relevante conocer lo que te gusta, como lo que no. Hay que saber poner límites y no tener miedo a expresar tu opinión. También es importante saber cada cuanto te apetece tener una relación sexual, si necesitas una carga afectiva mayor con la otra persona, o si prefieres no tenerla. Todo es lícito y respetable.

Continuamos viviendo la revolución sexual y el auto placer, sobre todo femenino, está dejando de ser tabú. Hemos entendido que es necesaria la conexión con nosotros mismos para mejorar la autoestima y responsabilizarnos de nuestro placer. Es valioso conocernos para disfrutar plenamente de la sexualidad, sola, en pareja o quien desees. Sobre todo, no olvides que no hay que tener miedo a mostrar tus preferencias y que todo es respetable.