Qué hacer si se pierden las ganas de tener sexo en la pareja

Hay muchos factores que influyen en la felicidad de cada persona y en cada individuo tienen diferente peso. No es raro querer tener un trabajo que nos haga felices, intentar fortalecer nuestras relaciones familiares o establecer vínculos afectivos fuertes con nuestros amigos. Tampoco conviene descuidar el aspecto sexual, sobre todo si estamos en pareja y sentimos cómo las cosas están cambiando, para uno de los miembros o para ambos.

La importancia que se le da al sexo es diferente en cada pareja, para algunas parejas es vital, mientras que para otras no resulta tan relevante. Cada persona es diferente y no hay dos parejas iguales, por eso no es raro que algunos de los problemas más frecuentes en cuanto al sexo en pareja deriven de estas diferencias que cada uno establece o de las distintas necesidades que cada uno tiene.

En este caso, no obstante, el dilema se presenta ante el cambio o la pérdida de ese apetito sexual que hasta el momento sí estaba ahí. La pérdida de ganas a la hora de mantener relaciones sexuales en una pareja estable es más frecuente de lo que parece y puede deberse a muchas causas, algunas de ellas son físicas y otras son emocionales. Conviene conocer los motivos para poder buscar una solución.

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La pérdida de ‘ganas’ a la hora de mantener relaciones con una pareja estable es más común de lo que parece, según confirma Judith Mesa, terapeuta en Vivofácil. “Cuando se entra en la rutina y la monotonía hay una pérdida de sorpresa y de novedad sexual y para recuperar las ganas no hay nada como hablar en pareja; buscar otros modos de placer y divertirse tanto fuera como dentro de la cama”.

Los motivos por los que se pierde el deseo

Las relaciones sexuales responden a una necesidad biológica, pero también emocional, en la pareja permite mantener estos vínculos afectivos, por eso es importante estar atento para detectar las señales que indican una posible falta de deseo sexual. En general, quienes no sienten ese deseo buscan excusas para evitar la intimidad con su pareja, evitando el contacto o priorizando otras tareas que, de repente, parecen urgentes.

“A veces es esta ‘huida’ la que genera un gran sentimiento de culpa, al sentir que no da respuesta a un compromiso, lo que genera más nervios según se dilata el encuentro sexual”, explican los expertos de Top Doctors. “El paciente que sufre falta de deseo sexual tiende a sabotear inconscientemente la relación, poniendo inconvenientes”.

Entre las causas más habituales para perder el deseo sexual se pueden establecer ciertas distinciones. Por ejemplo, algunas son orgánicas, como padecer alteraciones hormonales o problemas endocrinos, estar sometido a tratamiento con medicamentos específicos, tener una enfermedad crónica o una metabólica, pero también puede haber factores psicológicos, tal y como revelan en Top Doctors.

Puede deberse a “Disfunciones sexuales: disfunción eréctil, vaginismo o anorgasmia, deberse a problemas en la pareja o estar experimentando periodos de estrés y ansiedad, tener trastornos en el estado de ánimo, fatiga o cansancio”. Por otra parte, también puede ser causado por “Miedos personales a no satisfacer a la pareja, por monotonía en la relación o por tener una vida sexual poco satisfactoria”.

¿Qué se puede hacer para solucionarlo?

La falta de deseo sexual no es algo que se pueda prevenir, solo se puede estar pendiente de las señales y los factores que pueden producirlo y buscar una solución. No existe una fórmula mágica para lograrlo, pero los pasos más frecuentes comienzan con una visita a un médico, sobre todo si sufres alguna enfermedad o tomas medicación, explica Judith Mesa, terapeuta en Vivofácil.

La terapeuta recuerda que no es mala idea “revisar tu historia sexual, analizando cómo has visto la sexualidad desde que eras menor, tu forma de verla, de descubrirla y disfrutarla”. Es buena idea cambiar un poco las cosas, sobre todo rebajando los niveles de estrés y preocupaciones, algo que no siempre resulta sencillo, “revisa tus tareas, prioriza, elimina lo que no te aporta y te genera malestar, e incluso cambia de trabajo o estilo de vida”.

Un buen descanso es esencial, “es difícil que haya deseo cuando estás en un periodo de más estrés, no descansas y duermes poco”, pero también lo es el ejercicio físico, que “aumenta el apetito sexual y mejorar la libido”, fortalece los músculos y, en especial, el suelo pélvico. “La sexualidad se empieza a disfrutar y gozar con plenitud en los distintos momentos de tu vida diaria”, nos recuerda. “Dedica más tiempo al placer en todos los sentidos. Conoce y explora tu cuerpo, descubre tus fantasías y despierta el deseo”.

“Somos seres en movimiento, en constante conocimiento y descubrimiento, preguntar a nuestra pareja cómo siente la vida sexual que compartimos, qué le satisface o insatisface de esta y si existe algo nuevo que quiera hacer, puede abrir una puerta hacia un disfrute diferente en el sexo”, recuerdan los expertos de Psico Mérida. “Comunicarse entre sí será esencial si queremos experimentar algo nuevo en pareja”.

Por supuesto, también establecen que “si no quieres mantener relaciones sexuales o no quieres experimentar lo que tu pareja propone, no estás obligada u obligado a hacerlo. El encuentro sexual es un acto de comodidad y placer, no de deberes”.