Observa a tus hijos y, si hacen esto, es que su inteligencia emocional es superior a la de otros niños

La personalidad de los niños pasa por diferentes etapas y retos, según su edad. Así, existen hijos más desafiantes, como desvela Álvaro Bilbao, mientras que las necesidades en la adolescencia, con unos problemas más específicos, son diferentes que en los primeros años de vida. Sin embargo, en cualquier momento de la vida es muy importante comenzar a cuidar la inteligencia emocional.

Especialmente cuando tus hijos son pequeños, ya que muchas de estas enseñanzas les marcarán el resto de su trayectoria. Aunque, quizás te has preguntado si la inteligencia emocional de tus hijos es superior a la media de otros niños o está dentro de lo normal para su edad. Lo desvelamos con las claves de la experta en crianza y coach de paternidad, Reem Raouda,

Lo primero es definir algunas de las claves de la inteligencia emocional. Se trata de la capacidad de acceder a los eventos internos (emociones, sensaciones corporales, pensamientos e impulsos de acción), reflexionar sobre ellos, y utilizarlos o transformarlos para aumentar el bienestar en los distintos ámbitos de la vida, como desvela Amanda López, psicóloga del centro Alcea.

Una relación que, según desveló Reem Raouda en su entrevista para la cadena estadounidense CNBC, según su investigación más reciente con 200 niños, comienza en la infancia. Así, aunque la inteligencia emocional va creciendo, muchas personas ya cuentan con ella desde su nacimiento. Un estudio que le ha llevado a dar con seis características clave para saber si tu hijo tiene una inteligencia emocional por encima de la media.

La empatía para la inteligencia emocional

La primera es que reconocer el lenguaje no verbal y entender las expresiones faciales. Un campo sobre el que los expertos nos pueden desvelar muchos secretos, como la simbología de los gestos de Elsa Pataky y Chris Hemsworth en los Oscar, pero que nosotros también desarrollamos de forma innata. A esto se suma observar si tu hijo es empático y compasivo. Es decir, si sabe prestar atención a los problemas de los demás (siempre entendiendo que es un niño).

La experta en crianza y coach de paternidad también destaca cómo los niños con una inteligencia emocional alta son flexibles, y logran adaptarse a las diferentes situaciones que van viviendo. A lo que se suma la capacidad de autorregular sus emociones. Es decir, entienden que hay emociones buenas y malas, y saben cómo convivir con cada una de ellas según las sientan, pero sin dejarse arrastrar. Una capacidad que, según la coach, se puede mejorar con prácticas como la meditación desde la infancia.

Finalmente, Reem Raouda valora como una inteligencia emocional superior al resto el hecho de poder reconocer sus propias emociones. Saber qué están sintiendo en cada momento. Aunque para los más pequeños puede ser más complicado, por no haber desarrollado aún bien el lenguaje, aquellos con un mayor desarrollo son precoces en este aspecto. Una serie de claves para descubrir la inteligencia emocional de tu hijo que, en caso de dudas, puedes consultar con los profesionales educativos o de psicología infantil.