Los beneficios de la meditación: trucos para empezar hoy mismo

La meditación es una práctica milenaria que engloba varios aspectos, desde la relajación a la conciencia de la energía interna, según la línea que se decida tomar. Un camino que, más allá de cómo lo practiques, está repleto de beneficios. La práctica de meditar ha sido avalada por la ciencia por ser un aliado de la salud mental. Por eso, es ideal para personas que luchen contra el estrés y la ansiedad, como también son estos alimentos relajantes o estas bebidas para dormir mejor.

Por eso, en el Día Mundial de la Meditación, hemos recogido varias de las claves para comenzar a meditar. Mucho más sencillo de lo que parece, puedes comenzar hoy mismo, es totalmente gratuito (no necesitas ningún material) y desde el primer momento notarás sus efectos positivos en tu cuerpo y mente. Así, sigue la estela de famosos como Jennifer Aniston o Jon Kortajarena y comienza a meditar.

La meditación nos ayuda a conocernos mejor, haciendo que mejoremos la visión que tenemos de nosotros y logrando que también tengamos una visión de la vida más positiva. Esto influye también a la hora de reducir los niveles de estrés, lo que hará que disminuya el riesgo de padecer otro tipo de enfermedades, como la depresión, pero también otras de carácter cardiovascular, porque reduce la presión arterial (como estos alimentos cardiosaludables). Además, se ha demostrado que reduce la intensidad de los procesos dolorosos e inflamatorios.

Asimismo, meditar de manera regular puede ayudarnos a mejorar la memoria, a tener una mayor capacidad de aprendizaje, así como a aumentar nuestra capacidad de atención y concentración. Nos hace también estar más presentes en el momento actual y dejar de actuar en ‘autopiloto’, siendo más conscientes de cómo nos movemos, cómo nos sentimos y como reaccionamos ante situaciones o conflictos.

Lo decíamos hace unas líneas, empezar a meditar es sencillo, pero no quiere decir que sea fácil. Nos referimos a que requiere disciplina y práctica por nuestra parte. Es importante encontrar el mejor momento para ti, así como la forma de meditación con la que mejores resultados obtengas, como la meditación con música o las meditaciones activas o pasivas. Aunque siempre puedes probar varias, e ir adaptando esta disciplina a tus necesidades. La clave es crear hábito para ir mejorando.

Pasos para empezar a meditar

Lo importante es centrarte en el aquí y el ahora, por lo que lo mejor es olvidarse de relojes y otro tipo de aparatos y escoger una ropa con la que puedas sentirte cómodo. Encontrar el lugar adecuado es también clave, un sitio en el que puedas estar tranquilo y sin que nadie te moleste. Aunque solemos escoger un rincón de nuestra casa, no es necesario que sea allí, también puede ser un parque o un rincón que nos conecte con la naturaleza.

No olvides encontrar la postura que nos ayude a meditar mejor. La más habitual es sentada sobre la esterilla o el cojín de meditación, con los hombros y los brazos relajados. Sin embargo, hay otras ocasiones en las que es mejor tumbarnos o escoger un sitio en el que podamos apoyar la espalda, sobre todo al principio, para evitar cansarnos o incluso que resulte doloroso por intentar mantener la misma postura durante demasiado tiempo.

La respiración consciente es clave en este proceso, igual que sucede en el yoga. Centrarnos en este aspecto puede ser muy útil sobre todo para los principiantes, porque al fijar nuestra atención en una sola cosa, la mente se irá calmando.

Alejando de los pensamientos con los que nos bombardea a lo largo del día. Además, en contra de lo que se suele pensar, la meditación no es dejar la mente en blanco, sino aceptar los pensamientos y emociones que van surgiendo y aprender a seguir adelante. Muchas personas que toman la decisión de comenzar a meditar tienden a sentir cierta frustración porque esperan que la práctica llegue acompañada de una sensación de bienestar instantáneo, de plenitud.

Sin embargo, los beneficios se conseguirán con el entrenamiento, haciendo que la meditación forme parte de tu rutina, poco a poco irás mejorando hasta conseguir los beneficios que señalábamos anteriormente.

Una buena idea es dejarnos guiar por un profesor o un maestro que pueda compartir sus enseñanzas, así más adelante podremos hacer nuestras propias meditaciones. Conviene empezar poco a poco e ir aumentando el tiempo que le dedicamos a la práctica, así como no exigirnos demasiado a nosotros mismos y ser conscientes de que, como tantas cosas en la vida, los resultados no son inmediatos.

Al igual que existen momentos clave para practicar cada deporte, si buscas el mejor momento del día para meditar, las primeras horas de la mañana y las últimas de la tarde pueden ser las adecuadas. Al ser el momento en que nuestro cuerpo y nuestra mente se encuentra de por sí más en calma, aunque cada persona debe encontrar su ritmo ideal.

Aprovecha esos ratos que tengas disponibles para ti para buscar la mejor forma de recuperar tu energía, mejorar tu bienestar y lograr una vida más placentera y feliz desde la calma y el amor propio que promueven las diferentes disciplinas de meditación. Una práctica que siempre ha estado unida a las culturas asiáticas, pero que en las últimas investigaciones se ha coronado como universal. Dado que se han encontrado pruebas de la contemplación meditativa de culturas como las celtas.