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Meditación activa y pasiva: diferencias y usos de estas técnicas para meditar
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Ejercicio y silencio

Meditación activa y pasiva: diferencias y usos de estas técnicas para meditar

Hay numerosos tipos de meditación, por lo que si hasta ahora no has encontrado la que te ayuda, puede que sea porque no la conoces, como la meditación activa

Foto: Meditación activa y pasiva. (Unsplash/Ben White)
Meditación activa y pasiva. (Unsplash/Ben White)

Una vez que hemos decidido darle una oportunidad a la meditación, llega el siguiente paso, descubrir qué tipo nos conviene más o puede aportarnos más beneficios. Existen muchos tipos de meditación y cada uno de ellos emplea técnicas diferentes para un mismo objetivo, lograr que sintamos que nuestra mente está en calma.

Aunque este sea el objetivo, no es el único efecto positivo que podemos obtener gracias a la meditación, pues es una práctica con la que también lograremos reducir los niveles de estrés y ansiedad, así como los problemas derivados de ambas. Practicar meditación de forma regular puede ayudarnos a mejorar la memoria, aumentar la capacidad de atención y concentración y nos ayuda a estar más presentes en el día a día.

placeholder Meditación activa y pasiva. (Pexels/Ron Lach)
Meditación activa y pasiva. (Pexels/Ron Lach)

También puede ser de gran utilidad para conocernos más, mejorando la visión que tenemos de nosotras mismas, además disminuye el riesgo de padecer enfermedades, como la depresión, reduce la presión arterial y reduce la intensidad de algunos procesos dolorosos.

Así las cosas, no es raro que cada vez más gente se plantee darle una oportunidad a esta técnica milenaria, que durante tanto tiempo ha estado rodeada de mitos que el tiempo ha demostrado no ser del todo cierto. Por ejemplo, se solía pensar que para practicarla había que hacerlo desde un punto de vista espiritual y religioso algo que, aunque es posible, no es obligatorio.

Meditación activa y pasiva

Tampoco es una manera de escapar de la realidad, ni sirve para dejar de pensar, la meditación es una forma de aceptar esos pensamientos que es imposible frenar y dejarlos marchar, dejando la mente en calma. La meditación pasiva es aquella que nos requiere una postura determinada, sentadas o tumbadas, y también un estado de concentración adecuado, estaremos en silencio, en un lugar tranquilo en el que nadie nos moleste.

Durante este tipo de prácticas se pretenden acallar los pensamientos dejando que pasen, buscando que la mente no nos controle para lograr una conexión mayor. Acallar la mente no es una tarea sencilla, pero hacerlo de esta manera nos impedirá lograr esa conexión cuando las circunstancias a nuestro alrededor sean otras.

placeholder Meditación activa y pasiva. (Pexels/Elina Fairytale)
Meditación activa y pasiva. (Pexels/Elina Fairytale)

Por eso no conviene apartar demasiado rápido la idea de probar con la meditación activa o dinámica. Fue creada por el hindú Bhagwan Shree Rajneesh, más conocido como Osho (1931-1990), y su objetivo es que logres la armonía mientras realizas cualquier tipo de ejercicio. En este tipo de meditación, la respiración ocupa un lugar destacado, pues solo con concentrarnos en las inhalaciones y exhalaciones ya estaremos conectando con nosotros mismos, tranquilizando la mente y relajándonos.

Esto lo podemos practicar en cualquier sitio, pues incluso mientras nos duchamos podremos ser conscientes de nuestra respiración y como esta nos ayuda a concentrarnos, en este caso no es necesario estar sentadas en la misma postura sin mover nuestro cuerpo. Las meditaciones pasivas clásicas pueden resultarnos complicadas, pues ponen énfasis en tratar de controlar la mente, por su parte, esta meditación activa y las muchas que se han ido desarrollando a su alrededor, emplea técnicas más sencillas y directas que no se basan en la concentración, pues según su autor, es complicado relajarnos si tenemos que concentrarnos.

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Meditación activa o pasiva. (Pexels/Andrea Piacquadio)

Cualquier ejercicio que realicemos puede ser una forma de meditación activa, por ejemplo caminar, bailar, nadar… para que sea así solo tenemos que tener presente durante el ejercicio nuestra respiración y, sobre todo, integrar cuerpo, mente y espíritu, centrando nuestros sentidos y pensamientos en ese momento concreto, sin tratar de silenciarlos, es decir, pensar menos y sentir más.

Podemos recurrir a clases concretas, en las que nos guíen con movimientos, ejercicios, mantras o músicas adecuadas para alcanzar nuestros objetivos, en general en este tipo de meditaciones siempre hay una primera etapa de ejercicio físico, seguido por otra de silencio, en la que realizamos un viaje al interior. También existen numerosas actividades que podemos practicar en nuestro día a día durante las que podemos poner en práctica lo aprendido a través de la meditación activa.

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Meditación activa y pasiva. (Pexels/Miriam Alonso)

Por ejemplo, mientras caminamos podemos liberar la mente mientras conectamos con el entorno. Ejercicios que han alcanzado gran fama, como colorear o dibujar, sobre todo en el caso de los mandalas, también resultan muy útiles, pues nos ayudan a concentrarnos en el ahora, a estar presentes y desconectar de los problemas diarios. Pueden ser efectivas prácticas como la jardinería, o los movimientos constantes y repetitivos que se hacen al trabajar con las manos, como al hacer crochet, bordar y otras manualidades.

Como se puede apreciar, existen numerosas formas de acercarse a la meditación, darle una oportunidad a esta práctica que nos ayuda a buscar la paz y lidiar con nuestros sentimientos y emociones, y no todas ellas consisten en sentarnos sobre un cojín, o zafu, y tratar de dejar que los pensamientos fluyan sin dejarlos que se queden poblando nuestra mente y convirtiéndose en preocupaciones. Cada persona tiene un camino y por suerte, podemos probar varios hasta encontrar el que nos lleve a donde queremos ir.

Una vez que hemos decidido darle una oportunidad a la meditación, llega el siguiente paso, descubrir qué tipo nos conviene más o puede aportarnos más beneficios. Existen muchos tipos de meditación y cada uno de ellos emplea técnicas diferentes para un mismo objetivo, lograr que sintamos que nuestra mente está en calma.

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