Este es el truco para limpiar las persianas de forma más cómoda

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Dentro de las numerosas tareas domésticas, hay algunas que se caracterizan por ser especialmente tediosas. Una de ellas es sin duda la de mantener limpias las persianas. El truco del calcetín permite que esta actividad sea más sencilla, ahorrando tiempo y dinero y sin necesidad de recurrir a productos de alto coste.

La limpieza regular de las persianas, aparte de contribuir a la estética del hogar, también ayuda a mejorar calidad del aire al eliminar el polvo acumulado, por lo que, a su vez, previene la aparición posibles alergias. Además, prolonga la vida útil de las persianas, evitando un desgaste prematuro y reduciendo los gastos derivados de reparaciones o sustituciones.

Los elementos que necesitamos son: calcetines viejos de algodón, agua, vinagre blanco y un pulverizador. Para empezar, debe prepararse una solución mezclando agua y vinagre a partes iguales. El producto resultante acabará tanto con el polvo como con los malos olores. Una vez preparado, hay que colocar el calcetín en la mano como si fuera un guante. Después, se debe pulverizar el líquido sobre las láminas de la persiana o directamente sobre el calcetín, como se prefiera, y realizar movimientos suaves de arriba hacia abajo. El tejido suave permite atrapar la suciedad sin dañar la persiana.

En las zonas donde se acumule más la suciedad, basta con aplicar más solución y frotar con delicadeza. Por último, debes usar otro calcetín limpio o un paño seco para eliminar cualquier resto de humedad y conseguir un acabado perfecto.

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Desde la página web de 'Bricomanía', aconsejan desmontar la tapa del tambor cuando se trate de persianas que se encuentren en viviendas con altura. La frecuencia de limpieza recomendada, para evitar grandes acumulaciones de polvo, es de cada tres o cuatro meses. La participación de otros miembros de la familia puede convertir esta tarea en una actividad más llevadera e incluso divertida. Cuando se utilicen escaleras para alcanzar zonas altas, es fundamental asegurarse de contar con una base estable para prevenir accidentes.