Esta es la forma correcta de limpiar el frigorífico y el congelador para que dure semanas

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Conservar la limpieza y eficiencia de nuestro frigorífico y congelador es fundamental para asegurar que nuestros alimentos se mantengan en buen estado, evitar malos olores y prolongar la vida útil del aparato. En este artículo, te contamos los pasos esenciales para limpiar estos electrodomésticos de manera eficaz y segura, para que se mantengan impecables por semanas.

Antes de comenzar, apaga el frigorífico y el congelador. Esto no solo ayuda a ahorrar energía mientras limpiamos, sino que también previene posibles descargas eléctricas. Luego, saca todos los alimentos y revisa sus fechas de caducidad. Los alimentos que ya no se encuentren en buen estado deben desecharse. Para evitar que se descongelen demasiado rápido, colócalos en una nevera portátil o en una bolsa térmica con acumuladores de frío. Estantes, cajones, y cualquier accesorio extraíble del frigorífico y congelador deben sacarse para una limpieza a fondo. Estos elementos pueden lavarse a mano con agua tibia y jabón neutro. Si están muy sucios, sumérgelos en una solución de agua caliente y algún tipo de producto desinfectante durante unos minutos antes de frotarlos. Este paso es fundamental para eliminar restos de alimentos y bacterias que pueden acumularse en los recovecos.

El interior del frigorífico y del congelador debe limpiarse con una mezcla de agua tibia y vinagre blanco en proporciones iguales. El vinagre es un desinfectante natural y ayuda a neutralizar olores sin dejar residuos químicos. Puedes utilizar un paño suave o una esponja para frotar cada rincón, prestando especial atención a las esquinas y a las áreas de difícil acceso. Evita usar productos abrasivos o esponjas ásperas, ya que pueden dañar las superficies. Para eliminar manchas persistentes o derrames pegajosos, mezcla un poco de bicarbonato de sodio con agua para formar una pasta suave y aplícala sobre las manchas. Deja actuar unos minutos antes de frotar y enjuagar.

Las juntas de la puerta son propensas a acumular suciedad y moho, lo que puede afectar el sellado y provocar pérdida de frío, lo que aumenta el consumo de energía. Para limpiar las juntas, usa un cepillo de dientes viejo humedecido en una mezcla de agua y vinagre. Pasa el cepillo por cada pliegue de la goma y luego pasa un paño limpio para eliminar cualquier resto de suciedad. El frigorífico suele tener un pequeño desagüe en la parte posterior que permite drenar el agua de descongelación. Este orificio puede obstruirse con residuos de alimentos o partículas, lo que puede provocar malos olores o la acumulación de agua. Para limpiarlo, utiliza un bastoncillo de algodón o una jeringa con agua caliente para desalojar cualquier obstrucción.

Además del interior, el exterior del frigorífico y el congelador también requiere atención. Usa un paño suave y una mezcla de agua y jabón neutro para limpiar la superficie. En el caso de las puertas de acero inoxidable, puedes utilizar un limpiador especial o una mezcla de agua y vinagre para evitar marcas de dedos y darle brillo. Revisa también la parte trasera o inferior del electrodoméstico, donde se encuentra el condensador o la rejilla de ventilación. Limpiar esta área es esencial para mantener la eficiencia energética, ya que el polvo y la suciedad acumulada pueden reducir el rendimiento y aumentar el consumo de energía. Usa un cepillo suave o una aspiradora para eliminar el polvo.

Una vez limpio el frigorífico y el congelador, vuelve a colocar los alimentos, organizándolos de manera que los productos con fechas de caducidad más próximas estén al frente para evitar desperdicios. Mantener los alimentos organizados no solo facilita el acceso, sino que también evita que se acumulen derrames o restos de comida en el fondo.