Los peligros de regalar un móvil a tu hijo menor: estas son las perspectivas psicológicas que debes conocer
Que un niño tenga a su disposición un teléfono propio puede afectar a su desarrollo social y emocional
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La llegada de la tecnología móvil transformó la forma en que nos comunicamos, aprendemos y socializamos. Sin embargo, cuando se trata de regalar un teléfono inteligente a los niños, la decisión es más compleja de lo que puede parecer.
Proporcionar a un niño a adolescente un teléfono puede tener muchas implicaciones significativas en su bienestar, emocional y social. Pero esto no es porque sí, existen razones por las cuales los padres deberían considerar profundamente esta decisión y cuál es el momento ideal.
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A medida que los niños crecen, su entorno se ve más digitalizado y es fundamental entender qué riesgos van asociados con ello. Además, la dependencia de los dispositivos móviles puede interferir con habilidades sociales y limitar las interacciones cara a cara.
“Cuanto más tarde el móvil, mejor”, sentencia la psicóloga Isabel Rojas. Aunque ese ‘tarde’ no está bien delimitado, Rojas especifica que no se refiere a 8 años o la edad de hacer la primera comunión: “Te estoy hablando de tarde a los 14, 15, 16 o 17 años”.
Pero, ¿por qué? También lo explica en su conversación para Efe. “Se sabe que el cerebro, la corteza prefrontal empieza a madurar a partir de los 12 años”. Según detalla, el cerebro madura de atrás hacia delante, entonces, si antes de ese momento un niño tiene una pantalla “va a costar muchísimo que esa corteza prefrontal madure de forma adecuada”.
En caso de hacerlo y darle una pantalla a tu hijo de pequeño, le estarías dando “una bomba de relojería”, define la psicóloga. En ejemplo práctico: “No le das una raya de coca a tu hijo con 8 años, pues el móvil para por el mismo circuito neuronal que las drogas”.
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La diferencia en la edad se basa en que con 16 años “el niño puede ser más consciente de controlar ese impulso”. Y por todo ello, es importante conocer todos los riesgos, aunque también beneficios, de tomar una decisión u otra con respecto a los más pequeños de la casa.
En conclusión, regalar o no un teléfono a un niño o adolescente debe ser abordada con cautela. La psicología advierte sobre los riesgos asociados con la exposición temprana a las pantallas y su efecto en el desarrollo emocional y social de los más jóvenes.
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