Adiós a la grasa localizada en los brazos: el truco recomendado por entrenadores personales a partir de los 50 años

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A partir de los 50 años, muchas mujeres buscan estrategias efectivas para reducir la grasa acumulada en los brazos y mejorar su tono muscular. Por ello, entrenadores personales recomiendan una combinación de ejercicios específicos y hábitos saludables para lograr este objetivo.​

Entre las actividades recomendadas para incluir en nuestra rutina, se encuentra el curl de bíceps. Un ejercicio clásico que ayuda a fortalecer y aumentar la masa muscular de esta parte del cuerpo. Consiste en sostener una mancuerda en cada mano, con los brazos extendidos y las palmas hacia adelante, y flexionar los codos para llevar las pesas hacia los hombros. Asimismo, otro ejercicio que podría resultar ideal son los fondos de tríceps, con ellos trabajamos la parte posterior del brazo. Se realizan apoyando las manos en una superficie elevada y flexionando los codos para bajar el cuerpo, manteniendo la espalda recta. También es muy interesante, las elevaciones laterales fortalecen los hombros y mejora la apariencia de los brazos. Se ejecuta de pie, con una mancuerna en cada mano, elevando los brazos lateralmente hasta la altura de los hombros. ​Por último, con las flexiones además de trabajar el pecho fortalecemos los brazos y mejoramos la resistencia muscular.

Estos entrenamientos son fundamentales para combatir la pérdida de masa muscular asociada al envejecimiento. Este tipo de ejercicio no solo ayuda a tonificar los brazos, sino que también mejora la salud ósea y metabólica. Aunque es importante recordar que antes de iniciar cualquier rutina de ejercicios, es recomendable consultar con un profesional de la salud o un entrenador personal para adaptar los ejercicios a las necesidades individuales y evitar lesiones. Además, mantener una dieta equilibrada y una hidratación adecuada complementará los esfuerzos físicos, contribuyendo a la reducción de grasa corporal y al bienestar general.​

Adoptar estos hábitos saludables puede marcar una diferencia significativa en la apariencia y salud de los brazos, permitiendo a las mujeres mayores de 50 años sentirse más seguras y en forma.