Daniel E. Lieberman, profesor de Harvard, desvela cuánto ejercicio hay que hacer al día a partir de los 65 años
El investigador y profesor de Biología Evolutiva ha analizado el impacto de una vida activa en la tercera edad, destacando el tiempo mínimo que debería practicarse
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Al llegar a la jubilación, muchos son los que aprovechan este nuevo tiempo libre para disfrutar de actividades deportivas. Sin embargo, también están los que frenan sus rutinas físicas, bien sea por problemas de salud o por creer que es el momento de ir parando.
Un gran error, puesto que hacer ejercicio a cualquier edad es fundamental, incluyendo a partir de los 65 años. Así, hemos visto los beneficios de hacer ejercicio para el cerebro o las rutinas específicas para aliviar los dolores reumáticos. Un amplio abanico de posibilidades, adaptado a todo tipo de gustos, necesidades y niveles, sobre el que ha investigado Daniel E. Lieberman, profesor de Biología Evolutiva en la Universidad de Harvard.
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Conocido por su enfoque evolutivo de la salud y el cuerpo humano, Daniel E. Lieberman lleva años estudiando cómo nuestros ancestros vivían, envejecían… y se movían. Una investigación que le ha llevado a concluir cuánto y qué tipo de ejercicio debemos hacer a medida que envejecemos. A través de su libro 'Ejercicio', desveló que a más años, hay más necesidad de moverse.
"El envejecimiento no es una excusa para dejar de moverse. Es, de hecho, una razón poderosa para hacerlo más", asegura en este ensayo. De hecho, lejos de promover un modelo de retiro sedentario, el investigador señala que nuestros cuerpos están diseñados para mantenerse activos hasta edades avanzadas. Nuestros antepasados no "se retiraban"; seguían caminando, recolectando y colaborando en su comunidad hasta el final de sus días.
¿Cuánto ejercicio hay que hacer al día?
Por ello, según sus conclusiones, es fundamental hacer unos 21 minutos de ejercicio moderado al día, puesto que pueden reducir la mortalidad hasta un 50 %. Aunque incluso 10 o 15 minutos diarios pueden marcar una diferencia significativa en la salud cardiovascular, la movilidad y la salud mental. Eso sí, el experto de Harvard también destaca que no solo se trata de caminar.
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Así, insiste en cómo el entrenamiento de fuerza, de dos a cuatro veces por semana, es esencial para combatir la pérdida de masa muscular, mantener el equilibrio y evitar caídas, un riesgo creciente con la edad. "Levantar peso no es solo para los jóvenes. Ayuda a conservar autonomía, prevenir enfermedades crónicas y mantener una mejor calidad de vida en la vejez", señaló en su libro.
Además, ofrece algunos trucos para no abandonar el deporte según se cumplen años. El primero es que comprometerse socialmente puede ser clave. Un plan con amigos, ir a una clase grupal o apuntarse a un club ayudan a crear esa rutina. Es importante también elegir actividades que se disfruten, cada uno la que prefiera, y finalmente destaca la importancia de ser constante. La regularidad es más significativa que la intensidad. Una receta sencilla pero poderosa: muévete.
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