Marimi García, entrenadora: "El entrenamiento de fuerza es mucho más que levantar pesas, es una inversión en salud, independencia y calidad de vida"
Muchas mujeres empiezan a moverse caminando, y es un gran primer paso. Pero si el objetivo es ganar salud a largo plazo, mantener la independencia física y envejecer con calidad de vida, el movimiento no puede quedarse ahí
Salir a caminar todos los días es un excelente punto de partida para moverse más y cuidar la salud. Pero, según la entrenadora personal Marimi García, si queremos mantener la vitalidad a largo plazo, ese primer paso debe ir acompañado de algo más: la fuerza. “Caminar es el suelo sobre el que construir”, explica, “pero no es el edificio”.
García, autora del libro Que la fuerza te acompañe (La Esfera de los Libros), subraya la importancia de incluir el entrenamiento de fuerza en la rutina semanal, especialmente en mujeres a partir de los 40 años. “El entrenamiento de fuerza es mucho más que levantar pesas o seguir una rutina en el gimnasio; es una inversión en salud, independencia y calidad de vida”, afirma. No basta con mantenerse activa, hay que trabajar el músculo de forma directa y específica.
Según detalla Telva, caminar estimula entre el 30 y el 40% de las fibras musculares y solo del tren inferior. El resto del cuerpo, especialmente el tren superior y la musculatura central, queda sin activar. Además, caminar no genera suficiente impacto ni resistencia como para mejorar la densidad ósea, algo esencial a medida que pasa el tiempo. “Si solo caminas, estás dejando fuera al gran olvidado: el músculo”, advierte.
García insiste en que fortalecer los músculos no es una cuestión estética ni solo está de moda, sino un factor clave para llegar a la menopausia con mejor salud. “Si yo a la menopausia llego sin haber hecho fuerza, lo voy a pasar mal. Si llego habiendo entrenado, lo voy a pasar menos mal. O, incluso, ni siquiera mal”, asegura. El cuerpo femenino necesita este tipo de estímulo para conservar masa muscular y ósea, regular el metabolismo y preservar la autonomía física con el paso de los años.
Mujer haciendo ejercicio de fuerza (Freepik)
La recomendación general es realizar al menos dos sesiones semanales de entrenamiento de fuerza. Si el objetivo es ganar masa muscular o contrarrestar su pérdida, lo ideal es aumentar a tres o cuatro. No hace falta levantar grandes cargas ni entrenar con alta intensidad desde el principio; se puede empezar poco a poco, con el propio peso corporal o con ejercicios sencillos adaptados a cada persona.
Caminar sigue siendo una excelente base, especialmente si se hace con ritmo y constancia. Pero como aclara la entrenadora, “caminar es el hola que le das al movimiento”. Lo que realmente marcará la diferencia, sobre todo a largo plazo, será integrar ejercicios de fuerza que estimulen el cuerpo de forma más completa. A partir de ahí, la combinación con actividades como el yoga, el pilates o la natación puede ser un complemento ideal.
Salir a caminar todos los días es un excelente punto de partida para moverse más y cuidar la salud. Pero, según la entrenadora personal Marimi García, si queremos mantener la vitalidad a largo plazo, ese primer paso debe ir acompañado de algo más: la fuerza. “Caminar es el suelo sobre el que construir”, explica, “pero no es el edificio”.