Lucía Lipperheide, experta en limpieza: “¿Sabías que el agua micelar no sirve solo para desmaquillar?”

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El agua micelar es, sin duda, uno de los productos más populares del cuidado facial. Desde que se popularizó, se ha convertido en un básico imprescindible en cualquier rutina de belleza. Su composición —a base de micelas, unas moléculas capaces de atraer la grasa y la suciedad— la hace perfecta para eliminar el maquillaje y limpiar la piel en profundidad sin agredirla. Sin embargo, más allá de su uso tradicional en el cuidado facial, este versátil producto tiene muchas más aplicaciones de las que imaginas.

Así lo asegura Lucía Lipperheide, experta en limpieza y creadora de contenido en redes sociales bajo el nombre @homes.styles, quien ha revelado una serie de trucos con los que sacar el máximo partido al agua micelar, no solo en la piel, sino también en diferentes objetos y superficies del hogar. “El agua micelar es mucho más que un desmaquillante. Es un limpiador suave, eficaz y versátil, capaz de eliminar la suciedad sin dañar los materiales”, afirma la especialista.

Lipperheide recomienda utilizarla con un algodón, una bayeta o un trapo de microfibra, según el tipo de superficie que queramos limpiar. Gracias a su composición, es capaz de arrastrar la suciedad sin necesidad de aclarado y sin dejar residuos. Así, puede emplearse para limpiar bolsos o chaquetas de piel, devolviéndoles su aspecto original con una sola pasada. “Después, podemos aplicar una pequeña cantidad de crema hidratante para nutrir el material y darle un extra de brillo”, aconseja.

El agua micelar también resulta sorprendentemente útil para eliminar manchas de maquillaje en la ropa, especialmente en prendas blancas o en los cuellos que tienden a ensuciarse con el uso de bases o polvos. El truco consiste en aplicar un poco de agua micelar sobre la zona afectada, dejarla actuar unos minutos y luego limpiar con un paño limpio. “Funciona igual que en la piel: disuelve el maquillaje y lo arrastra sin esfuerzo”, explica la experta.

Pero las aplicaciones de este producto no terminan ahí. Según Lipperheide, el agua micelar puede convertirse en una gran aliada para limpiar pequeños objetos del día a día, como los tapones de los perfumes, relojes o estuches de auriculares inalámbricos. “En ellos se acumula más suciedad de la que imaginamos, y el agua micelar es perfecta porque limpia sin empapar, evitando dañar los componentes electrónicos o las correas de cuero”, comenta. Incluso recomienda su uso para mantener limpios los envases de cosméticos y maquillaje, esos que tocamos a diario y que muchas veces pasan desapercibidos en la limpieza.

Para Lucía, estos pequeños gestos no solo tienen un efecto estético o higiénico, sino también emocional. “Mantener limpios los objetos que usamos a diario contribuye a tener una mente más ordenada. Cuidar las cosas que nos acompañan también forma parte del bienestar”, afirma.