La infanta Elena regresa a la agenda oficial tras más de dos meses de parón
Pocas agendas tienen tantos movimientos de entrada y salida como la de Casa Real. La infanta lleva dos meses sin actos oficiales. Hasta ahora
Pocas agendas tienen tantos movimientos de entrada y salida como la de la Casa Real española. A pesar de que la institución anunciara en octubre de 2012 que el núcleo duro de la Familia Real serían los Reyes y los Príncipes de Asturias, la estrategia de blindaje impuesta sólo tuvo un único objetivo: excluir a la infanta Elena de los actos de máxima solemnidad para evitar los comentarios de la prensa sobre la ausencia de la infanta Cristina.
Desde aquel día, la hija mayor del Rey no ha vuelto a pisar la tribuna de autoridades el Día de la Fiesta Nacional y sus actos han ido menguando hasta ser prácticamente inexistentes. Sin embargo, y a pesar de ser una de las víctimas colaterales del caso Nóos, las tornas no tardaron ni un año en cambiar regresando a la primera línea junto a los Reyes y los Príncipes de Asturias el pasado 18 de septiembre en la recepción a los Reyes de los Países Bajos, Guillermo y Máxima, donde doña Elena bajó hasta el pie de la escalinata para recibirlos.
Sin embargo, y a pesar de que durante los meses posteriores la infanta participó en cinco actos, lo cierto es que su parón institucional se ha hecho evidente desde que el pasado 2 diciembre, cuando participó en la entrega de los Premios Nacionales del Deporte junto a doña Sofía y los Príncipes de Asturias. Desde entonces, no ha asistido a ningún compromiso oficial y ha vuelto a adoptar el mismo segundo plano que le impuso Casa Real a raiz de la investigación la investigación del Instituto Nóos.
Tras 66 días y después de que la Casaanunciara que la infanta Elena percibe 25.000 euros anuales por gastos de representación, reaparece en público este jueves con motivo del décimo aniversario de la Creación del Foro Internacional de Mujeres Líderes y en el que se premiará aRosa Clará, Mireia Belmonte y a la fallecida María de Villota,un acto que tiene lugar sólo dos días antes de la declaración ante el juez de su hermana, la infanta Cristina, imputada el pasado 7 de enero.
Un regreso medido al milímetro
Cuando el pasado 31 de julio se anunció que la infanta Cristina y sus hijos se trasladarían a Ginebra a finales del mes de agosto tras aceptar una oferta profesional de la Fundación La Caixa, Casa Real comenzó, poco a poco, a enmendar el error y mitigar el castigo al que fue sometida doña Elena.
Sólo una semana antes del anuncio, acudió junto a los Príncipes de Asturias, a la misa funeral de las víctimas del accidente de tren de Santiago de Compostela. Poco después, y mientras su hermana estaba inmersa en los preparativos de su traslado para poner tierra de por medio, visitó junto a la Reina y el príncipe Felipe las zonas afectadas por los incendios que sufrió Mallorca en verano. Además, también ocupó una posición relevante en la cena que don Juan Carlos ofreció a las autoridades baleares en el Palacio de la Almudaina en el mes de agosto.
De esta forma, la infanta Elena comenzó a contar con el permiso de la Casa para ocupar su anterior posición al lado de su hermano y sus padres. Incluso en solitario, aunque de forma intermitente.
Pocas agendas tienen tantos movimientos de entrada y salida como la de la Casa Real española. A pesar de que la institución anunciara en octubre de 2012 que el núcleo duro de la Familia Real serían los Reyes y los Príncipes de Asturias, la estrategia de blindaje impuesta sólo tuvo un único objetivo: excluir a la infanta Elena de los actos de máxima solemnidad para evitar los comentarios de la prensa sobre la ausencia de la infanta Cristina.
- El Rey pone un sueldo a la Reina y a Letizia Vanitatis
- Luis Astolfi, el caballero andante de la infanta Elena Paloma Barrientos
- Los famosos que más se gastan en la educación de sus hijos Sara de Diego