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La verdad sobre la ruina de Jesús Quintero, el 'loco de la colina'
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el periodista en sus horas más bajas

La verdad sobre la ruina de Jesús Quintero, el 'loco de la colina'

“Jesús es muy extremista y muy exagerado hablando. Es cierto que no pasa por una buena situación económica, pero no creo que sea tan horrenda", asegura un amigo del legendario periodista

Foto: Jesús Quintero en un fotomontaje de Vanitatis
Jesús Quintero en un fotomontaje de Vanitatis

El loco se quedó en la colina. Y parece que no quiere bajar. Esta semana, la prensa, entre el asombro de los propios medios de comunicación, la ruina económica de uno de los mejores periodistas de este país. Una transcripción del sumario del caso Ausbanc revelaba una conversación de Luis Pineda, presidente de la entidad, con Jesús Quintero. Este confesaba que estaba en la ruina e insinuaba que sus hijas lo habían demandado por no poder pagarles “sus estudios”; es decir, por no poder asumir la manutención que solo estaría vigente en el caso de Lola, la pequeña, que aún es menor de edad. Además, en la transcripción, Quintero pedía ayuda para que no le embargasen sus propiedades. “Me ejecutan (…) No tengo dinero, no tengo trabajo”, aseguraba en el extracto de conversación con Pineda. La decadencia del afamado periodista preocupa, y mucho, a todos aquellos que lo consideran un buen amigo. Sin embargo, es prácticamente imposible ponerse en contacto con él. Su teléfono está apagado y el de su secretaria ya no está operativo. Su hija Andrea, mayor de edad, atiende con desgana a Vanitatis. “¿Cómo habéis conseguido este teléfono?”, nos dice al otro lado de la línea. “Obviamente no voy a decir nada”, asegura la joven de 24 años, también hija de Ángeles Urrutia, primera pareja del locutor.

Jesús Quintero entrevistando a Rocío Jurado

Javier Salvago, poeta sevillano y guionista de muchos de los programas que lo convirtieron en leyenda, templa un poco el asunto de la presunta denuncia de sus hijas. “Jesús es muy extremista y muy exagerado hablando. Es cierto que no pasa por una buena situación económica, pero no creo que sea tan horrenda. Y no creo que sus hijas lo hayan denunciado porque lo adoran y se llevan muy bien con él”, afirma quien ha trabajado codo a codo con él en esos espacios de entrevistas que ya forman parte de la mejor televisión de este país. Una fuente cercana a Lola, la hija pequeña del periodista, desmiente por completo la posible denuncia de la niña. “La prensa está hablando de una menor… Yo te puedo decir que, en el caso de ella, que busquen la denuncia porque no existe ni consta en ninguna parte”. Esas mismas fuentes confirman la nula relación de Quintero, a lo largo de 17 años, con Joana Bonet, madre de Lola y la que fuese directora de la revista 'Marie Claire' durante 14 años.

En una entrevista de 'La Vanguardia' realizada a la periodista leridana en agosto de 2003, ella hablaba de su soltería y de su maternidad. “Soy soltera y tengo una hija, Lola, de cinco años. Hace diez años que dirijo prensa femenina: todavía es necesario explicar el orgasmo (…) A mí los hombres me conquistan por la palabra”, aseguraba sin tapujos y sin poner nombre a su compañero o excompañero sentimental. La relación con Quintero ya estaba rota por aquel entonces. Parece un hecho que la mala situación económica del periodista no solo proviene de la hipotética denuncia de sus hijas, desmentida a este medio. También reside en el fracaso de sus muchos negocios, especialmente de una emisora propia, uno de sus grandes sueños. El periodista figuraba como administrador único de Radio América, Televisión Babilonia y El Café de la Luna. Los tres negocios, dos dedicados a la comunicación y otro a la hostelería, estaban situados en un edificio que el 'loco' alquiló en la calle Placentines de Sevilla. Los tres acabaron yéndose a pique. “Es excéntrico, como dice todo el mundo, pero muy buena persona. Quizá por eso no ha sido capaz de sacar adelante ese tipo de negocios”, nos cuenta Hilario López Millán, compañero profesional que ha llegado a compartir alguna cena con él y Joana Bonet, cuando ambos salían juntos, en el hotel Arts de Barcelona.

Un manirroto”

Quintero invirtió mal”, nos comenta otra fuente. Lo cierto es que su incisiva forma de entrevistar, con aquellos característicos y eternos silencios, le proporcionó dinero pero no habilidad a la hora de invertir en negocios fructíferos. Otro de los que fallaron fue el restaurante Montpensier, que abrió en un viejo palacete del parque de María Luisa de Sevilla. Su hogar en Los Caños de la Meca, según cuenta el periodista Manuel Román, también le costó una cifra con bastantes ceros. “Él es un cachondo y un tipo genial, pero seguirlo es complicado”, asegura a Vanitatis. “Es un bohemio”, añade. El propio Román recordaba algunas de sus etapas de tristeza, su extravagante forma de vestir o lo celoso que ha sido siempre de su vida privada, estando o no con programa en la parrilla televisiva o en las ondas.

El único de sus negocios que sigue en pie es el Teatro Quintero, situado sobre un antiguo cine de la sevillana calle Cuna. Uno de los responsables del mismo nos atiende al teléfono. “Puedo preguntarle si quiere hablar con algún medio, pero ya te digo que no te va a atender”, afirma. El emblema del lugar es la sombra del propio periodista y ese famoso bastón que le acompaña, de forma inseparable, en muchas ocasiones. “Una cuidada programación teatral y musical”, afirma la publicidad de la web del teatro, que también anuncia las seis obras que actualmente se encuentran en cartel.

Jesús será un manirroto y por eso se ve así ahora, pero más allá de eso, no cabe duda de que es historia del periodismo en este país”, nos asegura un amigo cercano que prefiere no dar su nombre. Toda una paradoja: una persona que en sus programas, envuelto en el humo de su cigarro y en la floritura de su discurso, siempre se manifestó del lado de los desahuciados, los fuera de la sociedad o los personajes que huyen de la etiqueta fácil, ahora está más necesitado de ayuda que nunca. Quizá Quintero sea uno de esos casos en los que la 'locura', la diferencia, acaba pasando factura; un ejemplo de que los idealismos siempre terminanchocando con la realidad de las facturas y de los números. Sin embargo, el único juicio al que es justo someter al periodista es al de su indudable talento y en este saldría ganando. Ya dijo Poe que la ciencia aún no nos ha enseñado “si la locura es o no lo más sublime de la inteligencia”.

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El loco se quedó en la colina. Y parece que no quiere bajar. Esta semana, la prensa, entre el asombro de los propios medios de comunicación, la ruina económica de uno de los mejores periodistas de este país. Una transcripción del sumario del caso Ausbanc revelaba una conversación de Luis Pineda, presidente de la entidad, con Jesús Quintero. Este confesaba que estaba en la ruina e insinuaba que sus hijas lo habían demandado por no poder pagarles “sus estudios”; es decir, por no poder asumir la manutención que solo estaría vigente en el caso de Lola, la pequeña, que aún es menor de edad. Además, en la transcripción, Quintero pedía ayuda para que no le embargasen sus propiedades. “Me ejecutan (…) No tengo dinero, no tengo trabajo”, aseguraba en el extracto de conversación con Pineda. La decadencia del afamado periodista preocupa, y mucho, a todos aquellos que lo consideran un buen amigo. Sin embargo, es prácticamente imposible ponerse en contacto con él. Su teléfono está apagado y el de su secretaria ya no está operativo. Su hija Andrea, mayor de edad, atiende con desgana a Vanitatis. “¿Cómo habéis conseguido este teléfono?”, nos dice al otro lado de la línea. “Obviamente no voy a decir nada”, asegura la joven de 24 años, también hija de Ángeles Urrutia, primera pareja del locutor.

Caso Ausbanc Luis Pineda
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