Alessandro Lequio y María Palacios bautizan a Ginevra en Roma

Sin exclusivas y en la intimidad. Así será este sábado el bautizo de Ginevra en la capilla del palacio Torlonia de Roma. Aunque María Palacios trabaja en una revista, esta vez los padres de la protagonista han preferido que sea un acto privado, como explicaba Alessandro Lequio a Vanitatis: “Dentro del palazzo no se hacen fotos. No habrá exclusiva. Otra cosa será las que hagan las agencias en la calle a Ana Rosa y a los amigos conocidos que vienen de Madrid". Este será un fin de semana completo y apetecible en Roma para los cerca de 50 invitados por el matrimonio Lequio Palacios.

La hija de Alessandro y María recibirá el sacramento a las doce de la mañana en la capilla del palacio. Habrá un momento muy emotivo cuando se recuerde a Sandra Torlonia, madre de Alessandro, que murió repentinamente hace un año y a la que el televisivo estaba muy unido. Según el padre, la niña, que es preciosa, es un calco de ella.

Los padrinos son Ana Rosa Quintana y Álex Lequio, el hijo que tuvo con Ana Obregón, y el oficiante será el capellán de la familia Torlonia Borbón. Pero también estará el padre Ángel, quien al final del bautismo, bendecirá también a la niña. La relación del sacerdote con la familia viene por linea italiana, por la Infanta Beatriz, hija de Alfonso XIII y bisabuela de Ginevra, con la que se llevaba muy bien según cuenta Lequio.

Después del bautizo, a la una y media, habrá un almuerzo en el mismo palazzo que se alargará dependiendo de lo que quieran los invitados, ya que la mayoría querrán aprovechar su estancia para pasear por Roma y disfrutar del otoño, una de las estaciones mas bonitas en la ciudad eterna.

Esa misma noche el matrimonio ha organizado una cena en un restaurante cercano al domicilio frecuentado por la familia Torlonia, con menú típicamente romano y que cierra el broche de celebraciones. El domingo, vuelta a casa, que el lunes hay que trabajar.

Como publicó Vanitatis hace unas semanas, Ginevra llevará esa mañana el faldón familiar que se confeccionó y utilizó por primera vez en el bautizo del Rey Juan Carlos, celebrado en Roma el 26 de enero de 1938. El Rey Felipe, las infantas Elena y Cristina y los hijos de todos ellos también lo usaron cuando recibieron el sacramento. En esos casos con pequeños arreglos, ya que antes la costumbre era bautizar a los pocos días del nacimiento y no como ahora, al cabo de los meses.

Lequio explica a Vanitatis que "se trata de una joya que pertenece a mi familia porque la Reina Victoria Eugenia se lo cedió a mi abuela, la infanta Beatriz, para que lo custodiara. Se presta y de nuevo regresa al palacio Torlonia, donde se custodia hasta la siguiente ocasión". El traje de cristianar esta confeccionado en tela de hilo de color beige con sobrecapa, puntillas de valencienne, encajes bordado a mano con guirnaldas de flores y cintas de raso. Una joya para Ginevra Lequio Palacios.

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