El príncipe Harry se sale con la suya en el tributo a Isabel II por 'culpa' de su tío Andrés

Hay ciertos detalles de la despedida de Isabel II, tras su muerte el jueves 8 de septiembre en el castillo de Balmoral, que están cobrando más protagonismo que algunos de aires más históricos. Hace unos días veíamos que el primer encuentro público entre Guillermo y Kate y los duques de Sussex acaparaba todas las portadas cuando horas antes Carlos III había sido proclamado oficialmente rey. Durante estas jornadas, también ha habido un pormenor que ha acaparado la atención de todos, medios y ciudadanos, y es el hecho de que se prohibiera al príncipe Andrés y al príncipe Harry llevar uniforme en estos actos.

"Solo los miembros trabajadores de la familia real podrán llevar sus galas militares", confirmaba hace una semana el palacio de Buckingham. Y así se cumplió por parte de ambos duques, el de York y el de Sussex, en varias apariciones, bien en el servicio religioso en la catedral de St. Giles de Edimburgo o el otro día en la ceremonia en la que el féretro de Isabel II fue trasladado del palacio de Buckingham a Westminster Hall. Se tomaba esa decisión para "honrar la memoria de la reina", quien en vida quitó los honores militares a su querido hijo, por su relación con el caso Epstein, y a Harry, por su marcha a los Estados Unidos tras el Megxit.

Pero las quejas de Andrés a Carlos III, que han sido bastante fuertes según apuntan los medios británicos, han dado sus frutos. Y es que se le otorgaba el privilegio de lucir el uniforme en la vigilia celebrada este viernes, en la que los cuatro hijos de Isabel II guardaron 15 minutos de silencio a los pies del féretro de su madre. Conociendo que su tío había recibido esa concesión, el príncipe Harry hacía lo propio: protestar para obtener el permiso de su padre para poder llevar sus galas militares en la vigilia de nietos, y lo conseguía.

Así pues, este sábado al atardecer Harry aparecía junto a su hermano y sus primos en Westminster Hall llevando el uniforme de los Blues and Royals, un regimiento de caballería del ejército británico que forma parte de la caballería doméstica.​ En el cuello lucía la estrella de la Real Orden Victoriana a la que pertenece y colgadas de la solapa, además de las alas de piloto del ejército, medallas del jubileo de oro, diamante y platino, más una medalla del servicio operativo de Afganistán.

Da la casualidad, además, de que a quienes les afectaba eso de no llevar uniforme, Andrés y Harry, son los únicos que han formado parte activa del ejército, participando el primero en la guerra de las Malvinas y el duque de Sussex en la de Afganistán, por lo que quizás ese ha sido el motivo que ha llevado a Carlos III a darles permiso para este acto en concreto, pues el próximo lunes, día del funeral de Estado de Isabel II en la abadía de Westminster, ambos tendrán que seguir la norma y llevar traje.

Solo Guillermo y Harry llevaban uniforme en la vigilia del sábado, ya que el resto de los nietos de Isabel II no tienen honores militares. Por lo que Peter Philips, el mayor de los nietos de la soberana, de 44 años, y el vizconde James, el menor de ellos, de solo 15, lucían traje negro. También de luto iban las nietas de la reina, Zara Philips, las princesas Beatriz y Eugenia y Lady Louise Windsor.

El mensaje de Beatriz y Eugenia

Como han hecho el resto de miembros de la familia, las princesas Beatriz y Eugenia de York han querido homenajear públicamente a su abuela, y lo hacían mediante un texto publicado por Buckingham y que han compartido también en las redes sociales, junto a una tierna imagen de ellas de pequeñas acompañadas por Isabel II y un perrito.

"Nuestra querida abuela. No hemos podido poner muchos sentimientos en palabras desde que nos dejaste a todos. Ha habido lágrimas y risas, silencios y charlas, abrazos y soledad, y una pérdida colectiva de nuestra amada reina y nuestra amada abuela. Nosotras, como muchos, pensamos que estarías aquí para siempre. Y todos te extrañamos terriblemente. Fuiste nuestra matriarca, nuestra guía, nuestra mano amorosa en nuestras espaldas guiándonos a través de este mundo. Nos enseñaste mucho y apreciaremos esas lecciones y recuerdos para siempre", empieza el texto.

"Por ahora, querida abuela, todo lo que queremos decir es gracias. Gracias por hacernos reír, por recoger brezos y frambuesas, por las marchas de soldado, por nuestros tés, por el consuelo, por la alegría. Tú, siendo tú, nunca sabrás el impacto que has tenido en nuestra familia y en tantas personas alrededor del mundo. El mundo está de luto por ti y los tributos realmente te harían sonreír. Estamos tan felices de que hayas vuelto con el abuelo. Adiós, querida abuela, ha sido el honor de nuestras vidas haber sido tus nietas y estamos muy orgullosas de ti. Sabemos que nuestro querido tío Carlos, el rey, continuará liderando con su ejemplo, ya que él también ha dedicado su vida al servicio. Dios salve al rey", termina.