Preocupación por la salud de Mette-Marit: abandona un acto por razones médicas

Una vez más, la salud de Mette-Marit le juega una mala pasada. Hace apenas un mes, la princesa daba positivo en coronavirus, lo que hacía saltar todas las alarmas. Ella es paciente de riesgo a causa de sus otras dolencias, por lo que esta enfermedad suponía para ella una preocupación mayor.

Pasado ese trago parecía que las aguas volvían a su cauce y podía respirar aliviada, pero un nuevo problema de salud le ha hecho tener que abandonar con antelación la cita en la que se encontraba. Mette-Marit tenía planeada una reunión con el centro Stella, de la Cruz Roja (Oslo), pero tras reunirse con algunas personas, ha tenido que cancelar la visita.

Como decimos, esta no es la primera vez que la salud de Mette-Marit preocupa; de hecho, ella misma confirmó hace tiempo que había sido diagnosticada de fibrosis pulmonar, una dolencia degenerativa y crónica de la que daba pocos detalles, pero que la obliga a bajar su ritmo de trabajo y a tomarse las cosas con más calma.

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Al parecer, la cancelación de hoy está relacionada precisamente con esta enfermedad crónica, en concreto con la medicación que está tomando. Esta le habría causado algunas molestias y, en estos casos, lo mejor para ella es descansar y consultar con los médicos la mejor forma de afrontar estas situaciones. De momento, su agenda ha quedado despejada en lo que queda de día y se espera que se quede en casa descansando y recuperándose.

Esta enfermedad ha sido la responsable de cancelar algunas citas importantes, así como de que haya que reorganizar su agenda para que la carga de trabajo no resulte excesiva para ella. Sin embargo, parece que no tiene demasiada suerte, porque no es el único motivo que le ha impedido realizar su trabajo como a ella le gustaría.

Además de su positivo en coronavirus, del que ya hemos hablado, una de las últimas ocasiones en las que se esperaba su presencia, pero no pudo ser, fue por culpa de un resfriado. Se esperaba que acompañara a su marido durante la entrega de los premios Nobel de 2021, pero fue imposible para ella. En esta ocasión se temía que tuviera coronavirus, pues sus síntomas eran compatibles con la enfermedad, pero finalmente no fue así.

Esta enfermedad crónica, a pesar de su gravedad, no es la única que ha hecho mella en la salud de Mette-Marit, quien parece tener poca suerte en este aspecto de su vida. En 2008 sufrió una aparatosa caída que le afectó a las cervicales, de la que tuvo que ser intervenida. En 2013 le operaron de una hernia discal y en 2015 sufrió un accidente de tráfico que le provocó graves lesiones.

Así las cosas, no es raro que cualquier cambio que note en su estado habitual suponga para ella una preocupación máxima y así lo viva también su entorno, que siempre se ha mostrado dispuesto a ser su mayor apoyo. Esperemos que este nuevo bache en el camino se quede en esto y pronto pueda retomar sus compromisos con la Corona sin mayores percances.