Noche de tiaras en Suecia: Victoria y Sofía lucen sus mejores galas ante una gran ausencia

El Palacio Real de Estocolmo se ha engalanado la noche de este jueves para la cena de gala ofrecida a representantes de la sociedad. Una velada en la que las princesas Victoria y Sofía han lucido sus mejores vestidos y joyas, pero que ha estado marcada por una gran ausencia, la de la reina Silvia. La esposa de Carlos XVI Gustavo ya causó baja el pasado martes en la recepción posterior a la apertura del Parlamento debido a un resfriado, según confirmó la Casa Real. Parece que aún no se ha recuperado, puesto que tampoco ha estado presente en la cena.

Ya se ha descartado que lo que sufre Silvia sea coronavirus, por lo que el banquete se ha llevado a cabo sin cambios, desfilando el rey por los pasillos de palacio acompañado por los herederos. Al no tener pareja, ha querido entrar a la galería de Carlos XI, donde se ha celebrado el ágape, acompañado por Victoria y su marido, Daniel. La princesa ha elegido para la ocasión un vestido metalizado de Jenny Packham, la diseñadora británica que suele vestir a Kate Middleton en las grandes ocasiones. Se trata de un diseño joya, con escote en 'V' y mangas oversize transparentes.

Victoria lo estrenó en 2015, en la cena previa a la boda de Carlos Felipe y Sofía, quienes también han asistido a la cena, desfilando juntos detrás del monarca y los herederos. La princesa se ha vuelto a vestir de novia con un dos piezas de Zetterberg Couture en blanco, formado por top liso de manga larga y cuello redondo, y falda de vuelo con encaje que dejaba al descubierto los salones, plateados y firmados por Stinaa J. El diseño de Sofía Hellqvist tampoco es nuevo, ya que lo lució en noviembre de 2018, durante la visita de Estado del presidente de Italia.

Muchos quilates

En cuanto a joyas, Victoria coronó su cabeza con la tiara de Laurel, llamada así precisamente porque representa hojas de laurel. Perteneció a Margarita de Connaught y estuvo muchos años bajo la propiedad de la princesa Lilian, casada con el príncipe Bertil, quien falleció en 2013 y que fue como una abuela para Victoria, Carlos Felipe y Magdalena. Desde su muerte, es la heredera quien luce siempre la pieza, habiéndose convertido en su tiara favorita. Un collar con un pequeño diamante y la banda de la Orden de los Serafines redondeaban su estilismo.

Por su parte, Sofía optaba por la tiara que más le hemos visto desde que se casó. Se trata de un regalo de sus suegros con motivo de las nupcias con Carlos Felipe. Sin embargo, la diadema fue modificada hace un par de años para adaptarla mejor a Sofía. La joya se abrió haciéndola más circular y se le quitaron las esmeraldas que originalmente llevaba. Ahora la princesa tiene más opciones: llevarla sin nada, lucirla con las esmeraldas o añadirle unas piedras, como perlas, tal y como ha hecho esta noche, o turquesas, dependiendo del color de su vestido.

La Casa Real sueca ha presumido de los arreglos florales con colores otoñales en sus redes sociales: "El castillo está listo para la cena de representantes de esta noche. Para la cena, más de 120 invitados han sido invitados del Gobierno de transición, el Parlamento, el cuerpo diplomático, las autoridades, la ciencia, los deportes, los negocios, la cultura y la gente con la que la Familia Real se ha reunido durante sus viajes en Suecia".

El menú ha estado compuesto por un primero, terrina de alcachofa, mantequilla dorada, vinagreta de trufa y avellanas; dos principales, rape noruego escalfado en leche con mejillones, berberechos, jalapeño e hinojo estofado, y pato escandinavo asado con calabaza, rebozuelos, jengibre y nube de cítricos; y de postre, frambuesas otoñales de Gotland con bizcocho de almendras amargas, rosas e hibisco.