Sofía Hellqvist vuelve a vestirse de novia en una noche llena de quilates
Para la cena de gala con motivo de la visita de Estado del presidente de Italia y tres años después de su boda, volvió a ponerse un vestido digno de cualquier enlace
Noche de boato, tiaras y quilates, mucho quilates, en Suecia. El Palacio Real de Estocolmo fue el escenario de la cena de gala que los reyes ofrecieron en honor al presidente de Italia, Sergio Mattarella, quien se encuentra realizando una visita de Estado al país nórdico acompañado por su hija Laura. Como manda el protocolo, las damas de la familia Bernadotte sacaron sus mejores galas y joyas para esta velada.
La que llamó más la atención fue la princesa Sofía, quien más de tres años después de su boda con el príncipe Carlos Felipe volvió a vestirse de novia con un vestido de estreno digno de cualquier enlace. La exmodelo se enfundó un diseño blanco de la firma Zetterbeg Couture de cuerpo liso con manga francesa y falda de encaje floral que combinó con una cartera de mano de Louboutin y salones plateados.
Sofía coronó su cabeza con su tiara nupcial. La pieza original, regalo de sus suegros con motivo de su boda, llevaba esmeraldas, pero tras varias modificaciones la princesa decidió quitárselas. Ahora puede lucirla sin nada -como hizo esta noche-, con las esmeraldas o también con perlas. Y de perlas eran precisamente los pendientes que llevaba, así como un broche rodeado de diamantes que lucía junto a la banda de la Orden al Mérito de la República Italiana, una condecoración que también fue concedida a los otros miembros de la familia.
Por su parte, la princesa Victoria ofreció una imagen de elegancia y distinción con un nuevo vestido verde botella con pronunciado escote tanto por la parte de delante como por la espalda, que aderezó a la perfección con una gargantilla de diamantes y esmeraldas y un broche a juego. Como tiara, la heredera al trono eligió la diadema de los seis rosetones, una joya formada por una doble base decorada con estos seis grandes rosetones. Perteneció a la reina Luisa Ulrika de Prusia.
No debemos olvidarnos de la reina Silvia, que a sus 74 años apareció espectacular con un diseño en color berenjena de manga larga y un chal a juego. La esposa de Carlos XVI Gustavo llevó la diadema más valiosa de la noche: la tiara Leuchtenberg, reservada desde 1976 para su uso exclusivo. Se trata de un regalo de Napoleón a su hijo, Eugenio de Beauharnais, por su boda con la princesa Augusta Amalia de Baviera. El diseño representa madreselvas y está realizado en diamantes y zafiros, además se trata de una tiara muy flexible. También llevaba los pendientes a juego.
Noche de boato, tiaras y quilates, mucho quilates, en Suecia. El Palacio Real de Estocolmo fue el escenario de la cena de gala que los reyes ofrecieron en honor al presidente de Italia, Sergio Mattarella, quien se encuentra realizando una visita de Estado al país nórdico acompañado por su hija Laura. Como manda el protocolo, las damas de la familia Bernadotte sacaron sus mejores galas y joyas para esta velada.