La última decisión de la Casa Real británica invisibiliza a Beatriz y Eugenia de York dentro de la institución
Las hijas de Sarah Ferguson y el príncipe Andrés iban a ser las anfitrionas de la ‘Big Lunch’ celebrada en Windsor, pero han sido sustituidas por los príncipes de Gales
El último movimiento silencioso tomado por la Casa Real británica ha reabierto heridas del pasado, desencadenando así numerosos titulares. De manera completamente inesperada, hace escasos minutos los príncipes de Gales, Kate y Guillermo, aparecían en la ciudad de Windsor para convertirse en los anfitriones de la ‘Big Lunch’, gran almuerzo en castellano, celebrado en el día de hoy en dicha ciudad histórica. Sin embargo, tal evento, definido por el Palacio de Buckingham como "un acto de celebración y amistad a nivel nacional", no figuraba en su apretada agenda, sino en la de las hermanas York.
Según publicó la institución el pasado 4 de mayo, el monarca de Inglaterra había decidido dar un importante rol a sus sobrinas dentro del marco oficial de la agenda de su coronación, convirtiéndolas en las anfitrionas de este encuentro, símbolo de celebración de su proclamación como rey. A pesar de que Eugenia y Beatriz no forman parte del núcleo más cerrado de la Corona ni ejercen labores de representación, se quiso tener un gesto con las hijas del príncipe Andrés y Sarah Ferguson, que ahora parece haberse vuelto en su contra, ya que no han sido las protagonistas principales del acto.
Cuando los vecinos de la ciudad de Windsor y los numerosos reporteros y cámaras de los medios de comunicación las esperaban charlando alrededor de las mesas ubicadas en el castillo real, donde esta misma noche se celebrará el concierto de cierre del acontecimiento histórico, se veían sorprendidos al ver bajar del coche oficial a los príncipes de Gales. La locura se desataba al instante. Aunque, es cierto, el matrimonio heredero al trono cuenta con mayores índices de popularidad que las York, nadie ha pasado por alto esta decisión y las teorías conspiratorias se han disparado, apareciendo ambas tiempo después.
Las primeras, en parte las consideradas más lógicas correlacionalmente hablando, han apuntado a su buena relación con el príncipe Harry, a pesar de su discurso negativo en contra de la institución propagado a través de sus múltiples apariciones en la televisión, su libro de memorias, ‘Spare’, o su documental de Netflix ‘Harry & Meghan’. Precisamente, esta defensa a los duques de Sussex es la que, según numerosos expertos, costó a Sarah Ferguson, madre de las hermanas, la no invitación a la coronación de Carlos III.
Completamente ajenas a todo este tipo de rumores, Beatriz y Eugenia se convirtieron en el día de ayer en los principales apoyos del pelirrojo en su regreso exprés al Reino Unido. Las mujeres, de 34 y 33 años respectivamente, ocuparon su asiento en tercera fila, junto a su primo y también sus maridos, y no se separaron ni un instante de él. Precisamente, dicho gesto fue el único que les llevó a adquirir cierto protagonismo del evento celebrado en la abadía de Westminster.
Sus looks fueron prácticamente obviados, a pesar de sus aciertos. Mientras la mayor apostó por un vestido midi rosa de la Beulah London, destacado por sus mangas cortas abullonadas y su ancho cinturón que potenciaba el vuelo de su falda, la pequeña posó con una figura de embarazo muy avanzada bajo un modelo midi recto y fluido en tonalidad azul eléctrico y tejido satinado de Fendi.
Por otro lado, algunos expertos del sector royal han querido apuntar que quizás el polémico movimiento de última hora de la institución ha tenido algo que ver con los abucheos recibidos por el príncipe Andrés, padre de las York, durante su aparición en el acto. De esta manera, aunque con daños colaterales, la Corona se estaría desligando por completo de la imagen del hermano de Carlos III, algo similar a lo que Felipe VI realizó en un pasado con su padre el rey Juan Carlos y sus hermanas la infanta Elena y la infanta Cristina.
Sin embargo, más allá de las teorías, si algo ha quedado patente con esta decisión es que el perfil de Beatriz y Eugenia está condenado a irse desvaneciendo, al menos desde el punto de vista más formal de la institución.
El último movimiento silencioso tomado por la Casa Real británica ha reabierto heridas del pasado, desencadenando así numerosos titulares. De manera completamente inesperada, hace escasos minutos los príncipes de Gales, Kate y Guillermo, aparecían en la ciudad de Windsor para convertirse en los anfitriones de la ‘Big Lunch’, gran almuerzo en castellano, celebrado en el día de hoy en dicha ciudad histórica. Sin embargo, tal evento, definido por el Palacio de Buckingham como "un acto de celebración y amistad a nivel nacional", no figuraba en su apretada agenda, sino en la de las hermanas York.
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