El doloroso cumpleaños de Mette-Marit y la impasividad de la Casa Real de Noruega por el caso Marius Borg
La corte noruega se muestra impasible tras las conclusiones del fiscal, que retrataba al hijo de la princesa como un auténtico monstruo sexual. La vida sigue en palacio
La princesa Mette-Marit celebra este martes su cumpleaños más doloroso. (Gtres)
"Corresponde a los tribunales tramitar este caso y tomar una decisión. No tenemos nada más que añadir". Eran las palabras del portavoz de la Corona noruega tras conocerse que el hijo de la princesa heredera está acusado de 32 delitos, entre ellos cuatro violaciones. Una impasivida de la que la Casa Real ha vuelto a hacer gala celebrando el cumpleaños más doloroso de Mette-Marit, a pesar del caso Marius, que pone a la Corona contra las cuerdas.
Por eso, no han faltado a la tradición y, un año más, han señalado este 19 de agosto de una forma especial tanto en sus redes sociales como en su página web, publicando un retrato. Eso sí, con alguna pequeña diferencia a cumpleaños anteriores, ya que la princesa Mette-Marit no ha posado expresamente para la sesión fotográfica, sino que han extraído un par de imágenes de la visita que hizo a la ciudad de Stavanger el pasado junio por su noveno centenario.
Y eso puede implicar dos cosas que no son excluyentes. Una, que Mette-Marit no está de ánimo para posados y poner una sonrisa en medio de una situación que no es precisamente fácil para ella. Dos, que sigue visitando a su hija en Sídney, aunque en los últimos vídeos que hemos visto de la princesa Ingrid no aparece su madre por ningún lado.
Desde luego, por agenda se lo puede permitir, ya que no tiene nada marcado de forma oficial hasta la semana próxima. Será el día 26 cuando veamos a la princesa Mette-Marit por primera vez en público, no solo tras sus vacaciones, sino tras la rueda de prensa del fiscal del Estado que tuvo lugar este lunes y en la que presentó las acusaciones contra su hijo Marius, incluyendo cuatro violaciones.
Un espacio de tiempo bastante beneficioso para ella, ya que le permitirá poder prepararse para su primera aparición ante los medios. Tendrá una semana de margen, a diferencia de su marido, quien no tendrá más remedio que dar la cara en la inauguración de Aqua Nor, con la consiguiente expectación de la prensa, que esperan al menos unas palabras del príncipe Haakon sobre la situación de su hijastro.
También es verdad que en el último año, la pareja se ha apañado bien para esquivar, en la medida de lo posible, las preguntas de los periodistas. Si no hacían una pequeña barricada para evitar que los medios se acercaran demasiado, la princesa iba acompañada de su hija Ingrid para tener una especie de parapeto y desviar la atención.
El fiscal del Estado, durante la enumeración ante de la prensa de los delitos de Marius Borg. (EFE)
El silencio fue la nota dominante hasta fin de año, cuando la familia real grabó un programa especial de televisión a modo resumen del año. Obviamente, ahí no se podía esquivar el caso Marius y Mette-Marit habló por primera vez del tema, admitiendo que había sido "un año muy duro". Poco más, casi se pasó de puntillas sobre una polémica que ha estado candente durante los últimos 12 meses y que alcanzaba este lunes su punto álgido.
Seguro que no fue ninguna sorpresa, dado que los delitos de Marius se han ido narrando en los medios de comunicación, con testimonios de algunas de las víctimas y ya estuvo durante una semana en prisión preventiva. Pero ahora, el hijo de Mette-Marit se dará de frente con la justicia y puede ser condenado hasta a 10 años de prisión por sus crímenes.
Así que tenemos claro que no es, desde luego, el mejor cumpleaños de la princesa heredera. Aun así, la Casa Real de Noruega ha hecho ver que no pasa nada, celebrando su aniversario más doloroso con total impasividad.
"Corresponde a los tribunales tramitar este caso y tomar una decisión. No tenemos nada más que añadir". Eran las palabras del portavoz de la Corona noruega tras conocerse que el hijo de la princesa heredera está acusado de 32 delitos, entre ellos cuatro violaciones. Una impasivida de la que la Casa Real ha vuelto a hacer gala celebrando el cumpleaños más doloroso de Mette-Marit, a pesar del caso Marius, que pone a la Corona contra las cuerdas.