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Ni Kate Middleton ni Charlène de Mónaco: Rajwa de Jordania marca la diferencia con su magnetismo silencioso
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ESTILO ROYAL

Ni Kate Middleton ni Charlène de Mónaco: Rajwa de Jordania marca la diferencia con su magnetismo silencioso

La forma de vestir de la esposa del príncipe Hussei no responde a modas ni a la búsqueda de la viralidad. Ella apuesta por la contención inteligente

Foto: La princesa Rajwa de Jordania en el Palacio del Elíseo. (Cordon Press)
La princesa Rajwa de Jordania en el Palacio del Elíseo. (Cordon Press)

La visita del príncipe Hussein y su esposa, Rajwa de Jordania, al Palacio del Elíseo ha confirmado el ascenso internacional de la pareja hachemita. Ambos, junto a Emmanuel y Brigitte Macron, protagonizaron un encuentro que sirvió para reforzar la relación diplomática entre los dos países. También para consolidar la imagen pública de la princesa en el escenario europeo. La royal no ha necesitado de declaraciones ni gestos calculados para demostrar por qué su figura despierta tanto interés. Y esto, en parte, nace de su forma de entender la elegancia, que no depende del protocolo en sí, sino de la naturalidad.

Rajwa de Jordania escogió un vestido negro de crepé con capa y botonadura delantera, firmado por la diseñadora saudí Mona Alshebil, una de sus creadoras de confianza. El look, sobrio y perfectamente calibrado, consolidó su estilo distintivo: diplomático, elegante y sin un ápice de exceso. Y esta elección no fue casual. En el contexto que trae consigo una visita oficial de alto nivel, este color tiene un valor simbólico potente: sobriedad, autoridad y respeto institucional. Además, la esposa del príncipe Hussein lo portó sin rigidez, equilibrando protocolo y naturalidad. Y este es el tipo de atuendo que define su manera de comprender la moda: nada es gratuito, pero tampoco parece calculado.

placeholder Emmanuel Macron y su esposa Brigitte con el príncipe Hussein y Rajwa de Jordania. (EFE)
Emmanuel Macron y su esposa Brigitte con el príncipe Hussein y Rajwa de Jordania. (EFE)

Su forma de vestir no responde a modas ni a la búsqueda de la viralidad. Rajwa de Jordania apuesta por la contención inteligente. Tan solo hay que ver su línea estética desde sus primeras apariciones como princesa: tonos neutros, cortes puros y guiños discretos a la cultura árabe. Así, la esposa del príncipe Hussein representa la nueva elegancia jordana, la que consigue combinar tradición y modernidad sin caer en la rigidez ni en la superficialidad. Y esto, comparando con otras royals europeas, que están más sujetas a códigos mediáticos y a una exposición constante, hace que su sobriedad resulte refrescante.

La comparación con Kate Middleton y Charlène de Mónaco es inevitable. La princesa de Gales encarna la perfección del protocolo británico: colores estudiados, siluetas previsibles y un dominio absoluto de la imagen institucional. Por su parte, la esposa del príncipe Alberto ha hecho del minimalismo arquitectónico su seña. Rajwa de Jordania juega en otra liga. Su elegancia no está pensada para proyectar poder. Tampoco frialdad. Lo que busca es transmitir credibilidad. Así, no parece una princesa que se basa en interpretar un papel, sino una mujer que ha encontrado un modo de representar sin perder la naturalidad, algo muy complicado.

placeholder El príncipe Hussein, Rania de Jordania y la princesa Rajwa. (Instagram / @alhusseinjo)
El príncipe Hussein, Rania de Jordania y la princesa Rajwa. (Instagram / @alhusseinjo)

El vestido negro que llevó en París resume bien esa filosofía. Ningún elemento sobró: peinado elegante, pendientes discretos y maquillaje neutro. Todo se comunicaba con autoridad, pero sin caer en la agresividad. También tiene que ver con el hecho de que en ella hay un magnetismo poco habitual en la realeza contemporánea: transmite una serenidad que no cae en la distancia. Así, Rajwa de Jordania no tiene la necesidad de forzar la sonrisa ni buscar el foco, su fuerza está en la calma con la que se mueve. Y esa seguridad silenciosa se ha convertido en su sello de identidad.

Pero, detrás de su estilo también hay una lectura política. Jordania ha sabido proyectar una imagen moderna sin romper con su identidad cultural y la princesa Rajwa, de algún modo, forma parte de esa estrategia. En su armario podemos encontrar diseñadores árabes emergentes con un sentido diplomático impecable. Por ello, el hecho de que optase, en su visita a Francia, vestir de Mona Alshebil, refuerza la narrativa de una región que moderniza su imagen desde dentro y no copiando los modelos occidentales. De ahí a por qué despierta tanta atención cuando sale de su país.

placeholder Hussein y Rajwa de Jordania. (Rania de Jordania)
Hussein y Rajwa de Jordania. (Rania de Jordania)

Así, en un panorama saturado de mensajes visuales, Rajwa de Jordania destaca por no necesitar explicaciones. Como decíamos, su imagen habla por ella misma: elegancia, coherencia y serenidad. Por ello, no compite ni con Kate Middleton ni con Charlène de Mónaco. Tampoco con otras royals, no lo necesita. Su papel no es ser un referente de moda, sino símbolo de estabilidad moderna en una monarquía que, con el paso de los años, ha ido evolucionando sin perder su esencia. Y lo está haciendo con una estrategia clara: menos espectáculo y más verdad.

La visita del príncipe Hussein y su esposa, Rajwa de Jordania, al Palacio del Elíseo ha confirmado el ascenso internacional de la pareja hachemita. Ambos, junto a Emmanuel y Brigitte Macron, protagonizaron un encuentro que sirvió para reforzar la relación diplomática entre los dos países. También para consolidar la imagen pública de la princesa en el escenario europeo. La royal no ha necesitado de declaraciones ni gestos calculados para demostrar por qué su figura despierta tanto interés. Y esto, en parte, nace de su forma de entender la elegancia, que no depende del protocolo en sí, sino de la naturalidad.

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