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Sean Connery y Marbella: churros con Jaime de Mora y champán en vez de martini agitado
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EL REFUGIO DEL QUE SE ACABÓ DESENCANTANDO

Sean Connery y Marbella: churros con Jaime de Mora y champán en vez de martini agitado

Era habitual verlo pasear por la playa cercana a su casa, ‘Finca Malibú’, con sus perros y su mujer, que servía también de parapeto con las admiradoras

Foto: Sean Connery en Marbella. (Revista Tiempo)
Sean Connery en Marbella. (Revista Tiempo)

Sean Connery llegó a Marbella aconsejado por su amigo, el escritor Peter Viertel, marido de Deborah Kerr. El matrimonio fue el primero en llegar a la Costa del Sol y unos años más tarde aterrizó el agente 007 con su mujer, Micheline Roquebrune.

Ese primer verano, se alojaron en el Marbella Club, donde reinaba el príncipe Alfonso de Hohenlohe. Las noches empezaban con champán y terminaban de madrugada en la discoteca ‘Jimmy’, que formaba parte del complejo.

Foto: Olivia Valère. (Getty)

Nunca tomó martini (mezclado, no agitado), entre otras cosas porque no le gustaba. A diferencia de los VIP de aquellos años, Gunilla Von Bismarck y él eran los únicos que no bebían más allá de una copa de champán.

placeholder Sean Connery. (Fotograma de 'Agente 007 contra el doctor No')
Sean Connery. (Fotograma de 'Agente 007 contra el doctor No')

Nunca llegó a fumar y mucho menos explorar el mundo de la cocaína, que en aquellos años locos de la Marbella de vino y rosas se consumía a la vista de todos.

No estaba mal considerado, pero el agente secreto al servicio de su Majestad fue siempre un hombre sano en este aspecto. Como la condesa alemana, era deportista y madrugador.

Era habitual verlo pasear por la playa cercana a su casa, ‘Finca Malibú’, con sus perros y su mujer, que servía también de parapeto con las admiradoras.

Hay una anécdota referida a un aparente coqueteo entre Connery y Vaitiare, la que fuera novia de Julio Iglesias. El escenario de la historia tuvo como excusa el cumpleaños de Jaime de Mora en la discoteca de Olivia Valère, en Puente Romano. La bellísima Vaitiare quiso hacerse una foto dándole un beso. Roquebrune, que era pequeña de estatura pero matona en sus arranques, cortó por lo sano. Ni foto, ni beso.

placeholder Jaime de Mora en una fiesta en la discoteca de Olivia Valère. (Revista Tiempo)
Jaime de Mora en una fiesta en la discoteca de Olivia Valère. (Revista Tiempo)

La anécdota sirvió para varias crónicas de aquellos veranos locos donde los protagonistas tenían nivel. Lo mismo podía aparecer en una fiesta la princesa de Kent, que la duquesa De Alba, el magnate Khashoggi con su espectacular tercera mujer, Lamia, la princesa Soraya, Gina Lollobrigida o Kim Novak.


Sean Connery formaba parte de ese grupo alegre que animaba los días y noches de Marbella. Tuvo una amistad importante con Jaime de Mora, con quien desayunaba en la plaza de los Naranjos “calentitos” (churros) y después se iba a jugar al golf, una de sus pasiones.

Estas escapadas matutinas eran las únicas en las que su mujer no le acompañaba. Resultaba curioso como un ‘hombretón’ como era Sean Connery, tanto en su aspecto físico como en su repercusión mediática, era muy dependiente de su mujer. No acudía a ninguna fiesta en solitario y la que marcaba el horario era Roquebrune. “Ahora nos quedamos”, “Ahora nos vamos”.

placeholder Sean Connery con su mujer, Micheline Roquebrune, en una image reciente. (EFE)
Sean Connery con su mujer, Micheline Roquebrune, en una image reciente. (EFE)

La relación con su mujer era muy especial y se les podía ver a los dos cenando en solitario en el hotel ‘Don Pepe’ o en cualquiera de los locales cercanos a la playa de Marbella, mano a mano tomando espetos de sardinas. Los dos solos, como figuran en muchas de las fotos que adornan esos restaurantes.

Connery era feliz en Marbella y mantuvo una relación muy especial con Jesús Gil hasta que la alianza amistosa se rompió. El motivo fue que desde el ayuntamiento se utilizó una imagen suya para promover una campaña electoral. Sean Connery no había dado permiso y la ruptura fue más pública que privada.

El siguiente desencuentro tuvo que ver con la exigencia del actor a utilizar la playa en exclusiva que se encontraba al pie de su casa. No lo consiguió y a partir de ahí Connery amenazó con irse de Marbella.

placeholder Apartamentos en Marbella construidos en el terreno recalificado de una parcela donde estaba el chalé 'Malibú' del actor Sean Connery. (EFE)
Apartamentos en Marbella construidos en el terreno recalificado de una parcela donde estaba el chalé 'Malibú' del actor Sean Connery. (EFE)

Ya había muerto su gran amigo, Jaime de Mora, y la evolución de la ciudad iba por otros derroteros en aquella Marbella, ciudad sin ley.

Cuando construyeron unos pisos cerca de su vivienda y llegaron los problemas con Hacienda, el actor cerró su casa, la puso a la venta y nunca más a volvió a pisar Marbella.

Sean Connery llegó a Marbella aconsejado por su amigo, el escritor Peter Viertel, marido de Deborah Kerr. El matrimonio fue el primero en llegar a la Costa del Sol y unos años más tarde aterrizó el agente 007 con su mujer, Micheline Roquebrune.

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