La Calleja, cocina para los días fríos

Este pequeño y coqueto restaurante fue inaugurado en el año 2001 y es propiedad de los hermanos Fernández Andrés. Santiago y Fernando se encargan de la sala y su hermana Raquel de la cocina, por vocación. Digo esto porque es Licenciada en Derecho y prefiere la creatividad de los fogones al ejercicio de la abogacía.

 

El salón es pequeño, está muy bien iluminado por medio de unos amplios ventanales que dan a dos calles. Me ha dicho “un pajarito” que lo van a ampliar, habilitando el piso de la planta superior. Se nota la inestimable ayuda que  Mariano “El Patriarca” aporta por sus conocimientos y relaciones, pese a que está jubilado.

 

El restaurante está decorado sobriamente, con un friso de ladrillos vistos invertidos, una inmensa viga de madera que sujeta el local y un arco de ladrillos que divide la zona del bar con la del comedor. La iluminación artificial es muy original, realizada con focos corridos sobre un carril de acero visto. En sus paredes, algunos bodegones y un mueble auxiliar.

 

La cocina es tradicional y está basada en la buena materia prima. Como entrantes se pueden tomar unas croquetas caseras, las hacen de jamón y de queso batido, los callos, los pimientos asados o rellenos de langostinos, las delicias de bacalao y las ensaladas con ventrisca o con anchoas, la de canónigos con langostinos y el queso de cabra tibio con cebollitas caramelizadas y almíbar de frutas del bosque.

 

Para los días fríos, una reconfortante sopa o los judiones con matanza. La especialidad de la casa es el bacalao, siendo muy apreciados al pil-pil y a la vizcaína. Los pescados frescos se suelen prepara a la plancha y su variedad es según mercado, si bien la lubina y el lenguado no suelen faltar.

 

Las carnes son con denominación de origen de Guadarrama: destaca el chuletón de buey fileteado, que se hace en la mesa con una parrilla de carbón vegetal, diseñada de una forma ingeniosa, y es que sus barras tienen forma de ‘v’, donde la grasa no se quema,  sino que se desliza y cae en un recoge grasa. Al evitar que se queme, también se evita que desprenda ese olor tan desagradable, que se impregna en la ropa. Por otra parte, destacan el entrecot, las chuletillas de lechal, el secreto ibérico con crema de calabaza y la carrillada es otra de las alternativas.

 

Los postres son caseros y cabe resaltar el arroz con leche, el flan, el tiramisú, las tartas y los helados.

 

La bodega, muy amplia, con más de setenta referencias de todas las denominaciones de origen.

 

Precio medio: 40 €

Calleja del Potro, 6 - Guadarrama

Teléfono: 91 854 85 63
Cierra los lunes

  

 

Recomendado en la Guía Miguelín:  “Comer bien en un restaurante de renombre no tiene mérito”. La guía Miguelín es perfecta para unos tiempos que no llaman al esnobismo: Miguel Casas, un profesional de las relaciones comerciales y aficionado a la buena mesa, nos ofrece una selección de restaurantes adeptos a la buena cocina, la limpieza, la simpatía de sus propietarios y la relación calidad-precio. La mayoría de los restaurantes incluidos en 'La Guía Miguelín' se encuentran en Madrid y su comunidad, aunque también figuran algunos de Segovia, Toledo, Alicante y Cádiz, su patria chica. El autor ha dividido Madrid en cuatro zonas, cada una acompañada de un plano en perspectiva de Pedro J. Villeta.

 

 

 

 

 

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