Cómo practicar sexting por WhatsApp sin caer en lo vulgar
Empieces tú o no, debes saber cómo poner límites si el chat se encamina en una dirección que no es la que buscabas. Aquí, algunas pistas para salir airoso con éxito
Jueves noche, en el sofá de tu casa. Tú, Tinder y las circunstancias: este sí, este no, este no, este tampoco, este sí, y... ¡boom! Acabas de hacer match con un sujeto del género masculino (o femenino) que, a juzgar por el físico y los 4 detalles que aporta de su vida personal, no está nada mal. Empezáis a charlar, al cabo de dos días quedáis, la cosa va bien en todos los sentidos y la conversación se traslada al WhatsApp. ¿Qué ocurre entonces? El termómetro va subiendo de temperatura, una broma lleva a otra más elevada de tono y de repente, te ves inmersa en un porno-chat en el que no habías pedido entrar, ¡pero ya estás dentro! ¿Qué haces? ¿Sigues con el sexo vía WhatsApp? El tipo te gusta, pero la conversación por momentos roza el mal gusto, ¿cómo puedes marcar límites sin resultar desagradable o sin cortar totalmente el rollo?
Esto es lo que debes hacer, según Elisabet Aulet, psicóloga especialista en relaciones y comunicación saludables, para que el sexting no se te vaya de las manos (las manos son tu propia comodidad, la de nadie más):
1. Si quieres empezar tú y no sabes cómo
¡Enhorabuena por llevar la iniciativa! Sin embargo, antes de darle a la tecla 'hot', una reflexión: hazlo porque quieres, porque te divierte o porque te permite descubrir nuevos mundos; no lo hagas por gustar al otro o por aparentar ser morbosa. Aunque estés a través de una pantalla, eres tú la que está ahí y se trata de que después paséis al cara a cara, con lo que la recomendación pasa por que tu 'versión online' sea lo más parecida o igual que tu 'versión real'.
Dicho esto, pasemos a la acción. Si no te sientes del todo segura, confirma que siente atracción hacia ti. ¡Eso se nota! A partir de aquí vas entrando de forma gradual en el tema. Sin preguntas directas (al menos al principio). Es mejor jugar con la imaginación. Por ejemplo, plantea un sitio donde te gustaría estar con él, un espacio que puede prestarse a la sexualidad, como de vacaciones en una playa...
Otro recurso que no debes desdeñar es el sentido del humor, que es un gran aliado para estos casos. Además, si ya habéis tenido algunas citas, puedes utilizar alguna anécdota divertida que habéis vivido juntos y conducirla hacia el terreno sexual. Se trata de jugar, de romper barreras y ganar confianza y, aunque parezca mentira, reírse destensa cualquier situación.
2. Si quieres continuar, pero sin ser vulgar
Expresa lo que sientes y lo que quieres, sin entender que hablar de sexo es sinónimo de ser groseros. La sexualidad es una parte importante de nuestras relaciones y uno no debe sentirse mal por disfrutar de ello y jugar. No intentes preparar respuestas correctas, si él empieza y tienes ganas de seguir, sigue. No te sientas juzgada, ni te agobies por lo que va a pensar él de ti; date permiso para ser tú misma, no te escondas. La vergüenza en estos temas a veces nos bloquea, debido a los mitos relacionados con el sexo, pero en realidad todos tenemos la necesidad de mantener el juego sexual. Lo importante es seguir expresándote con las palabras con las que te sientas cómoda y al nivel que tú quieras. Es como si jugaras un partido de tenis pero tú pones las normas. Si no te sientes a gusto con lo que está surgiendo, para el juego y modifica lo que te entorpece el partido, o termínalo si es necesario.
¿Cómo poner límites?
¿Qué pasa si la cosa se está yendo de madre y te sientes incómoda con lo que se está generando en este chat? ¡Pues corta el rollo! Hazlo educadamente, sin entrar a emitir juicios de valor, pero pon límites si te sientes incómoda. O al menos expresa tu incomodidad y dale la oportunidad de rectificar al otro si intuyes que puede cambiar.
Puedes utilizar un “me gusta que sientas atracción por mí y me lo expreses, pero no me siento cómoda por ahora hablando de sexo por WhatsApp. ¿Me entiendes?”. Es decir, no vayas por el camino de acusar al otro de utilizar un tono soez, sobre todo si tú has participado tanto como él de la conversación hasta ahora. Es mejor que introduzcas el mensaje desde el “yo me siento...” y valides la buena intención del otro, que se lo agradezcas y valores positivamente el hecho de que sienta atracción por ti.
Y recuerda que, hayas empezado tú o no y aunque hayas participado de la conversación, tienes el derecho a saltar cuando quieras, no te sientas obligada a seguir con algo que no te divierte. Al fin y al cabo, la cuestión es disfrutar y en el mejor de los casos pasar del teclado a la cama.
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Jueves noche, en el sofá de tu casa. Tú, Tinder y las circunstancias: este sí, este no, este no, este tampoco, este sí, y... ¡boom! Acabas de hacer match con un sujeto del género masculino (o femenino) que, a juzgar por el físico y los 4 detalles que aporta de su vida personal, no está nada mal. Empezáis a charlar, al cabo de dos días quedáis, la cosa va bien en todos los sentidos y la conversación se traslada al WhatsApp. ¿Qué ocurre entonces? El termómetro va subiendo de temperatura, una broma lleva a otra más elevada de tono y de repente, te ves inmersa en un porno-chat en el que no habías pedido entrar, ¡pero ya estás dentro! ¿Qué haces? ¿Sigues con el sexo vía WhatsApp? El tipo te gusta, pero la conversación por momentos roza el mal gusto, ¿cómo puedes marcar límites sin resultar desagradable o sin cortar totalmente el rollo?