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Zafra: también hay pueblos blancos en Badajoz (no todos iban a estar en Cádiz)
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Zafra: también hay pueblos blancos en Badajoz (no todos iban a estar en Cádiz)

Blancos, bellos y además fronterizos. O sea, que espérate fortaleza, murallas, torres y otros elementos de este Exin Castillos turístico (o lo que queda). Le llaman la Sevilla Chica. Por algo será...

Foto: Por las calles de este bello pueblo pacense. (Turismo de Zafra)
Por las calles de este bello pueblo pacense. (Turismo de Zafra)

No todos los pueblos blancos (y bellos) están en Cádiz, aunque a veces lo parezca, sino que también los hay en Alicante (caso de Altea), Málaga (qué decir de Mijas o Frigiliana), Ciudad Real (pensamos en Almagro), Gerona (el increíble Cadaqués) y ahí donde queríamos llegar, Badajoz. En estas tierras extremeñas, además, con especial emoción, no solo por ser cuna de conquistadores, hacedores de las Américas y embajadores de nuevos mundos, sino porque están en los límites. Queremos decir que son fronterizas, con todo lo que eso quiere decir en cuestión de castillos, fortalezas, murallas, torres, barbacanas y demás recintos fortificados, donde ayer se hizo la guerra y hoy se busca la paz, lejos muy lejos de la gran ciudad. En fin, que nos vamos a Zafra, un pueblo blanco blanquísimo, con nombre zumbón, porque sabe a azúcar de caña, capaz de ganar la encuesta de los pueblos más bonitos de Vanitatis con todas las de la ley. Lo llaman la Sevilla Chica, ¿por qué será? Tiene hasta plazas siamesas y resulta muy exótico (no le faltan palmeras).

Foto: En el Alto Ampurdán, el pueblo que lleva el nombre de Dalí. (Foto: Visit Cadaqués)

Allá donde se cruzan los caminos

Y donde el mar sí se puede concebir, o empezar a hacerlo, al revés que en la canción de Sabina, puestos a hablar de Zafra. Si lo de la frontera ya tiene su aquel -querido Portugal, más este del Alentejo, siempre a la sombra alargada del Algarve-, qué decir del hecho de ser toda una encrucijada. Para ir a Badajoz, Mérida, Sevilla, Huelva y Córdoba, en plena Vía de la Plata. Esa calzada romana tan evocadora que atravesaba (y atraviesa) de sur a norte aquella Hispania, desde Emerita Augusta (actual Mérida) hasta Asturica Augusta (actual Astorga), puro Occidente.

placeholder Zafra es así de blanca (y de bella). (Parador de Turismo)
Zafra es así de blanca (y de bella). (Parador de Turismo)

Sin festival de teatro ni Feria de Abril pero...

Cierto es que no tiene un festival como el de Mérida, en honor a Plauto y Eurípides, ni una Feria de Abril por fandangos y soleares; lo suyo es ya desde tiempos medievales la ganadería y el fruto del campo extremeño, con el escenario de la Plaza Chica (porticada) y luego la Grande, ambas comunicadas por el Arquillo del Pan. Pero está caminito de la ciudad de Augusto y ... es conocido como la Sevilla la Chica. Será por la monumentalidad de su recinto tras las murallas, de las que quedan las puertas de Jerez y Badajoz (arco del Cubo), y porque fue conquistada también por aquel Fernando III (siglo XIII) en tiempos de dominio musulmán y Al-Ándalus. Encantadora, dicho sea del paso, la Callejita del Clavel, un trocito del camino de ronda. Con el tiempo no hizo sino sumar monumentos: el alcázar, residencia de los condes de Feria, los Suárez de Figueroa, que se construyeron también un panteón para su linaje en el monasterio de las clarisas de Santa María del Valle, y una larga retahíla, porque la villa no dejó nunca de acrecentar su relumbrón. Hospitales, conventos femeninos, monasterios masculinos, la iglesia de la Candelaria...

placeholder No te pierdas sus plazas siamesas. (Turismo de Zafra)
No te pierdas sus plazas siamesas. (Turismo de Zafra)

Una vieja farmacia muy turística

Entre el blanco y más blanco te encontrarás con la llamada Casa del Ajimez, que es (de lo que fue), para nuestra desgracia, pura fachada (y qué fachada). Del resto no queda apenas rastro. El caso es que el edificio, que hoy es Centro de Acogida al Turista, al que inevitablemente desembocarás, cobijaba en el siglo XV la botica de la villa. O sea, esa gran despensa que contenía los más variados productos de la farmacopea del momento que luego se mezclaban en el almirez, cual bálsamo de Fierabrás, aunque luego pasó a ser -los tiempos adelantan una barbaridad- despacho de aguardiente.

placeholder Detalle de la Casa del Ajimez, no te olvides de buscarla. (Turismo de Zafra)
Detalle de la Casa del Ajimez, no te olvides de buscarla. (Turismo de Zafra)

La vieja sinagoga y una Casa Grande

Zafra está plagadita de edificios históricos, repetimos. Ahí está la vieja sinagoga, testigo de cuando los judíos poblaron la ciudad, asentados en las calles de San José, Sor Ángela de la Cruz, Badajoz, Pozo y Alfonso III, de portada gótica y ya sin su simbología hebraica. Y también la Casa Grande, frente a frente con el convento de Santa Catalina, en este suma y sigue. A saber, la mansión de un acaudalado mercader que la mandó construir en los albores del siglo XVII con portada de mármol, de composición clasicista y en la calle Sevilla (la más comercial). Todo nos está resultando un pelín cervantino.

placeholder El palacio de los Duques de Feria. (Parador de Turismo de Zafra)
El palacio de los Duques de Feria. (Parador de Turismo de Zafra)

Para dormir, un palacio

En estos pagos lo suyo es dormir en un palacio. Y puestos a elegir, nos quedamos a pernoctar -incluso de día- en el de los Duques de Feria, o sea en el que fue el viejo alcázar de los entonces condes -indudablemente te (nos) vendrá bien la Espasa-. No todos los días se duerme en un edificio del siglo XV con torre del homenaje -el que te darás-, de trazas góticas y gusto mudéjar, al que se le añadió un patio de mármol renacentista, un jardín y un pasadizo para ir a la iglesia, hoy centro cultural. Por cierto, que no lo hemos dicho, es el Parador de Turismo (desde 73 euros).

placeholder Las vistas desde el palacio que fue alcázar. (Parador de Turismo de Zafra)
Las vistas desde el palacio que fue alcázar. (Parador de Turismo de Zafra)

Y para comer...

La Rebotica, en pleno barrio histórico (Botica 12), muy cerquita de la Plaza Chica, con una carta tan creativa como tradicional, con el chef José Luis Entradas del Barco a los mandos, que es ya todo un referente de la comida extremeña. Ensalada templada con chipirones y gambón, canelones de perdiz y boletus, cochinillo... ¿Otra opción? Arco, también en pleno casco histórico (Arco de San Antonio 9), donde te serivirán delicias como cilindro de cordero, pluma y presa ibérica, solomillo con reducción de vino extremeño, pulpo en salmorejo negro, milhojas de berenjena o tarta de queso de postre. Y la boca haciéndose agua.

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No todos los pueblos blancos (y bellos) están en Cádiz, aunque a veces lo parezca, sino que también los hay en Alicante (caso de Altea), Málaga (qué decir de Mijas o Frigiliana), Ciudad Real (pensamos en Almagro), Gerona (el increíble Cadaqués) y ahí donde queríamos llegar, Badajoz. En estas tierras extremeñas, además, con especial emoción, no solo por ser cuna de conquistadores, hacedores de las Américas y embajadores de nuevos mundos, sino porque están en los límites. Queremos decir que son fronterizas, con todo lo que eso quiere decir en cuestión de castillos, fortalezas, murallas, torres, barbacanas y demás recintos fortificados, donde ayer se hizo la guerra y hoy se busca la paz, lejos muy lejos de la gran ciudad. En fin, que nos vamos a Zafra, un pueblo blanco blanquísimo, con nombre zumbón, porque sabe a azúcar de caña, capaz de ganar la encuesta de los pueblos más bonitos de Vanitatis con todas las de la ley. Lo llaman la Sevilla Chica, ¿por qué será? Tiene hasta plazas siamesas y resulta muy exótico (no le faltan palmeras).

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