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Pelo encrespado: ¿buscas alternativas a la queratina?
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Pelo encrespado: ¿buscas alternativas a la queratina?

La queratina se ha adueñado de los salones de peluquería, pero no todos los cabellos resisten bien el alisado brasileño. Si tu pelo es fino, tal vez necesites otras opciones

Foto: Guerra al encrespado
Guerra al encrespado

Hace más de 15 años surgió en São Paulo una nueva técnica de peluquería que supuso una revolución entre la población afroamericana. Se trataba del alisado con queratina, un tratamiento que lograba domar los encrespados y rizados cabellos de las mulatas brasileñas y que mantenía los resultados durante tres meses. Su éxito rápidamente se propagó, llegó a los salones de Estados Unidos y desde allí pasó a Europa. En España también triunfó: en cuestión de unos años, cualquier peluquería terminó ofertando el 'alisado brasileño'. La queratina se perfilaba como la solución para lograr prescindir de las planchas.

Hagamos balance: mientras hay españolas absolutamente forofas de la queratina, que han visto en ella la solución a ese pelo crespo, fosco y sin gracia tan habitual por estas latitudes, otras muchas han terminado detestándola. "La razón es que se ha aplicado en todo tipo de cabellos -finos, gruesos, decolorados, con mechas...- sin tener en cuenta que es un producto que no sirve para todas las mujeres", explica el argentino Ariel Diéguez, de Evolución Capilar. "Si tenemos en cuenta su origen, comprenderemos que es ideal para el pelo grueso de las mujeres afroamericanas. Es decir, el problema no es de la queratina, sino de un mal diagnóstico".

Diéguez recuerda cómo, en 1999, se desplazó a São Paulo a investigar en las técnicas de alisado de queratina. De allí pasó a Nueva York y profundizó en los tratamientos de regeneración de la fibra capilar hasta crear sus propios y personalizados tratamientos de alisado, que aplica una vez ha hecho un estudio del estado del cabello de la cliente. Estos tratamientos están compuestos de colágeno, proteínas, seda y minerales. "Soy un entusiasta del colágeno, porque devuelve la elastina que se pierde con las mechas y con otras técnicas; esa falta de elastina provoca que se pierda la elasticidad natural del cabello; con el colágeno recuperamos esa elasticidad".

placeholder Ariel Diéguez en su salón
Ariel Diéguez en su salón
  • En qué consiste: se concierta una entrevista inicial (sin coste) en la que se evalúa el punto de partida con una capilometría. Allí podrás contemplar en la pantalla del ordenador tu pelo (y tu cuero cabelludo) como nunca lo habías visto. A partir de ahí, se hace un diagnóstico y se decide cuál va a ser el tratamiento idóneo para ti. "Hay veces en las que hemos dicho que no podemos hacer nada: se trata de casos en los que el cabello está excesivamente deshidratado, o quemado por algún tratamiento".
  • Si no estás muy convencida, puedes hacer 'la prueba del mechón': se te aplica el producto en un mechón, te vas a casa y, una vez lo lavas, comparas y valoras la diferencia
  • El tratamiento en sí es similar al que se realiza con la queratina. Es decir, te embadurnan el pelo del producto y después se pasan las planchas. Dura en total una hora (sí, de verdad) y te puedes lavar el cabello dos horas después.

Ventajas: es un tratamiento rápido (comparado con las cuatro horas que lleva un alisado con queratina). Quita por completo el encrespado durante al menos tres meses.

Inconvenientes: es posible que sientas que el pelo queda excesivamente lacio (a lo mejor tú no lo ves como un problema). Necesitará al menos diez lavados para que desaparezca por completo el producto y el cabello obtenga más volumen.

Precio: entre 200 y 300 euros, dependiendo del largo y cantidad del cabello.

Dónde: Jorge Juan 36. Teléfono: 649 787 816 También tiene salón en Miami, Mar del Plata y Buenos Aires.

Hace más de 15 años surgió en São Paulo una nueva técnica de peluquería que supuso una revolución entre la población afroamericana. Se trataba del alisado con queratina, un tratamiento que lograba domar los encrespados y rizados cabellos de las mulatas brasileñas y que mantenía los resultados durante tres meses. Su éxito rápidamente se propagó, llegó a los salones de Estados Unidos y desde allí pasó a Europa. En España también triunfó: en cuestión de unos años, cualquier peluquería terminó ofertando el 'alisado brasileño'. La queratina se perfilaba como la solución para lograr prescindir de las planchas.

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