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Los trucos para arreglar esos productos de maquillaje que se han secado o roto
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Los trucos para arreglar esos productos de maquillaje que se han secado o roto

Te ayudamos a recuperar los productos que creíste perdidos

Foto: Organizar las brochas de maquillaje te facilitará la vida. (Unsplash)
Organizar las brochas de maquillaje te facilitará la vida. (Unsplash)

Sí, te ha sucedido, después de estos meses sin apenas tocar la máscara de pestañas está seca, o ese día que vas con prisa, te estás maquillando y de repente esa polvera que adoras resbala de tus manos impactando contra el suelo como un meteorito. Puedes comprarte uno nuevo o utilizar estos trucos de emergencia para que no tengas que beber tus propias lágrimas si tu sombra de ojos preferida (esa que te ha costado un riñón) cae al suelo y se hace pedazos. Coge papel y boli que empezamos:

1. POLVOS COMPACTOS O SOMBRAS DE OJOS HECHOS AÑICOS

Reparar este desastre va a ser más sencillo que limpiar los restos de los polvos que queden en las baldosas de gres o en el mármol. Todas conocemos el drama de nuestra caja de colorete/sombras/polvos estrellándose contra el suelo y el estado en el que queda cuando abres la tapa. Para recomponer el maquillaje, intenta juntar todos los trocitos que puedas y vuelve a meterlos en su cajita. Termina de machacar los trozos más grandes y empápalo todo con alcohol (el de desinfectar) y da forma a la mezcla con la parte convexa de una cucharita. Espera 24 horas hasta que se seque y voilà! Como el primer día.

Y también puedes utilizar este truco con tu sombra/colorete en crema. El alcohol lo arregla todo.

2. BARRAS DE LABIOS QUE SE PARTEN EN DOS

Sobre todo con el calor las texturas cremosas se vuelven todavía más cremosas y algo menos resistentes. Si tu lipstick preferido se ha partido por la mitad, calienta los extremos de las dos partes y vuelve a unirlos.

Puedes incluso disimular la línea de la rotura difuminándola suavemente con la yema de los dedos cuando unas las partes. Tápala, métela en la nevera y espera 24 horas. Para entonces ya habrá recuperado la consistencia necesaria y podrás seguir pintando tus labios como si no hubiera un mañana.

3. ¿LÁPIZ DE OJOS O PIEDRA PÓMEZ DE OJOS?

Llevas tiempo sin usar el lápiz y cuando vas a delinear el ojo prácticamente te lo clavas. La mina está dura, no se desliza bien y el trazo es imposible de difuminar; pero tú te has empeñado en que esta noche toca smoky eyes. No pasa nada.

Coge un mechero o unas cerillas y calienta la punta del lápiz unos segundos. Se deslizará como la seda y el difuminado quedará perfecto. Eso sí: espera unos segundos hasta que se enfríe un poco antes de usarlo.

4. A TU MÁSCARA DE PESTAÑAS SE HA SECADO

Reconócelo: o cerraste mal el tubo o la compraste hace más de tres meses. Sea como sea, está muy seca y te toca esperar a primeros de mes para poder comprarte otra. No te pongas en modo drama y alarga la vida de la que tienes añadiéndole una gota de aceite de oliva.

Olvídate del agua, que solo la resecará más (suena raro, pero es así). El aceite de oliva además aportará un extra de suavidad a tus pestañas. Insistimos: UNA GOTA de aceite de oliva. UNA GOTA. Solo una. Si te pasas con la dosis puedes acabar como un oso panda.

5. EL DIFUMINADOR QUE NO PUEDE MÁS

Llega un momento en la vida de las esponjitas que van acopladas al extremo del lápiz de ojos en el que sencillamente no dan más de sí. Y cuando te quieres dar cuenta, estás utilizando el extremo del lápiz en forma de palo (con dureza y punta de palo) para conseguir un acabado difuminado. No te aferres más, deja que se vaya de forma tranquila y asume que ahora solo tienes un lápiz de ojos. Y para difuminar, pásate a la varita mágica del maquillaje: el bastoncillo de algodón.

Sí, te ha sucedido, después de estos meses sin apenas tocar la máscara de pestañas está seca, o ese día que vas con prisa, te estás maquillando y de repente esa polvera que adoras resbala de tus manos impactando contra el suelo como un meteorito. Puedes comprarte uno nuevo o utilizar estos trucos de emergencia para que no tengas que beber tus propias lágrimas si tu sombra de ojos preferida (esa que te ha costado un riñón) cae al suelo y se hace pedazos. Coge papel y boli que empezamos:

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