La sombra de ojos 'salvalooks' y cómo sacarle el máximo partido a tu mirada con ella
Difícil de catalogar en la paleta cromática, este cobre rosado lleno de brillo se ha convertido en la sombra de ojos perfecta para cualquier tono de piel. Encuentra tu formato y tu inspiración
Su acabado luminoso y su tono incierto tiene uno de esos efectos mágicos de la cosmética que permite adaptarse a todos los tonos de piel, iluminarla y, por si fuera poco, puede utilizarse para otros tips como por ejemplo iluminar el lagrimal o ser el punto de luz sobre el pómulo. Un cobre tan claro que juega a tener un subtono rosado según lo desees. Esta es la sombra que se ha ido colando poco a poco en alfombras rojas, Instagram y en todas las paletas con más de dos tonos.
Charlotte, Huda, Kim, Mario Dedivanovic, Natalia Belda, Iván Gómez, Jo Baker… Da igual cuál sea la diosa o el dios del maquillaje que sigas, el evento que esperes anualmente, la cuenta de Instagram que te inspire cada mañana o la celeb cuyos beauty looks analices al milímetro porque todos, absolutamente todos, han probado o se han entregado sin reservas a la sombra cobre. ¿De verdad? ¿La sombra cobre? Si esta ha sido tu reacción, conviene aplicar un pequeño matiz, porque el cobre ahora tiene un ligero toque rosado que puede recordar ligerísimamente al latón, pero que se ha colado en todos los maquillajes más pedidos.
Después de abrazar a las sombras de ojos rosas y retirarles la etiqueta de 'colores imposibles' de la paleta, toca dejarlas a un lado para retomar la entrega completa y sin reservas a un viejo conocido, el acabado irisado en una de sus tonalidades fetiche, el cobre. Ni dorado ni café, cobre. Aunque en otro momento hablaremos del melocotón, que este año vuelve con fuerza en parte por culpa del triángulo Justin-Selena-Hailey.
Si te encanta sacarte partido y ves las sombras de ojos en particular y el maquillaje en general más como herramientas que como una forma de expresión, estás de enhorabuena porque esta temporada -llámalo primavera, llámalo verano- vuelven las sombras de ojos habituales, las que podríamos clasificar como ponibles. Después de los marrones para los smokeys más sensuales, los colores cobrizos, jugando con tres elementos, naranja, rosa y brillo, se han convertido tímidamente pero con paso firme en el mejor recurso estético del maquillaje.
Podríamos decir que el inicio del cobre ultrabrillante como sombra de ojos clave se lo debemos al espectacular maquillaje de Penélope Cruz en los Oscar 2020. Vale, puede que su vestido de Chanel, reinventando un clásico e incorporando todos los posibles elementos inventados por la moda, fuera el epítome de la sofisticación, alabado por la prensa extranjera, pero las auténticas frikis de la belleza encontramos en su maquillaje la verdadera obra de arte, una suerte de smokey eyes con todo tipo de colores y texturas con el cobre como centro del maquillaje. A pesar de que, a los pocos días de la ceremonia el covid nos encerraba y cambiaba por completo a la sociedad, el look creado por Hung Vanngo ha sobrevivido a la crisis y se postula como un firme maquillaje a prueba de todo y de todos.
Con la combinación de colores, el maquillador consiguió darle dramatismo a la mirada marcando un toque de oscuridad en el párpado inferior y un ahumado rasgado en el superior, que se llenaban de luz al aplicar la sombra satinada bronce en el párpado móvil. El resultado era un maquillaje muy intenso pero luminoso. De este look de maquillaje descubrimos uno de los usos estelares de las sombras de este tono, el smokey de colores brillantes arriba y abajo.
Al aplicar sombra cobriza en todo el párpado superior y en el inferior, a modo de acento o delineado grueso, el resultado es el de unos smokey eyes muy diferentes ya que no hay ni rastro de oscuridad, es todo una luz cálida, como quemada, un ahumado muy terrenal. ¿Significa esto que solo favorece a los tonos de piel cálidos o a las mujeres morenas? En absoluto. Las primeras celebs en dejarse ver con estas sombras han sido en su mayoría rubias, desde Florence Pugh hasta Rosie Huntington-Whiteley o Scarlett Johansson. Sin ir más lejos, Chiara Ferragni lleva meses recurriendo a una sombra cobriza, algo más clara pero muy luminosa, con un brillo irisado ideal. la italiana tan solo acompaña la sombra con un poco de máscara de pestañas y listo, ya tiene su look estrella.
Pero no solo del ahumado viven las sombras cobrizas. Los maquillajes más sencillos son sus otros grandes aliados. Sobre un párpado desnudo, se puede aplicar una de estas sombras de acabado metalizado, cubriendo todo el párpado y dejando una sensación jugosa que juegue con la luz. Se puede aplicar un tono ligeramente más claro en el lagrimal para potenciar ese efecto o utilizar la misma tonalidad cobriza de la sombra a modo de iluminador para crear un look monocromático muy cálido.
Otra variación de esta sombra es el delineado. Estamos demasiado acostumbradas a delinear el ojo con negro, que a ras de las pestañas puede ayudar a oscurecerlas, pero el resultado final, en muchas ocasiones, es el de un elemento sin sentido que 'no pega' con el resto del maquillaje. La gran Charlotte Tilbury, gran defensora de los cobrizos en todas sus variedades, de los más anaranjados a los rosados, propone un delineado en un color distinto como un marrón, un burdeos o un berenjena.
El bazar de cobre (o bronce rosado)
Por supuesto, para hablar bien de una tendencia y más concretamente de un color, nada como desmenuzar los cosméticos ideales para conseguir uno y otro acabado. Mientras las sombras en crema permiten trabajar con muchísima facilidad los colores cobrizos, adaptando la intensidad de la sombra con los propios dedos, las sombras en formato crayon hacen posible un trazo más preciso y las tradicionales nos dejan crear degradados más complejos. El mercado beauty también se abre a nuevos formatos con los que facilitar el proceso de maquillaje y reducir los riesgos de que la sombra se caiga o excedernos en la cantidad de producto. Abrimos el mercado del cobre / cuarzo rosa/ metal cálido o como quieras llamarlo. En tu mano está elegir cuál encaja más contigo.
En formato crema
Sombra de Ojos Solar de RMS Beauty, 29,99€ en Sephora. Natural, orgánica y cruelty free, es la clásica sombra salvavidas, fácil de trabajar y que se puede colar en cualquier bolso para retocar, iluminar y levantar la mirada. Su textura es cremosa pero pigmentada, como si se tratara de un bálsamo labial recién estrenado que aún mantiene ese capa superficial más dura. Está elaborada con pigmentos minerales naturales, que hidratan y depositan color en la piel.
Chroma Crystal Top Coat de Natasha Denona en color Peach, 27,99€ en Sephora, logran conseguir ese efecto párpado jugoso gracias a sus diminutos pero tremendamente luminosos pigmentos. Se puede utilizar tanto como sombra por todo el párpado, como acento sobre una sombra previa o incluso sobre los labios.
En formato líquido
Ombre Premièr Laquer de Chanel en el color nº26 Quartz Rose, 33,99€ en Sephora, permite lucir un párpado ultrailuminado pero sin un acabado pesado ni muy llamativo. Es un velo de brillo con un color tenue que, en el caso de este cuarzo rosado, se pierde con la piel para un maquillaje muy natural.
See Quins de Marc Jacobs en el color Gleam Girl 82, 24,99€ en Sephora. Las sombras fluidas permiten trabajar mejor el pigmento e ir aumentando la intensidad, a la vez que se pueden trabajar con los dedos. Esta sombra en concreto permite varios acabados, un sutil toque de brillo a través de sus pequeñas partículas brillantes, un ahumado cobrizo o un dorado en bloque.
Sombras tradicionales
Sparkling Couture Palette de Dior, 53,65€ en El Corte Inglés, es ideal para crear un look completo con degradado, punto de luz y profundidad. Su versión de la sombra cobre es algo más rosada, jugando incluso con el salmón. El resultado es un color peach muy natural con el que ruborizar los párpados y subir un tono su calidez.
Luxury Eye Palette The Queen of Glow de Charlotte Tilbury, 50,99€ en Sephora. Para recrear el color de moda, de esta paleta nos quedaríamos con los tonos metálicos Prime y Enhance, creados con una innovadora técnica que permite una aplicación similar a la de la crema con un color muy marcado y repleto de destellos.
Nuevos formatos
Color Strike de Maybelline en color Star Metallic, 8,20€ en El Corte Inglés, con la técnica del stamp, este formato de sombra de ojos permite aplicar una mayor cantidad de pigmento para conseguir intensidad de brillo y color. Fácil de utilizar, basta con destapar y presionar ligeramente sobre la piel. Su aplicador rematado en punta permite incluso hacer un pequeño delineado. El producto se encuentra en el tapón así que con volver a colocar la tapa, se toma más producto y sin mancharte. Está disponible en varios tonos muy básicos tanto mates como satinados.
Blackstar de Terry en color Frozen Quartz Nº6, en Sephora 32,99€. Otro formato ultrafácil de utilizar son las sombras en stick, más gruesas que el lápiz tradicional y también más cremosas. De este modo facilitan el ahumado y siempre están listas para un retoque.
Su acabado luminoso y su tono incierto tiene uno de esos efectos mágicos de la cosmética que permite adaptarse a todos los tonos de piel, iluminarla y, por si fuera poco, puede utilizarse para otros tips como por ejemplo iluminar el lagrimal o ser el punto de luz sobre el pómulo. Un cobre tan claro que juega a tener un subtono rosado según lo desees. Esta es la sombra que se ha ido colando poco a poco en alfombras rojas, Instagram y en todas las paletas con más de dos tonos.