Belleza natural: cómo conseguir una piel iluminada sin maquillaje

Ha llegado el momento de apostar por una belleza más natural y reducir la cantidad de maquillaje que usamos a diario para que la piel brille por sí sola y desde dentro. Resérvalo para ocasiones especiales y aprende a llenar de luz tu rostro sin necesidad de capas de iluminador en crema, en polvo, en stick o en el formato que acostumbres a utilizar.

El secreto de una piel resplandeciente está en que debe brillar desde dentro. Para ello es necesario que esté cuidada, tenga un tono homogéneo y libre de manchas y rojeces, y sobre todo esté perfectamente hidratada.

No es ningún secreto que, con el paso de los años, nuestra piel pierde agua con mayor facilidad. Si a esto le sumamos la exposición al sol, que la reseca y favorece la aparición de la hiperpigmentación, el estrés, que acelera el envejecimiento, la polución, que acumula impurezas sobre nuestra piel, o la mala limpieza, la piel termina viéndose opaca, sin una gota de luminosidad. Así que para iluminarla desde dentro, lo primero es cuidarla.

El primer paso es limpiar la piel en profundidad para eliminar desde el maquillaje hasta la grasa del rostro y, de paso, favorecer que se despeguen las células muertas que se acumulan y dan esa sensación de opacidad. Para ello hay que tener más de un limpiador en casa. El primer paso es utilizar un limpiador con base de aceite, también sirven los bálsamos y cremas o leches limpiadoras. Con este paso eliminas la grasa y el maquillaje más resistente. Un buen cosmético para adentrarse en los beneficios de los limpiadores en aceite es el Aceite Micelar Desmaquillante con Pétalos de Rosa de Nuxe (17,55€), que combina propiedades eliminando la suciedad y calmando la piel. Aplícalo con los dedos, nada de algodones.

A continuación, un limpiador en formato jabón, gel o espuma, ayuda a eliminar restos de fotoprotector y demás suciedad. Es interesante tener a mano un limpiador con enzimas para despegar esa capa de células muertas y utilizarlo varios días a la semana. Solemos temer a los jabones por miedo a que resequen nuestra piel, así que nada como apostar por limpiadores a medida como Clinique Facial Soap (a partir de 19,95€), con cuatro variedades que se adaptan a cada tipo de piel.

Ahora toca tratar e hidratar la piel. Aunque en muchas rutinas el sérum es un paso sustituible, si quiere lograr esa luminosidad de una forma duradera y desde dentro, un sérum con vitaminas A, C o alfahidroxiácidos como el ácido glicólico, entre cuyas propiedades está, además de frenar a los radicales libres, potenciar la luminosidad de la piel al limpiarla en profundidad y favorecer su renovación. El sérum es, por tanto, el paso en el que multiplicar los esfuerzos, de ahí que sérums multifunción como Abeille Royale Double R de Guerlain (a partir de 112,55€) con doble efecto peeling y lifting sean apuestas seguras. A la función renovadora del ácido glicólico se le suman la jalea real y la miel de abeja negra de Ouessant para redefinir y levantar.

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Un paso que cambiará radicalmente la luz de tu piel y su jugosidad será el uso diario de un aceite facial. Lejos de engrasar el rostro, se trata de aceites secos, especialmente formulados para hidratar sin dejar residuos. La piel los absorbe enseguida y dejan una película que favorece la absorción de los posteriores tratamientos que apliquemos, es decir, la crema hidratante. En su mayoría este tipo de aceites están formulados con aceites naturales cargaditos de vitamina E. Entre nuestros favoritos para conseguir esa luminosidad real está Superberry Hydrate and Glow Oil de Youth to the People (40,55€), que combina propiedades antioxidantes con iluminadoras al incorporar açaí, goji y maqui con los aceite de girasol y jojoba muy hidratantes e iluminadores.

El último paso sería aplicar una crema hidratante con propiedades emolientes, que mejoren la flexibilidad de la piel y que impidan que pierda agua. Si lo que se quiere es lograr esa sensación de rostro resplandeciente, es preferible elegir cremas ricas y dejar a un lado los formatos gel, que dejan un acabado más mate. También existen fórmulas muy ligeras que consiguen esa hidratación. Un ejemplo es Water Drop Hydrating Moisturizer de Dr. Jart (31,95€), que gracias al ácido glicólico ayuda a aclarar la piel y actúa sobre las manchas. Si encuentras una crema hidratante con ácido hialurónico, esculano, aceites naturales y mantecas, mejor que mejor, ya que hidratarás en profundidad la piel, lo que se traducirá en una mayor luminosidad.

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Pero tampoco hay que olvidarse de la importancia de la protección solar. Todos y cada uno de los días del año debemos aplicar un filtro solar sobre nuestra piel. Si estás cansada de pasos y no quieres añadir una capa más de tratamiento, opta por las hidratantes que incorporan un factor de fotoprotección (SPF) como Daily Essential Moisturiser SPF50+ de Alpha H (36,95€), que consigue una protección muy alta sin ser densa.

Para mantener ese efecto luminoso y jugoso a lo largo del día, las brumas faciales con propiedades hidratantes ayudarán a repulpar la piel al instante como Water Bank Moisturizing Mist de Laneige (16,95€), que gracias al agua mineral hidroionizada hidrata al instante cualquier tipo de piel.