Por qué los aceites faciales son una buena opción para cuidar tu rostro
Te encanta utilizar este tipo de fórmulas sobre el cuerpo. Eres fan de sus propiedades sensoriales y de tratamiento, pero ¿qué sucede con tu cara?
Cada vez más especialistas recomiendan utilizar los óleos faciales, convirtiéndolos en la referencia estrella para cuidar tu piel. Hoy te damos las claves para que les pierdas el miedo escénico.
Las propiedades de los aceites van más allá de lo que imaginas. Hay que tener en cuenta que hay dos grandes grupos de óleos: los vegetales y los esenciales. María Carrión, responsable de formación de Alqvimia, afirma que "los primeros se obtienen por presión y actúan a nivel físico con una molécula grande que no se absorbe a través de la piel (lo más profundo que llega es a la dermis), y los segundos son todo lo contrario".
Su molécula es tan pequeña que llega al torrente sanguíneo y se expande. Es una cuestión de peso molecular”. Así los vegetales se encargan de aportar a la piel vitaminas, minerales y omega 3, mientras que los esenciales trabajan a nivel circulatorio y de oxigenación, mejorando la relajación y activando el drenaje linfático con el fin de obtener un beneficio antiarrugas, reafirmante y/o regenerante.
Hay opciones para todos
“El aceite es nuestro mejor aliado, porque la piel está compuesta de aceite. Es algo que todas las pieles necesitan, incluso las que tienen acné o granitos”, sostiene Hemely Varela, directora de formación de Darphin. Ella afirma que los óleos pueden rescatar y sanear la dermis a cualquier edad, incluso las más jóvenes que tienden a producir un mayor exceso de sebo. ¿La razón? “Aplicando un oil, lo que conseguimos es mandarle un mensaje a las células de la piel diciéndoles que tienen que ralentizarse, es decir, “ser un poco más vagas” y producir menos grasa de la que fabrican”. Inés Díaz, técnico formadora del equipo de Carita y Decléor, coincide en que “en el caso de las dermis grasas y con acné únicamente tenemos que saber elegir las opciones adecuadas como el aceite esencial de neroli que tiene propiedades bactericidas y regula el sebo, o el de romero, que purifica y ayuda a eliminar toxinas”. En estos casos, incluso se puede ir más allá y elegir fórmulas limpiadoras en textura oil que “arrastran mejor el exceso de lípido (grasa) cutánea que cualquier formato jabonoso. Y sin deshidratarla, evitando así un posible efecto rebote”, sostiene Inés Díaz. Si tienes dudas, sean cuales sean las condiciones de tu cutis, lo mejor es que te dejes asesorar por un especialista antes de lanzarte a la compra de un aceite facial pensando en sus propiedades cosméticas (como, por ejemplo, puede ser su capacidad de hidratar) y aromacológicas.
1. Aromessence Néroli Bigarade, de Decléor (c.p.v.). Sérum 100% natural hidratante con aceites esenciales de naranja dulce, neroli y petitgrain y óleos vegetales. 2.Aceite de Zanahoria, de Alqvimia (59,90 €). Con vitaminas A y E regenera la piel, suaviza, acelera el bronceado y mantiene propiedades antiaging. 3. Huile Lotus, de Clarins (46,50 €). Con aceites esenciales de romero, manzanilla y geranio purifica y equilibra. Ideal para cutis con exceso de sebo. 4. Aceite Néctar 8 Flores, de Darphin (139 €). Reduce los efectos de los daños medioambientales, nutre, calma e ilumina fortaleciendo la barrera cutánea.
En la búsqueda de la calidad
No resulta sencillo dar con un óleo óptimo debido a que no existe una normativa específica en España. Inés Díaz nos da unas pistas para lograr nuestro objetivo con garantías. Lo primero que debes hacer es fijarte en el precio. Ten en cuenta que los aceites esenciales puros no suelen ser baratos ya que su coste de producción suele ser alto. Son necesarias grandes cantidades de materia prima y sus características deben ser muy específicas. ¿Un ejemplo? Desde Alqvimia afirman que para conseguir un litro de oil esencial de rosa búlgara se requieren 5-7 toneladas de flores. En segundo lugar, presta atención a la durabilidad del aroma. La experta de Carita y Decléor confirma que uno esencial puro tiene un aroma volátil. Si quieres saber si ha sido mezclado por fijadores, ponte una gota en la piel y si al cabo de unos 10 minutos sigue oliendo es que han manipulado su pureza. Por último, lee el etiquetado con detenimiento para comprobar que solo aparezca los nombres en latín de los óleos esenciales.
Pero tampoco te agobies, Hemely Varela reconoce que “la mezcla ideal de un aceite es la que se compone por aceites vegetales y uno esencial. Ya que aportan nutrición, refuerzan la barrera cutánea y aportan beneficios específicos según el tipo y la necesidad de piel”.
1. The Renewal Oil, de La Mer (180 €). Multiusos bifásico enriquecido con activos renovadores que aporta beneficios antiedad. 2. Daily Reviving Concentrate, de Kiehl’s (44 €). Con oils de origen natural como el de raíz de jengibre o el de girasol, corrige los signos de fatiga y refuerza las defensas de la piel. 3. Brilliance Facial Oil, de Emma Hardie (57 €). Con nueve aceites esenciales orgánicos y seis vegetales, repone y fortalece la piel. 4. Aceite de Juventud Divina Siempreviva, de L’Occitane (86 €). Antiedad regenerador con textura no grasa que penetra rápidamente.
Manual de uso de óleos cosméticos
En este punto debes tener en cuenta que el asunto difiere según la referencia elegida (algunos sustituyen al sérum, otros se utilizan como referencia única sobre el rostro…), pero la clave es masajear el rostro con suavidad con el fin de no activar demasiado el sebo de tu cutis. Desde Decléor afirman que lo bueno de estos formatos en aceite y bálsamo es que les puedes sacar más partido multiplicado sus usos (utilizándolos sobre las cutículas de las uñas o en las puntas del cabello, como un exfoliante de labios al mezclarlo con azúcar moreno, para fijar el maquillaje…). Eso sí, es importante seguir unas normas básicas de mantenimiento. María Carrión asegura que los oils esenciales deben guardarse en un sitio fresco y oscuro, donde nos les dé la luz del sol de forma directa y con el tapón perfectamente cerrado para que no se evapore. “Los vegetales requieren otro tipo de cuidados porque, por ejemplo, tras cada uso hay que limpiar bien la boca del frasco ya que si está en contacto con el oxígeno del aire se enrancia el producto”, afirma.
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