Jane Fonda, secretos de belleza antiedad y un poquito de cannabis

Puedes ver a Jane Fonda en una reposición de ‘Descalzos por el parque’, protestando frente al Congreso de los Estados Unidos y siendo arrestada por ello, en Netflix dando vida a Grace o puedes desempolvar una de sus viejas cintas VHS de fitness y ponerte en forma con ella. 83 años dan para mucho y, además de haber tenido una vida de lo más activa, Jane también ha aprendido más de un truco de belleza y se sabe a la perfección cuál es la rutina antiedad que más le conviene.

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Tras una innegable e intensa relación con la medicina estética, los retoques de Fonda han ayudado enormemente a que la actriz sume décadas en su piel sin apenas arrugas. Pero además de la ayuda médica, la cosmética le ha ayudado casi tanto como a su personaje de ‘Grace y Frankie’.

Después de los largos meses de cuarentena, Jane Fonda confesaba en una entrevista a 'Allure', que había comenzado a economizar en su cuidado de la piel, determinando qué era lo que esta necesitaba a diario y qué necesitaba en los días importantes en los que se tenía que poner delante de una cámara. "Si estoy sola en la casa, no podría importarme menos mi rutina. No hago nada más que ponerme crema hidratante [...], no uso ningún tipo de maquillaje cuando estoy en mi casa", explica la actriz, que redujo al máximo sus tratamientos en centros de estética durante el confinamiento y ahora prescinde de ellos. Su única preocupación es mantener la correcta hidratación de la piel.

Uno de los cambios más recientes en su imagen y que más ha llamado la atención ha sido el color de su cabello. Siempre rubia y con una estilosa y ahuecada melena, Jane ha decidido dejar su cabello cano al natural y cortarlo, para conseguir un look mucho más fácil de mantener. "Mi estilista lo corta de una forma que es juvenil y chic", comenta encantada con su nueva imagen.

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Legalizado ingrediente estrella

El activismo de Jane Fonda la obliga a estar constantemente pegada a la pantalla del ordenador, pasando de una reunión en Zoom a una gala en directo en cuestión de minutos. Esta exposición a la luz azul se ha convertido en la otra preocupación beauty de la actriz, que ha confesado usar de forma regular la Hemp Blue Light Face Mask de Uncle Bud’s CBD, una mascarilla que protege de la luz azul de las pantallas.

Esta marca estadounidense se ha colado entre las favoritas de Jane, tanto que se ha convertido en imagen de sus cosméticos. La particularidad de Uncle Bud’s CBD está en su ingrediente estrella, el cannabis, cuyas propiedades medicinales han sido recientemente reconocidas por la ONU. Desde cosméticos -como hidratantes faciales o mascarillas- hasta analgésicos tópicos para dolores musculares, el amplio abanico de productos con las siglas CBD ayudan a diario a la actriz en su lucha contra el envejecimiento del cuerpo y rostro.

Con artritis, ambas caderas y una rodilla reemplazadas, Jane Fonda revela a 'Allure' que entrena tres días a la semana y el Roll-On Pain Relief de la marca es infalible para paliar el dolor en su recuperación postentrenamiento. La actriz nunca ha ocultado sus problemas con las caderas e incluso le ha dado visibilidad en el show de Netflix.

Look de activista

Haciendo gala de su enorme sentido del humor, la actriz asegura tener un maquillaje especialmente pensado para sus jornadas de activismo. "Tengo casi 83 años. Tengo ojeras y necesito resaltar mis ojos". Sobre esa base, Jane Fonda crea un look sencillo, con el que poder cuidar la piel pero que también le permita estar guapa: "Es importante que la gente sepa que ser activista y feminista no significa que no puedas verte bien [...]. Ser activista es divertido. No es como si solo pudieras comer brócoli”, declaraba.

Mientras para estar en casa, Jane evita llevar maquillaje, cuando hay un acto en su agenda de activismo, la actriz aplica su base para unificar el tono y sobre ella nunca falta un poco de rubor. Consciente de la importancia de la mirada y tras corregir sus ojeras, delinea con un lápiz negro sus ojos, riza sus pestañas y aplica máscara tanto en las superiores como en las inferiores.

"A medida que envejeces, la línea que define tus labios se vuelve cada vez menos clara, así que tengo que usar un lápiz para perfilarlos y luego paso la barra de labios”, detalla Fonda. Eso sí, no vale cualquier color y para las jornadas más convulsas en las que puede que vuelva a ser arrestada frente al Congreso, la actriz suele optar por un rojo brillante o un rosa pálido. “Ese es mi rostro activista", remata la participante con más glamour de las protestas.