¿Necesitas realmente usar protector solar cuando estás en casa?
Usar protector solar cuando estamos al aire libre es imperativo, tanto en verano como en invierno, pero la duda es si también hay que hacerlo cuando estamos en casa, debido a la luz azul
Tanto los expertos en piel como desde los medios de comunicación no nos cansaremos de repetirlo: hay que usar protector solar a diario, independientemente de la estación del año que sea o del clima y la temperatura que haya fuera. “Es necesario utilizar un fotoprotector de amplio espectro que nos proteja de los rayos más dañinos (UVA, UVB e IR-A) los 365 días del año. Este nos ayuda a luchar contra el cáncer de piel y también contra el fotoenvejecimiento, que se muestra en nuestra dermis de forma progresiva con manchas y arrugas, tanto en verano como en invierno”, asegura José María Ricart, dermatólogo y director del Instituto Médico Ricart.
Además, no importa cuál sea tu tono o color de tu piel, e incluso si estás dentro del coche o al lado de la ventana, ya que los cristales filtran solo los rayos UVB, pero no los UVA, que son los verdaderos causantes de hiperpigmentación, sequedad, rojeces, arrugas, descolgamiento…
Sin embargo, ahora que pasamos la mayor parte del tiempo en casa, nos preguntamos si también es necesario seguir aplicándose SPF a diario. La respuesta es tajante: ¡Sí! El uso de dispositivos electrónicos aumentó considerablemente durante 2020, tanto que el 94% de los españoles admite pasar un tiempo preocupante delante de las pantallas, según datos de Multiópticas. Y la luz que emiten las pantallas de los dispositivos móviles, el ordenador o la televisión, conocida como luz azul, “tiene efectos negativos en nuestra piel, incluso penetra en mayor profundidad en la dermis. Esto es porque estimula de forma acelerada la creación de radicales libres y potencia por tanto el riesgo de aparición de manchas, arrugas y pérdida de elasticidad de la piel”, aclara el doctor.
Cómo elegir el fotoprotector de interior
No todas las fórmulas protegen de la luz azul, pero los formulados con óxido de zinc y/o dióxido de titanio (dos filtros físicos) actúan bloqueando la absorción de la radiación ultravioleta y, por tanto, sí forman un escudo protector ante la luz azul. En cambio, lo ideal es que uses un fotoprotector de amplio espectro para que estés protegida de los rayos más dañinos UVA, UVB, IR-A. Estos suelen venir etiquetados como Broad Spectrum y defienden a la piel del sol y también de los infrarrojos y de la luz visible, en esta última se encuentra la luz azul. Y una vez te hayas asegurado de que es de amplio espectro, toca elegir el factor de protección solar (SPF). “En situaciones de una vida en la ciudad y sobre todo en los meses de invierno donde la vida la hacemos más en espacios, con SPF 30 es suficiente. Pero en los casos en los que la exposición solar sea más intensa, por radiación y por tiempo, es necesario subir a un SPF 50+”, recomienda la Dra. Elena Martínez Lorenzo, dermatóloga de la Clínica Pilar de Frutos.
Otra ventaja que ofrecen los fotoprotectores de amplio espectro es que combinan filtros físicos y químicos. ¿Esto qué significa? “Los filtros químicos absorben las radiaciones en la capa más superficial de la piel, pero requieren ser aplicados 20 minutos antes de la exposición. Los físicos, en cambio, cumplen su función por el efecto barrera que producen sobre la piel, por lo que su efecto es inmediato y, salvo que se retiren, su efecto persiste”, puntualiza la doctora.
Y aunque sí que podemos reaplicarnos el producto a lo largo del día, “lo que es realmente importante es asociar el fotoprotector al uso de productos con activos antioxidantes todas las mañanas para reparar el daño oxidativo causado por la luz azul. Pero muchas de las fórmulas que aseguran un amplio espectro llevan incorporados antioxidantes”, matiza.
Por último, Ricart recomienda la ingesta de alimentos o suplementos antioxidantes que refuercen la piel para que pueda protegerse de agentes externos. “Uno de los antioxidantes más potente es el Polypodium leucotomos, que se puede encontrar en forma de fotoprotector oral (a la venta en cualquier farmacia)”, desvela. Además, también es importante que tu piel esté hidratada correctamente, con cremas humectantes ricas en aceites, ácidos omega, colágeno y ácido hialurónico, y que ingieras todo tipo de vitaminas del grupo B y minerales como el zinc y el selenio. Y recuerda no usar dispositivos electrónicos en la cama antes de dormir.
Tus aliados
Skin Protection, de Dermmia. Su fórmula, rica en vitamina E, ácido ferúlico y polipodium, proporciona mayor protección y combate los radicales libres gracias a su acción antioxidante. Indicado para todo tipo de pieles, tiene una textura ligera, es resistente al agua y se absorbe rápidamente (21,50 euros).
Cápsulas Heliocare 360, de Cantabria Labs. Fotoprotector oral que incluye ingredientes que ayudan a prevenir el fotoenvejecimiento, las manchas y otras alteraciones cutáneas derivadas de la exposición solar en todo tipo de pieles. En combinación con la fotoprotección tópica, aumentan la resistencia de la piel al sol desde la primera toma (29,90 euros).
Digital Mist, de Ikons Gallery. Esta bruma facial se activa al contacto con la luz azul gracias a que uno de sus componentes es el algae blue light, cuyos efectos se multiplican delante de cualquier dispositivo electrónico. Incrementa la luminosidad de la piel, la reafirma y disminuye, y reduce las arrugas. También sirve para fijar el maquillaje (49 euros).
Tanto los expertos en piel como desde los medios de comunicación no nos cansaremos de repetirlo: hay que usar protector solar a diario, independientemente de la estación del año que sea o del clima y la temperatura que haya fuera. “Es necesario utilizar un fotoprotector de amplio espectro que nos proteja de los rayos más dañinos (UVA, UVB e IR-A) los 365 días del año. Este nos ayuda a luchar contra el cáncer de piel y también contra el fotoenvejecimiento, que se muestra en nuestra dermis de forma progresiva con manchas y arrugas, tanto en verano como en invierno”, asegura José María Ricart, dermatólogo y director del Instituto Médico Ricart.