El ácido hialurónico también puede remodelar tu cuerpo
El aplaudido y viejo conocido ingrediente de tu rutina de belleza se presenta ahora como un tratamiento no invasivo para mejorar la silueta de tu cuerpo. ¡Descúbrelo!
Las ventajas de la medicina estética son muchas, pero sobre todo destaca por ser menos invasiva, poco dolorosa y rápida. Además, en muchos casos ofrece tratamientos con resultados casi inmediatos y modulables, con un presupuesto generalmente más asequible y sin necesidad de seguir una gran lista de cuidados específicos posteriores.
Y ¿qué decir del ácido hialurónico? La Dra. Gema Pérez Sevilla, experta en medicina estética facial y directora de la Clínica Pérez Sevilla Doctora, nos recuerda que es una sustancia que se encuentra de manera natural en el organismo (tanto en la piel como en las articulaciones y en los cartílagos) y forma parte de lo que se denomina 'sustancia extracelular' (junto al colágeno y la elastina), que ayuda a dar consistencia a la piel. Pero ya conoces el drama: con el paso del tiempo, tu ácido hialurónico va perdiendo facultades…
Los usos de esta sustancia en medicina estética aplicados al rostro son muchos. Desde revitalizar e hidratar la superficie cutánea hasta corregir arrugas, restaurar volúmenes, modelar puntos esenciales del cutis como las sienes, los pómulos o la nariz, matizar ojeras, modificar las características (casi por completo) de los labios... Aunque los tratamientos de medicina estética faciales están muy asentados, no sucede lo mismo con los dedicados para el cuerpo. Desde IBSA Derma, la división dermoestética de IBSA Farmaceutici, afirman que generan menos interés, lo que supone una mayor popularidad de otras alternativas más tradicionales como la cirugía plástica (con las consecuencias que eso supone…).
La opción corporal con ácido hialurónico
Basándose en su experiencia en el campo de la medicina estética, aliándose todo su 'savoir faire' con la producción de ácido hialurónico ultrapuro y tras más de 5 años aplicando su inyectable Profhilo en zonas como rostro, cuello, escote y manos, los laboratorios IBSA han dado un paso más y han extendido sus dominios.
A nivel corporal, su misión es la de redefinir el contorno, redensificar y remodelar la pérdida de firmeza de zonas, así como mejorar la calidad de la piel de partes específicas (y complicadas), como puede ser la parte interna de los brazos, la zona periabdominal y las rodillas. “Podemos decir que es el único tratamiento corporal inyectable con la finalidad específica de tratar la laxitud de la piel del cuerpo”, afirma la Dra. Natalia Ribé, experta en medicina estética, asesora médica científica de IBSA Derma España y embajadora Internacional de IBSA Italia.
Características del tratamiento
La Dra. Ribé afirma que se trata de “un ácido hialurónico ultrapuro en alta concentración, de alto y bajo peso molecular, que cuenta con un proceso de producción único e innovador”. La gama ya existía para tratamientos faciales y la diferencia es la proporción que se aplica en las opción corporal. “Es exactamente el mismo producto, pero incrementamos la cantidad: pasamos de 2 ml (rostro) a 3 ml por zona en el caso del corporal, por cada vial. Estamos inyectando ácido hialurónico ultrapuro, un chute de hidratación y bioremodelación en la piel sin precedentes”, reconoce la experta.
De este modo, el tratamiento corporal persigue lograr una piel tersa y rejuvenecida en tres fases diferentes:
- Profhilo Body. Se inyectan los 3 ml de este ácido hialurónico en la zona que queremos tratar.
- Body Patch. En la segunda parte del protocolo, se aplican unos parches corporales que se encargan de calmar e hidratar. El secreto de su éxito es que están formulados a base de ácido hialurónico, Salvia haenkei, Arnica montana, escina y extracto de piña. Un cóctel perfecto que la dermis agradece.
- Body Cream. Por último, es importante completar el proceso con una crema corporal multiactiva, remodeladora y reafirmante cuyo ingrediente esencial es, cómo no, el ácido hialurónico. Este tercer punto ayuda a “mantener la vitalidad celular mientras aporta tono, elasticidad e hidratación profunda”, apunta la Dra. Natalia Ribé.
¿Para quién es y qué puedes esperar de este tratamiento?
Sin lugar a dudas, se trata de una opción apta para cualquier paciente, pero los resultados se apreciarán más en los que ya presentan envejecimiento y flacidez de la piel de los brazos, el abdomen o las rodillas (causados por cambios bruscos de peso, su propia genética…). “A pesar de las características y las necesidades de cada persona, cualquiera de esas zonas resulta visiblemente mejorada”, sostiene.
Si nos fijamos en los efectos, aseguran que desde la primera sesión puedes apreciar cómo optimiza la piel. Tras una segunda cita y con la aplicación del protocolo tópico en casa, la progresión de los resultados será ascendente con el paso de los días y de las semanas. Ante la gran pregunta de cada cuánto hay que someterse al tratamiento, hay que precisar que depende de las circunstancias de cada persona, pero afirman que “podríamos estimar que, de media, lo ideal es realizarlo un par de veces al año”.
Datos técnicos...
A la hora de decidirte por este protocolo corporal, la doctora recuerda que debes tener presente que hay que tomar las precauciones estándar de cualquier tratamiento médico: no realizar deporte de impacto en las 24/48 horas siguientes, no exponerse al sol… Puedes seguir con tu ritmo de rutina habitual nada más salir y es esencial que complementes la sesión con la rutina tópica, de parches y crema, para completar y calmar la zona.
El precio estimado de cada sesión está en torno a los 600 euros (varía en función de la zona). No olvides que es imprescindible hacértelo en clínicas especializadas que cuenten con profesionales experimentados. ¡Infórmate bien!
Las ventajas de la medicina estética son muchas, pero sobre todo destaca por ser menos invasiva, poco dolorosa y rápida. Además, en muchos casos ofrece tratamientos con resultados casi inmediatos y modulables, con un presupuesto generalmente más asequible y sin necesidad de seguir una gran lista de cuidados específicos posteriores.