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Guía de inyectables: todos los rellenos que debes conocer
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Guía de inyectables: todos los rellenos que debes conocer

Los tratamientos inyectables se han convertido en una de las opciones estéticas más demandadas. Entre sus beneficios están la hidratación, la recuperación de la definición fácil o la tersura

Foto: Modelos en backstage. (Imaxtree)
Modelos en backstage. (Imaxtree)

Además de los tratamientos tópicos y de las estrictas rutinas de belleza, para actuar frente a los signos de la edad, rellenos inyectables como el ácido hialurónico o la toxina botulínica, el popularmente conocido como bótox, se convierten en un arma implacable capaz de hidratar la piel desde dentro, devolverle el volumen, la luminosidad, actuar frente la flacidez del rostro y redensificar la piel, entre otras cualidades.

Sin embargo, el miedo a estas técnicas, muchas veces precedido por la falta de información, hace que al pensar en una inyección de ácido hialurónico nos asalten las dudas y no les demos una oportunidad. ¿Qué son? ¿Qué puede hacer cada una de ellas por nuestra piel? ¿Cuáles son las más habituales?

placeholder Ashley Graham en el backstage de TRESemme x Prabal Gurung for NYFW.  (Getty)
Ashley Graham en el backstage de TRESemme x Prabal Gurung for NYFW. (Getty)


La clave de este tipo de rellenos, que van de las vitaminas al colágeno, está en su biocompatibilidad, cualidad que hace que estas sustancias sean fácilmente asimilables por nuestro cuerpo. No hay rechazo porque están presentes en nuestro propio organismo. La otra parte que las hace altamente recomendables es que el cuerpo absorbe sus propiedades y los resultados tienen una duración limitada.

Ácido hialurónico

Es uno de los rellenos más conocidos y demandados, además de colarse -en diferente concentración- en los cosméticos habituales de nuestro neceser. Gracias a su estructura es capaz de atraer el agua manteniendo la piel hidratada y aumentando su volumen. En términos más profesionales, el ácido hialurónico es un polisacárido con la capacidad de atraer moléculas de agua. Precisamente esa cualidad lo convierte en un perfecto material de relleno.

placeholder El ácido hialurónico, un aliado. (Imaxtree)
El ácido hialurónico, un aliado. (Imaxtree)

El ácido hialurónico está presente en nuestro organismo, concretamente lo podemos encontrar en la epidermis y en diferentes tejidos como el cartílago, además de en órganos. Muchos cosméticos buscan fomentar la producción de ácido hialurónico del cuerpo, un proceso más largo y con unos resultados menos visibles. Es ahí cuando entran en juego los rellenos de ácido hialurónico.

Tras la inyección intradérmica, el ácido hialurónico estimula y activa a los fibroblastos, lo que a su vez favorece la producción ácido hialurónico y de colágeno del cuerpo, proporcionando un mayor volumen de la piel. Inyectado en las zonas en las que habitualmente aparecen las arrugas, como las patas de gallo, el surco nasogeniano o la frente, la sensación inmediata es la de una piel más tersa y rellena, disminuyendo su profundidad.

Toxina botulínica

En este caso se trata de una neurotoxina que actúa como un relajante muscular que disminuye las líneas de expresión y arrugas que suelen aparecer en la zona de la frente o el contorno de los ojos, resultado de la gesticulación. Con estas inyecciones, el músculo se ‘paraliza’ durante un periodo de no más de 6 meses, en los que también se previene la aparición de nuevas arrugas. Mediante una aguja extrafina se inyecta la toxina botulínica en el músculo, relajándolo e inhibiendo su movimiento.

Según la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV), “la toxina botulínica inyectable y los materiales de relleno temporales son los tratamientos estéticos más utilizados en nuestro país. Son eficaces, seguros y reversibles. Se debe seleccionar al paciente y al médico. Objetivo: tener un aspecto mejor pero natural”.


En un artículo de la AEDV sobre métodos de rejuvenecimiento sin cirugía publicado en 2017, la dermatóloga Lucía Pimentel hablaba de la combinación de diferentes inyectables para un resultado aun más eficaz. “El empleo de toxina botulínica sigue contemplándose para tratar las arrugas de expresión, como las patas de gallo, pero combinándolo con ácido hialurónico de baja densidad para revitalizar la zona”, explicaba.

Ácido poliláctico

Este tipo de relleno aporta un efecto lifting en el rostro y actúa principalmente sobre la flacidez. Entre sus beneficios está la estimulación de la producción de colágeno, que mejora la estructura de la piel y logra el ansiado efecto tensor. Este ácido se utiliza también en los llamados ‘hilos tensores’ que también buscan un rostro terso y definido.

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A diferencia de otros inyectables, los resultados del ácido poliláctico pueden durar hasta 2 años y son totalmente reabsorbibles según los expertos de Hedonai. Sus beneficios no solo se ven en las zonas en las que se tienen arrugas, sino que se aprecian en todo el rostro ya que su aplicación no se localiza en una sola zona. El nuevo colágeno “promueve la resustentación de todas las estructuras de la cara realizando un efecto tensor”.

Para apreciar cómo la flacidez va desapareciendo, se necesita al menos una sesión mensual durante tres meses. En este periodo de tiempo el grosor de la piel aumenta y se recupera el contorno y la forma del óvalo facial. Para apreciar cómo la flacidez va desapareciendo, se necesita al menos una sesión mensual durante tres meses. En este periodo de tiempo el grosor de la piel aumenta y se recupera el contorno y la forma del óvalo facial.

Colágeno

El colágeno es una molécula proteica que compone los tejidos de nuestro cuerpo y compone la mayor parte de la estructura de nuestra piel, hasta el 75%. Al igual que ocurre con el ácido hialurónico, conforme vamos envejeciendo su producción se reduce y como consecuencia la piel pierde volumen, elasticidad y comienzan a aparecer las arrugas.

Además de introducir el colágeno en el cuerpo a través de la alimentación o de complementos alimenticios, se puede inyectar en las diferentes capas de la piel, consiguiendo distintos resultados. A través de inyecciones intradérmicas se estimula la producción de colágeno de la piel, mejorando su hidratación y apariencia, mientras que las inyecciones subdérmicas funcionan como un relleno que aporta volumen al rostro.

Hidroxiapatita cálcica

También se trata de un relleno reabsorbible, al igual que el ácido hialurónico o el ácido poliláctico, que también es biocompatible, por lo que el cuerpo no lo rechaza. Su principal función es la estimulación de la producción de colágeno nuevo en las zonas en las que se inyecta. Este proceso recibe el nombre de neocolagénesis. Funciona como un reactivador del colágeno, logrando que la piel recupere poco a poco su volumen, mejorando su apariencia.

Vitaminas

Para combatir la falta de elasticidad, hidratación, firmeza o luminosidad habituales de las pieles a partir de cierta edad, las inyecciones de vitaminas consiguen regenerar la piel con un auténtico cóctel que aporte todo lo que nuestro rostro demande. Aunque este tipo de inyecciones suele combinar diferentes vitaminas con aminoácidos y/o ácido hialurónico, las vitaminas A (firmeza, antiarrugas,antioxidante y correcta pigmentación) y E (también antoxidante, antiarrugas y con acción antienvejecimiento prematuro por rayos UV) nunca suelen faltar por sus propiedades antioxidantes y regenerativas. Para completar el abecedario vitamínico, tampoco faltan B (contribuye a la síntesis del colágeno y ayuda a las pieles con tendencia acneica, entre otras), C (despigmentante y reafirmante) y K (con poder cicatricante, alivia y revitaliza las pieles sensibles).

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Este cóctel de vitaminas se inyecta en las zonas en las que se concentran arrugas, líneas de expresión, pérdida de luminosidad o de elasticidad. Para empezar a ver resultados se necesitan al menos 3 sesiones, espaciadas mensualmente.

placeholder Cóctel de frutas. (Unsplash)
Cóctel de frutas. (Unsplash)

La ciencia, de la mano de la estética, sigue en constante desarrollo de nuevos rellenos y diferentes formas de potenciar sus propiedades en la piel, así que dentro de poco esta lista se verá aumentada por nuevos ingredientes, puede que algo impronunciables.

Además de los tratamientos tópicos y de las estrictas rutinas de belleza, para actuar frente a los signos de la edad, rellenos inyectables como el ácido hialurónico o la toxina botulínica, el popularmente conocido como bótox, se convierten en un arma implacable capaz de hidratar la piel desde dentro, devolverle el volumen, la luminosidad, actuar frente la flacidez del rostro y redensificar la piel, entre otras cualidades.

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