Arrugas de conejito: son las que te salen al fruncir la nariz y se pueden tratar

Probablemente no te suenen y a lo mejor ni las tienes. Las llamadas arrugas de conejito aparecen en la parte superior de la nariz por repetir el gesto de arrugarla al gesticular, sobre todo al reírte, pero también al enfadarte o realizar algunas muecas como la de extrañeza. Su nombre, como puedes imaginar, viene de la similitud con el animalillo cuando mueve su hocico.

Pero no le salen a todo el mundo porque no todos hacemos el gesto; para comprobarlo, basta con mirarte al espejo y arrugar la nariz imitando el gesto de un conejo: ahí verás cuánto y cómo se marcan.

El caso es que a los 20 resultan graciosas, pero con los años en lugar de marcarse solo en el momento de fruncir la zona, se convierten en arrugas en reposo: es decir, permanecen también cuando no gesticulamos. Como explica el doctor Moisés Amselem, experto en medicina estética de la clínica Martín del Yerro/Amselem, “se forman de manera natural por la acción de un pequeño músculo que tenemos en el dorso nasal llamado transverso de la nariz”.

Aunque la cosmética no es la panacea porque hablamos de una acción poderosa como es la muscular, sí ayuda mantener la piel saludable, elástica e hidratada a la hora de suavizar los pliegues.

Antioxidantes y retinol

Para ello es recomendable tirar de antioxidantes por la mañana, como la vitamina C, la E o el ácido ferúlico, de retinol por la noche y de hidratación en forma de ácido hialurónico, pantenol y ceramidas. Sin embargo, el único procedimiento que de verdad va a eliminar las bunny lines o arrugas de conejo es la toxina botulínica, tal y como reconoce Moisés Amselem, porque solo este procedimiento es capaz de educar el músculo y evitar que se contraiga con fuerza.

Bótox, el elegido

“Con la toxina se frena la musculatura del entrecejo, lo que consigue que se arrugue en esta zona de la nariz de forma compensatoria”. En ocasiones es difícil dar con este pequeño músculo al ser triangular y poder tener variantes anatómicas y, sobre todo, lo importante es que el profesional sea cuidadoso con los vasos del dorso nasal para evitar así posibles hematomas, como recomienda el doctor Amselem.

Por su parte, el doctor Pérez-Escariz, cirujano plástico del hospital La Luz, aclara que a veces este tipo de arrugas puede ser el resultado de un exceso de bótox en las cejas porque el músculo de estas se compensa con los músculos que se encuentran en la nariz, algo que por suerte se puede corregir.

Los resultados de la toxina durarán, como en otras zonas, alrededor de cuatro meses, con la ventaja de que con constancia en la aplicación, el músculo va perdiendo progresivamente algo de fuerza. Como es de suponer, si las arruguitas son finas e incipientes y la cantidad de toxina botulínica la adecuada, el efecto será más duradero que si hablamos de surcos bien marcados que se ven incluso en reposo, de manera que podrían no desaparecer del todo tras el tratamiento.

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Si has probado ya el bótox en frente, entrecejo o patas de gallo habrás podido comprobarlo, al igual que el momento en el que notarás los efectos después de la aplicación: entre el cuarto y el séptimo día, según cada organismo, para tener un resultado completo a las dos semanas.

Se tarda en realizarlo alrededor de 15 minutos, no requiere anestesia ni cuidados especiales después de hacerlo (excepto no tumbarse las siguientes cuatro horas) y no es doloroso; como mucho, escuece un poco. Los precios varían, pero como en otras áreas, una sesión en las bunny lines puede rondar entre los 150 y 200 euros.