Doctor, ¿cuándo debo comenzar a ponerme bótox? Los expertos opinan
Cada vez es más habitual que mujeres de menos de 30 años recurran al bótox para paralizar los posibles signos de la edad. Y no se trata de una locura sino de prevención
El uso del bótox se ha disparado en los últimos años. Más natural y con la finalidad ya no de reducir la apariencia de las arrugas, sino de prevenirlas, su demanda ha hecho que se pueda hablar de la toxina botulínica sin tapujos y que haya llegado el momento de desterrar los prejuicios sobre este procedimiento. Varios expertos en medicina estética nos ayudan a responder a las 5W del bótox: qué, cómo, cuando, dónde y por qué.
“La toxina botulínica es el tratamiento antiarrugas (frente, entrecejo y patas de gallo) más efectivo jamás inventado”. Así de rotundo es el doctor Leo Cerrud, que apunta a la mala praxis o a la inexperiencia de algunos médicos como culpables de la mala fama del bótox. Esta neurotoxina actúa paralizando el músculo y, por tanto, lo ‘frena’, evitando la formación de la arruga. Para conseguir un resultado natural, es vital ponerse en manos de médicos con experiencia para “prevenir, atenuar o borrar completamente las arrugas, dependiendo de la dosis, la ubicación de los puntos y la maestría del profesional”, afirma el médico.
A la hora de hablar de bótox, es habitual pensar en acabados muy artificiales, como el doctor Miguel Sánchez Viera nos explica, es habitual que la gente que acuda a consulta tengan miedo de que cambie la expresión de su rostro. "Hay que evitar de creer esta 'fake news, ya que en manos de un especialista que conozca perfectamente cómo funciona la musculatura facial el resultado será, por el contrario, un rostro con un aspecto más relajado y rejuvenecido", asegura el director del Instituto de Dermatología Integral.
¿Qué es? "El bótox es una toxina que tiene la capacidad de dormir o paralizar temporalmente un músculo o partes del mismo, realiza un efecto tensor", nos explica la doctora Alba Navarro, directora de clínica en Centros Cristina Álvarez. "El bótox se conoce sobre todo por su aplicación estética, aunque también tiene una médica; esta toxina únicamente puede aplicarse en la parte superior de la cara, es decir, en frente, entrecejo y patas de gallo, actuando directamente en el músculo, pero sin ser un relleno. Su correcta aplicación consigue tensar y paralizar los músculos, logrando una amplitud en la mirada y un gesto más descansado", agrega.
No existe una edad indicada a la que comenzar a plantearse recurrir al bótox, sino que depende del caso de cada paciente. Por genética, las arrugas pueden aparecer en el rostro de una persona muchos años antes que en el de otra. Bajo criterio médico, el doctor Moisés Amselem recomienda utilizarlo en casos en los que la contracción brusca y permanente del músculo haga que se pronuncien especialmente las arrugas. “Cuando el músculo de forma continua se va contrayendo, a la larga se produce un marcado de la arruga en reposo, y cuando esta ya es incipiente es el momento adecuado para utilizar el bótox”, precisa Amselem.
"Es frecuente que, por la manera de expresarnos con los gestos o por el tipo de actividad que tengamos, las arrugas del entrecejo sean más precoces. La indicación terapéutica indica que deben ser mayores de 18 años", aporta la doctora Gloria Santomauro.
Por norma general, a partir de los 30-35 años empiezan a aparecer las primeras arrugas, esas pequeñas líneas de expresión. Es a esa edad, “justo antes de que se conviertan en rotura epidémica y haya que utilizar ya no solo más dosis de bótox sino también rellenos e hilos”, como indica Leo Cerrud, cuando suele ser el momento de recurrir al bótox. El médico coincide con el doctor Amselem en que no hay una edad concreta.
"Las llamadas arrugas de expresión, que son las de la frente, entrecejo y patas de gallo, se producen por la contracción de los músculos de la mímica. A partir de los 25 a 30 años, comienzan las primeras arrugas en estas zonas", detalla la doctora Santomauro.
Hace años, se esperaba a que el avance de las arrugas, la flacidez y la pérdida de firmeza fueran muy acusados para pasar por quirófano y someterse al típico lifting facial, blefaroplastia o lifting cervical. “Se oían frases como: ‘Claro si empiezas tan pronto con las cirugías acabas fatal, mejor esperar", así relata el doctor Cerrud los años previos a la llegada del bótox.
Cuando la arruga está demasiado marcada, el bótox es tan solo uno de los recursos, como comenta la doctora Alba Navarro: "Si nos encontramos con una persona mayor, que tiene ya arrugas muy profundas, el resultado será muy bueno, pero sí puede ser posible que la marca de la arruga siga siendo visible. En esos casos se recomienda complementarlo con un relleno de hialurónico".
Prevenir antes que curar
En el presente ya se habla del bótox preventivo: ponerlo antes de que aparezca la arruga para nunca tenerla. Se evita que aparezcan, retrasando los signos de la edad y evitando tener que tratar posteriormente una rotura epidérmica que necesitará más tratamientos.
Desde el Instituto de Dermatología Integral, el doctor Sánchez Viera nos explica que su uso continuado no es perjudicial, al contrario, ayudará a envejecer mejor, con menos arrugas, "incluso, puede conseguir que los espacios entre un tratamiento y otro se vayan distanciando en el tiempo, pudiendo pasar de ser necesario cada 4 meses a solo cada 8-10 meses, especialmente si se combina con ácido hialurónico", concreta.
Tratamiento a medida
Antes de cada infiltración, se hace una evaluación exhaustiva de cada paciente para dar con el tratamiento que se adapte mejor a lo que necesite, analizando detalladamente si se ha perdido volumen, dónde se marcan las arrugas, etc. En el estudio del rostro también se valoran cuáles serían los efectos que se producirían con la toxina.
"El tratamiento de toxina botulínica produce un bloqueo neuromuscular selectivo, relajando o paralizando los músculos de la mímica en el tercio superior de la cara, la duración del efecto dura de 4 a 6 meses. El efecto de la relajación progresiva de las arrugas se observa desde los 4 o 5 días luego del tratamiento y tiene un efecto máximo a los 10 o 15 días", explica la doctora Santomauro, que también señala la importancia de no caer en los excesos: "Según la técnica de inyección de la toxina y la dosis utilizada, podemos conseguir un efecto de relajación de los músculos (disminuyendo las arrugas), o bien podemos optar, siempre de acuerdo con el paciente, por paralizar los músculos, obteniendo un efecto de frente congelada".
No es para todo el mundo, pero casi
En ocasiones, el doctor Amselem se ha negado a hacer el tratamiento en personas muy jóvenes, que realmente no lo necesiten o en casos de contraindicaciones, como por ejemplo por tener alergia a la proteína del huevo o “sobre todo en los casos que hay pérdida de volumen, que hacen que la arruga se marque con más fuerza y puede haber lo que se llama efectos compensatorios. Al no poder contraer en esa zona, el músculo va a buscar zonas adyacentes donde contraer y pueden crearse otras arrugas por compensación”.
En las clínicas de Cristina Álvarez sugieren utilizar el bótox preventivo a edades tempranas "en personas que gesticulan mucho en la zona de la frente, porque logramos prevenir la ruptura del músculo de la frente y por tanto que no aparezcan esas arrugas". Otra indicación es espaciar sus infiltraciones, como asegura la doctora Alba Navarro, "no se debe abusar, como mínimo tiene que pasar un periodo de 2 meses entre una aplicación y otra", subraya.
El uso del bótox se ha disparado en los últimos años. Más natural y con la finalidad ya no de reducir la apariencia de las arrugas, sino de prevenirlas, su demanda ha hecho que se pueda hablar de la toxina botulínica sin tapujos y que haya llegado el momento de desterrar los prejuicios sobre este procedimiento. Varios expertos en medicina estética nos ayudan a responder a las 5W del bótox: qué, cómo, cuando, dónde y por qué.