Piel sin arrugas: novedades en bótox que llegarán a España en 2020

¡Cómo pasa el tiempo! Ya se han cumplido 10 años del reinado de Vistabel a base de toxina botulínica tipo A como único tratamiento médico estético para relajar las arrugas del tercio superior del rostro. A partir de entonces, llegaron al mercado nuevas toxinas, pero todas actuaban más o menos igual y tenían la misma duración porque, bajo nombres comerciales distintos, se encontraba la misma toxina botulínica tipo A.

Las cosas han cambiado

Las doctoras Mar Mira y Sofía Ruiz del Cueto (clinicamiracueto.com) –un pozo de sabiduría en el universo del bótox– señalan que las cosas están cambiando mucho: “Ya no se trata de la misma toxina con distintos nombres comerciales, sino de variaciones de esta toxina tipo A que aportan diferencias en cuanto a las fórmulas y a los tiempos de duración para reducir las arrugas”.

Quién es quién en el mundo del bótox

K Bótox o toxina coreana. Es una toxina probotulínica que combina la toxina botulínica con proteínas complejantes. La fabrica un laboratorio coreano que la distribuye después por todo el mundo con nombres comerciales diferentes. Ya está en Estados Unidos y llegará a España este año bajo el nombre de Jeauveau. Se rumorea que costará hasta un 20% menos, pero las doctoras Mira y Cueto prefieren no echar las campanas al vuelo “porque el precio del producto y el tratamiento no son lo mismo. En este último hay que contar con la experiencia clínica del profesional, su técnica, formación y buen gusto al aplicarlo”.

Toxina americana (toxina daxibotúlica). “Es una toxina del tipo A pero lleva asociada una proteína que limita su difusión. Esto es importante porque una toxina que se extiende mucho disminuye su duración. Lo que los creadores de esta toxina aseguran es que, al reducir la difusión de la toxina, esta se concentra más en el punto de aplicación, con lo cual duraría más. Si las que conocemos duran entre 4 y 6 meses, la Toxina americana aseguraría los 6 meses”. Pero la buenísima noticia para los alérgicos al huevo es que esta toxina no tiene albúmina, así que se acabó la contraindicación de inyectarse bótox.

Innotox o bótox líquido (toxina nivobotulínica). “Lo novedoso de esta toxina es que viene lista para utilizar directamente. Todas las demás hay que reconstituirlas con suero antes de inyectarla, pero esta se presenta en forma líquida, lo que nos permite ser más precisas en las dosis. Tampoco utilizan como conservante albúmina, así que para los alérgicos al huevo no solo se acaba el veto sino que además pueden elegir. ¿El problema? Que tardará un par de años en llegar a España”.

Las nuevas aplicaciones: rosácea y cicatrices

Otra buena noticia es que el bótox desborda la frontera del tercio superior de la cara y encuentra nuevos terrenos de actuación: “Uno de los síntomas más indeseables de la rosácea es la inflamación. Pues bien: hemos visto que la toxina actúa sobre las células que liberan agente proinflamatorios y que tiene una poderosa acción vascular. En estos casos, hay que infiltrar el bótox más diluido para que se distribuya y sedimente mejor en las zonas afectadas".

También actúa con eficacia en las cicatrices queloides y en la foliculitis (microquistes cutáneos) porque reorganiza las fibras que se retraen durante el proceso de cicatrización y que son las responsables de que una cicatriz tenga un aspecto abultado si estas fibras no vuelven a su forma original.

¿Un tipo de bótox para cada tipo de piel?

“Los nuevos bótox sirven para todos los tipos de piel. No hay perfiles concretos más allá de que las fórmulas libres de albúmina sean las únicas que los alérgicos al huevo puedan utilizar. Será el médico el que elegirá una u otra en función de las características de cada paciente”, dicen las expertas.