Rosácea, qué es y cómo combatirla: la guía definitiva para lidiar con ella
No es un proceso que se produzca de un día para otro, sino que se desarrolla de forma progresiva y a veces de un modo casi imperceptible. Toma buena nota y tenla bajo control
¿Sabías que entre el 5% y el 10% de la población adulta sufre rojeces en la piel? Las encuestas habla de casi 4 millones de afectados. Son las culpables de muchas de las consultas dermatológicas por el impacto psicosocial y estético que producen. Pero ¿qué es? Y lo que es más importante, ¿cómo acabamos con ella?
Su versión más intensa, la rosácea, es “una dermatosis inflamatoria crónica benigna de la cara”, afirma la Dra. Ortiz Brugués, dermatóloga del Hospital Santa Caterina de Girona y directora médica Pierre Fabre Dermocosmética. Su peculiaridad es que combina periodos en las que se presenta con mucha intensidad con otros en los que remite.
La doctora afirma que afecta al 1-10% de la población y que siente predilección por los habitantes de los países del norte de Europa (en Irlanda es donde hay más casos por lo que se conoce como 'la maldición de los celtas') con cabello y ojos claros. Y no son los únicos. Las mujeres entre 30 y 50 años tienen más probabilidad de sufrirla y “se puede observar un antecedente familiar hasta en el 53% de los casos, sugiriendo la existencia de un factor genético”.
Grados de afectación
Pero no todas las pieles son iguales ni el nivel de repercusión en cada individuo. Desde la firma farmacéutica Avène distinguen estos tres diferentes grados de afectación:
1. Rojeces intermitentes. También se las llama flushes, se trata de una reacción vascular exagerada que aparece de repente ante diferentes estímulos como puede ser un cambio de temperatura, estrés o algunos alimentos. ¿El problema? Hay que vigilarlas o pueden convertirse en permanentes.
2. Rojeces permanentes. Su nombre técnico es eritrocuperosis y es cuando hay zonas del rostro que siempre están encendidas (suelen ser las mejillas). Y aunque pueden ser un indicador de una extrema sensibilidad a los rayos ultravioletas, lo más probable es que sean provocadas por problemas de circulación venosa.
3. Pápulas y pústulas. Tras estos horribles nombres, síntomas muy parecidos al acné adolescente con abscesos rojos (las primeras) y los que tienen cabeza blanca (las segundas).
Origen y factores de aparición
Pero la gran pregunta es: ¿por qué se produce la rosácea? No es fácil dar con el origen de las rojeces, pero sí que hay factores identificados que pueden promover su instalación en la piel.
“Su aparición está relacionada con factores genéticos y también ambientales. Todos ellos hacen que se produzca una vasodilatación de la circulación facial (también conocida como eritema facial). Esta ‘apertura’ y posterior ‘cierre’ de los capilares y vénulas de la cara va dejando una cierta vasodilatación permanente, que no se recupera, y que es el origen de la piel con rojeces y tendencia al enrojecimiento”, apunta la Dra. Salleras, dermatóloga y directora de la Clínica Dermatológica Salleras en Barcelona, en colaboración con la firma Bioderma. Por esto, la experta apunta a que no es un proceso que se produzca de un día para otro, sino que se desarrolla de forma progresiva y a veces de un modo casi imperceptible.
Así, la Dra. Ortiz Brugués nos hace una lista de los factores agravantes que aumentan la dilatación de los capilares, pudiendo desencadenar o empeorar un brote de rosácea como son la exposición solar, los cambios bruscos de temperatura, la ingesta de alimentos especiados, o de comidas y bebidas calientes, el consumo de alcohol o café, diversos factores emocionales o el uso de productos limpiadores y cosméticos inadecuados.
Los cuidados para cutis con rojeces
˝Es esencial realizar una higiene adecuada y utilizar fórmulas dermocosméticas adaptadas para el tratamiento de la rosácea, que sean capaces de disminuir la inflamación y la hipersensibilidad de estas pieles”, apunta la Dra. Ortiz Brugués.
Entre tus básicos siempre debe estar un protector solar de uso diario y un maquillaje dermatológico corrector específico para minimizar el impacto psicológico que pueda generar. Si damos un paso más, la Dra. Salleras desaconseja hacer “exfoliaciones, peelings y dermoabrasiones en una piel con rojeces, ya que provocan vasodilatación de la circulación y enrojecimiento”.
Su consejo: que optes por tratamientos con masajes suaves, que faciliten el drenaje linfático del rostro y reduzcan la posibilidad de que aparezcan edemas.
En tu neceser
- CC+ Cream SPF 50 Your Skin But Better, de It Cosmetics (37€). En Douglas. Crema correctora hidratante con péptidos, colágeno, vitaminas, antioxidantes y un filtro solar físico SPF 50.
- Gel Micelar Desmaquillante Antirojeces Sensiphase AR, de A-Derma (15,63€). Limpia y desmaquilla con delicadeza hasta los cutis más reactivos.
Photoderm AR SP50+ , de Bioderma (17,95€). Fotoprotector con color que cuida del daño solar mientras disminuye las rojeces.- Skin Rescuer, de Kiehl’s (37€). Con extracto de camomila, glicerina y manteca de karité, calma y reduce las reacciones cutáneas producidas por estrés.
Mascarilla Calmante Antirougeurs , de Avène (20,25€). Mejora la circulación de la piel mientras calma de manera instantánea creando una película protectora.
Redness Neutralizer, de Skinceuticals (81,50€). Crema ligera que calma y trabaja contra los estímulos ambientales que provocan el enrojecimiento cutáneo.CC Cream Rosaliac, de La Roche Posay (23€). Corrige y camufla los efectos de las rojeces y la deshidratación. Con SPF30, ideal para pieles sensibles.Crème Nº2 L'Originale, de Payot (29,50€). Tratamiento calmante anti enrojecimiento que actúa como una cura de las zonas irritadas.- Rosanic Cream, de Skin Clinic (39,60€). Refuerza los capilares y equilibra la flora cutánea.
Sérum de Aceite Esencial Aromessence Rose D'Orient, de Decléor (51€). Protege la piel de las agresiones externas para reducir rojeces y tiranteces.
¿Sabías que entre el 5% y el 10% de la población adulta sufre rojeces en la piel? Las encuestas habla de casi 4 millones de afectados. Son las culpables de muchas de las consultas dermatológicas por el impacto psicosocial y estético que producen. Pero ¿qué es? Y lo que es más importante, ¿cómo acabamos con ella?