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Redensificar es el nuevo antiaging: así puedes retrasar la aparición de los signos de edad
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Medicina estética

Redensificar es el nuevo antiaging: así puedes retrasar la aparición de los signos de edad

La nueva medicina estética cambia de rumbo: ya no se trata de dar volumen a ciertas zonas del rostro, sino de retrasar la flacidez y la aparición de arrugas

Foto: Redensificar, la nueva técnica antiedad. (Imaxtree)
Redensificar, la nueva técnica antiedad. (Imaxtree)

¿Has llegado al momento –dramático– en que te miras al espejo y colocas las manos a ambos lados de la cara para estirarla y borrar las señales que el tiempo está dejando en tu piel? Es un clásico. Todas lo hacemos, generalmente en torno a los 40, cuando la cara sigue estando fresca, tersa, joven, pero hay pequeños detalles –unas patitas de gallo, un imperceptible descolgamiento del óvalo, un arco nasogeniano más marcado– que anuncian lo inevitable.

Resignarse no es una opción. Ahora tenemos un plan B que se puede convertir en la mejor arma antiedad. La doctora Virtudes Ruiz (virtudesestética.com) nos cuenta todos los detalles de esta nueva técnica.

placeholder La pérdida de definición del óvalo facial es un signo habitual del paso de los años.  (Reuters)
La pérdida de definición del óvalo facial es un signo habitual del paso de los años. (Reuters)

¡Horror! ¡Se me está cayendo la cara!

“A partir de los 40 es un pensamiento recurrente -dice la doctora Ruiz- y algo de eso hay porque, a partir de esa edad, los huesos faciales empiezan un proceso de reabsorción y la grasa comienza a atrofiarse y se desplaza hacia abajo. Todo ello se traduce en pérdida de volumen, aspecto de cara cansada y descolgamiento de estructuras faciales”. Un drama que intentamos solventar con fórmulas cosméticas que, por muy eficaces que sean, pueden suavizar este personal 'hundimiento' pero no detenerlo.

[LEER MÁS. Prejuvenation: la medicina estética preventiva que funciona]

placeholder Charlize Theron mantiene la definición de su rostro a sus 44 años. (Getty)
Charlize Theron mantiene la definición de su rostro a sus 44 años. (Getty)

Una solución de efecto natural

“Ahora contamos con una técnica que da buenísimos resultados si se utiliza cuando aparecen los primeros signos o. mejor, con carácter preventivo. Sabemos que el ácido hialurónico de alto peso molecular combinado con sustancias precursoras de la formación de colágeno o hidroxiapatita cálcica evitan que la grasa profunda se atrofie, de manera que podemos conservar durante más tiempo el soporte natural del rostro, sin flacidez ni descolgamiento.

placeholder El ácido hialurónico es la base de esta redensificación. (Unsplash)
El ácido hialurónico es la base de esta redensificación. (Unsplash)

La técnica, paso a paso

El cóctel de ácido hialurónico y precursores de la formación de colágeno se inyectan mediante una microcánula y con un solo punto de entrada al nivel de la mejilla. A partir de ahí se dejan pequeños depósitos sobre las estructuras óseas para contener la grasa en sus compartimentos respectivos, sin que se salgan.

“Con esta técnica no alteramos nuestra imagen, no habrá ese efecto de cara hinchada que nos resulta tan familiar porque los depósitos de principios activos son tan pequeños que no alteran los rasgos faciales, pero sí conseguimos que la grasa permanezca estable durante más tiempo y, por tanto, mantenemos intactas las estructuras faciales. Es un tratamiento que no necesita anestesia, dura solo 30 minutos y puedes seguir con tu vida normal porque no deja rastro: ni inflamación, ni hematomas ni rojeces”.

El mejor momento

“Los 40 son la edad perfecta pero hay muchas pacientes de 30 que lo piden en zonas concretas, como el contorno de los ojos, para corregir ojeras o porque buscan un tratamiento preventivo que mejore sin transformar”. ¿La frecuencia? Una sesión al año y te olvidas hasta el siguiente. Y mientras sigues con tu vida y con tu rutina de belleza habituales.

placeholder Monica Bellucci, 55 años y un rostro divino. (Getty)
Monica Bellucci, 55 años y un rostro divino. (Getty)

¿Has llegado al momento –dramático– en que te miras al espejo y colocas las manos a ambos lados de la cara para estirarla y borrar las señales que el tiempo está dejando en tu piel? Es un clásico. Todas lo hacemos, generalmente en torno a los 40, cuando la cara sigue estando fresca, tersa, joven, pero hay pequeños detalles –unas patitas de gallo, un imperceptible descolgamiento del óvalo, un arco nasogeniano más marcado– que anuncian lo inevitable.

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