Los trucos para lavarse bien el pelo que probablemente olvidas
Una guía muy sencilla que mejorará el brillo, la caída y el aspecto general de tu melena
La de cómo hacer para que el pelo no me quede pesado después de lavármelo es la historia interminable. En torno a ella se generan conversaciones sin fin y una sensación de frustración inagotable: ¿es el champú?, ¿es que lo aclaro mal?, ¿por qué parece que está medio sucio si me lo acabo de lavar?
Casi todas tenemos una técnica que repetimos de forma mecánica desde la noche de los tiempos, pero casi ninguna nos preocupamos por averiguar si el origen de nuestro malestar con el pelo radica, precisamente, en la forma de lavarlo. ¿Qué importancia puede tener algo tan sencillo? Mucha. Lavarse el pelo es sencillísimo, sí, y hacerlo mal también.
Cuero cabelludo. Lo primero es lo primero
Es muy difícil sentir el pelo superlimpio si el cuero cabelludo no está al 100%. Y solo puede rendir al máximo si su piel está en perfecto equilibrio, libre de restos de contaminación y residuos y bien oxigenada. Así que una vez a la semana, antes del champú, exfolia suavemente con un cepillo específico para estimular la circulación sanguínea o, si tienes el cuero cabelludo graso, aplica una mascarilla purificante prechampú que elimine el exceso de grasa.
Mucha agua y poco champú
Empapa muy bien el pelo con agua tibia antes de aplicar y, esto es muy importante, una pequeña cantidad de champú (el tamaño de una nuez, más o menos) trabajada con las yemas de los dedos y bien repartida por toda la melena. Si tu hábito es añadir un buen chorro de champú sobre la coronilla, ya sabes por qué el pelo te queda pesado y mate. Utiliza un champú que le vaya bien a tu tipo de pelo aunque los de uso frecuente son geniales porque tienen una fórmula muy suave, que lava pero no aporta sustancias que lo apelmacen.
La fibra capilar es muy frágil cuando está húmeda, así que trabaja el pelo suavemente (tener prisa no es excusa para restregarlo con las uñas como si le odiases) y después aclara con agua y sin prisas: ten en cuenta que una de las razones por las que piensas que el pelo te dura más tiempo limpio cuando vas a la pelu es que utilizan mucha agua y muy bien repartida hasta eliminar el último residuo, el secreto de que el cabello quede ligero, suelto y flexible.
La temperatura del agua importa
Y mucho. El agua caliente abre las cutículas de la fibra capilar, perfecto durante el lavado para que los principios activos penetren y actúen. Una vez aclarado totalmente el pelo, se aconseja siempre un final de agua fría para que cierre las cutículas, las selle, y el cabello tenga un brillo espectacular.
La temperatura del agua no solo repercute en la salud de las cutículas o al brillo del cabello. El agua caliente está especialmente delimitada para los cabellos rubios, "el agua caliente puede despojar al pelo rubio de sus aceites naturales y hacer que se vea opaco", apunta Teresa Climet, farmacéutica y Technical Manager de Nuggela & Sulé.
El lugar del acondicionador
No hay un lavado perfecto sin acondicionador: cierra la cutícula, ayuda a desenredar y proporciona esa maravillosa sensación de ligereza. Elije el que mejor se adapte a tu tipo de pelo, pero, una vez más, utiliza muy poca cantidad y solo en los medios y largos, nunca en el cuero cabelludo.
¿Cómo retirar el exceso de agua?
Otra de las claves de un buen resultado. Envolverlo en una toalla y friccionar es una idea pésima porque las ásperas fibras de la toalla desorganizan las cutículas de la fibra, especialmente la de los cabellos rizados. Lo ideal es emplear una toalla de microfibra o, sencillamente, una camiseta de algodón que ya no utilices.
Otra opción son los cepillos de púas cónicas flexibles, especialmente diseñados para ayudar a drenar el agua del cabello, sin tirones ni tracción. Este paso, además ayuda a desenredar el cabello y reduce la fricción de la toalla.
El equipo básico
El
Drench Shampoo, de ICON champú Hidratante, ideal para cabellos secos, quebradizos y tratados químicamente.(25,50 euros)
Para evitar la fragilidad capilar de las melenas largas,
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La de cómo hacer para que el pelo no me quede pesado después de lavármelo es la historia interminable. En torno a ella se generan conversaciones sin fin y una sensación de frustración inagotable: ¿es el champú?, ¿es que lo aclaro mal?, ¿por qué parece que está medio sucio si me lo acabo de lavar?
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