El nuevo iluminador de la reina Letizia cambia por completo su maquillaje bronceado del verano

A estas alturas del verano, hablar de un maquillaje que se centra en potenciar las pieles bronceadas no debería ser demasiada noticia, pero el hecho de que tendencias como el ‘latte makeup’ o el ‘espresso makeup’ se conviertan en lo más visto de las redes sociales es un claro indicativo de que el moreno importa.

En la última aparición de la reina Letizia, en el Atlàntida Mallorca Film Festival, veíamos su habitual tono de piel bronceada, pero su maquillaje estaba mucho más sublimado. Highlighter, sombras irisadas, labial coral… Todos los elementos en el look beauty de la Reina estaban sabiamente orquestados para potenciar su renovado tono de piel e incorporar las actuales tendencias del sector, sin dejar de lado los tips infalibles de su maquillaje habitual.

Sin embargo, los casi imperceptibles cambios eran los responsables de que viéramos a doña Letizia mucho más luminosa. El uso de las cremas corporales con color, para conseguir un efecto de piel bronceada, es algo que la Reina hace durante todo el año. Es por ello que vemos cómo miles de diminutas partículas doradas se aprecian por su escote, hombros y brazos. Las manos, como siempre, estaban desnudas, sin esmalte de uñas ni tono bronceado, el cambio estaba en que el rostro de la asturiana no tenía el mismo tono de piel.

Aunque la Reina suele lucir un rostro bronceado, parece que, ahora que han llegado las vacaciones de Mallorca, mientras su cuerpo sí ha ligado bronce, una alta protección solar en el rostro ha contribuido a que doña Letizia tenga la cara un par de tonos más clara que el resto del cuerpo. Es por ello que el combo entre base de maquillaje, bronceador, iluminador y rubor juega a favor de construir un rostro besado por el sol, sin que haya verdadero bronceado.

Una base ligera con pequeñas partículas irisadas iguala el tono de la piel de la Reina a la vez que deja la piel hidratada y jugosa. A continuación, el uso de un bronceador cremoso podría explicar la forma en la que se marcan los pómulos y se oscurecen, ligeramente y sin líneas definidas, algunas áreas de la cara. A esto se le suma la armocromía del maquillaje; es decir, ojos, labios y mejillas se mueven en la misma paleta de colores, lo que consigue un efecto ahumado.

En vez de recurrir a un tono marrón de los polvos de sol clásicos, el uso de un rubor anaranjado, ligeramente melocotón, por un lado, consigue un rostro saludable y más joven, pero por el otro ayuda a crear un bronceado muy natural. El mismo tono acoralado se replica en las sombras de ojos cobrizas y en el labial hidratante de base naranja.

Pero volvamos a la importancia del iluminador en este maquillaje. Se aprecia a simple vista una C de iluminador que va desde el arco de la ceja hasta la parte superior del pómulo. De este modo, la mirada queda enmarcada en luz. También se aprecia un toque de iluminador en la punta de la nariz. A diferencia de otros maquillajes de la Reina, en este vemos que lo importante no es el color, sino el efecto de luminosidad. Hay un marcado contraste entre el tono del cuerpo y del rostro, lo que demuestra la preocupación de doña Letizia de proteger la cara del daño solar.

Sin alterar uno de sus trucos de maquillaje estrella, el uso del lápiz de ojos de color, pero aderezándolo con gestos como eyelash cóctel, la mirada cambia por completo. De entrada, y aunque es algo que solo reserva para las ocasiones muy especiales, sí vemos sombra de ojos en este maquillaje. Para reforzar la luminosidad y la calidez, la sombra es bronce y de brillo irisado, extendiéndose por todo el párpado hasta rozar el arco de la ceja donde se aprecia ya el highlighter. Otra curiosidad es que el tono exacto del iluminador, alejado de los habituales colores champán o dorado, se acerca más al color ligeramente peachy de moda.

Para enmarcar el ojo, pero intensificando el color del iris de la Reina, se aprecia el paso de un lápiz de ojos cremoso cobrizo por la línea de las pestañas inferiores y superiores. Su textura y alta pigmentación mantiene el color en su sitio e ilumina la mirada. El efecto es el de un ojo ahumado, pero muy natural y lleno de luz. Para culminar el maquillaje, la aplicación de la máscara de pestañas también es un paso importante. A través de varias capas, y puede que incluso varias máscaras de diferentes propiedades, el llamado cóctel de máscaras, se trabajan de raíz a puntas, elongando su forma y abriendo aún más el ojo.

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Margarita Velasco

Otro cambio crucial en el maquillaje es que ahora sí que se aprecia el paso de un lápiz de ojos negro en la línea de las pestañas, dándole un poco de dramatismo a la mirada. Las cejas, rellenadas y peinadas, terminaban de enmarcar los ojos. Un detalle final de lo más curioso es que en las orejas de la Reina también se aprecia un toque de bronceador iluminado, una práctica que hace años se extendió sobre la pasarela y que demuestra que doña Letizia y su equipo de estilismo cuidan hasta el más mínimo detalle de cada uno de sus looks.