Adiós colorete, hola polvos de sol: el maquillaje de Leonor se apunta los tips de la reina Letizia

La frondosa, brillante y cuidada al milímetro melena de la princesa Leonor siempre parecía condenada a esconderse en un segundo plano. Peinados lisos o finas trenzas para no caer en recogidos muy elaborados habían sido hasta la fecha sus mayores hitos capilares. Pero en esta edición de los Premios Princesa de Asturias, puede que porque se trate de los últimos antes de cumplir la mayoría de edad, hemos visto un importante cambio en la estética de Leonor.

Su maquillaje es ya más adulto y no busca pasar desapercibido, sino que deja a la vista el incuestionable trazo del eyeliner rasgando la mirada, y lo mismo ocurre con el cabello. El face framing con el que dotar a su rostro de un aspecto más infantil ha dado paso al face framing a base de dos finas mechas que estructuran una melena propia del Hollywood clásico. Un peinado que sí habíamos visto en doña Letizia.

Para construir esta nueva imagen de Leonor adulta, los tirabuzones han dejado paso a ondas al agua. No se pretendía crear un peinado artificial, por lo que, aprovechando la calidad y densidad del cabello de la Princesa, y tras trazar una raya ligeramente ladeada (respetando el propio movimiento natural de su cabello), se marcaban las ondas con ayuda de una tenacilla.

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Igual que ocurriera ayer, para evitar que la climatología típica de Oviedo alterara el peinado, el cabello era tratado con protectores térmicos para no dañar el cabello durante el moldeado con las tenacillas, pero a continuación recibía su consiguiente dosis de sérum antiencrespamiento, con el que además reforzar el brillo del cabello. Con la melena perfectamente acondicionada, las ondas se realizaban en la misma dirección, para conseguir ese efecto cascada. Tras moldear todo el cabello, se deshacían las ondas, abriéndolas y convirtiéndolas en una ola relajada.

Así, la melena quedaba compacta y con un movimiento clásico que sublimaba el brillo y la densidad del cabello de Leonor. Pero ahí no quedaba la cosa. Los dos mechones rubios platino de la Princesa caían a cada lado del rostro, actuando como perfiladores de las ondas. Para pulir aún más el peinado y romper con el efecto clásico, adaptándolo a la edad de la Princesa de Asturias, uno de los lados se fijaba detrás de la oreja, creando una melena 'side part'. Mucho glamour.

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Eyeliner, el nuevo maquillaje de Leonor

Pero, por supuesto, no todo el efecto 'va-va-boom' del lookazo de Leonor en los Premios Princesa de Asturias recaía en su pelazo. En los últimos actos hemos visto cómo su maquillaje iba dando tímidos pero certeros pasos, alejándose el de efecto cara lavada que sí vimos en el Día de la Hispanidad. Como ya vimos en el concierto el día previo a la entrega de premios, el rubor de mejillas, los polvos de sol y la máscara de pestañas ya no cincelan de forma discreta el rostro de la joven.

Lo que comenzó como un uso de la máscara de pestañas como alternativa a perfilar el párpado superior se ha convertido ahora en un finísimo eyeliner con el que los matices en los ojos de la Princesa se disparan. El rabillo, perdido entre las inmensas pestañas, resulta casi imperceptible, pero cumple con su acometido de levantar y rasgar el ojo.

Pero otro de los acertados cambios en el maquillaje de la Princesa de Asturias, teniendo en cuenta que se trata de un look de noche y no de uno de día, es el paso del rubor rosado al bronceador. La pasada de polvos de sol en el tercio medio de su rostro, llenando de matices cálidos y dorados sus pómulos, dulcifica sus facciones y permite incorporar sombras de ojos en el maquillaje. Este truco es uno de los básicos en los maquillajes de la reina Letizia, lo que acerca aún más la estética beauty de madre e hija.

Una de las nuevas costumbres en el look beauty de Leonor es la de aplicar sombras de ojos champán para iluminar el párpado móvil, pero, sobre todo, para llenar de luz el lagrimal. El perfecto maquillaje para una persona joven que comienza a coquetear con la cosmética, pero evita los excesos. La atrevida opción de perfilar los labios y rellenarlos con el mismo color transformaba por completo el rostro de la Princesa, triplicando el volumen de sus labios.